LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN CRISTIANA — Pbro Joel Aguirre Grajales

F ilosofía (del griego filos, amigo, y sofia, sabiduría). Estudio racional del pensamiento humano desde el doble punto de vista del conocimiento y de la acción (Diccionario Larousse).

La verdad filosófica es el conjunto de proposiciones, temas, conceptos, que a lo largo de la historia ha ido desentrañando la especulación humana en su contacto directo con la realidad; la verdad cristiana es el resultado de la reflexión teológica sobre la revelación de Dios al hombre (Warren C. Young. Un enfoque cristiano a la filosofía).

Se puede decir también que filosofía es el intento de trascender del mundo de las ideas comunes a lo extraordinario, lo inédito y superior. Y para que esto sea posible se requiere de sabiduría. La sabiduría es la expresión del buen sentido humano, es asimismo un don de Dios. Tiene que ver con la reverencia ante el Señor y la obediencia a sus mandamientos (Salmos 111:10). En los primeros capítulos de Proverbios y en el libro de Job la sabiduría aparece personificada.

Jesús es la misma personificación de la sabiduría, es el ser más sabio que haya habitado entre los hombres, así lo atestigua la propia Palabra de Dios: y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría… (Lucas 2:40). Es impactante verlo sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. No es algo sencillo que hombres ancianos y doctos se interesaran en dialogar durante tres días con alguien que sólo tenía doce años de edad. Esto ocurrió así, porque Jesucristo poseía una mente extraordinaria, fuera de lo común. Ya en el desarrollo de su ministerio, con toda plenitud de pensamiento, el Maestro siguió impresionando a sus oyentes con sus enseñanzas y predicaciones, al grado que algunos llegaron a decir ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! (Juan 7:46). Se dice que Napoleón comentó en una ocasión: Conozco a los hombres; y puedo decirles que Jesucristo no es un hombre. Josh McDowell escribe: Las mentes superficiales ven un parecido entre Cristo y los fundadores de imperios, y los dioses de otras religiones. Ese parecido no existe. Entre el cristianismo y cualquier otra religión existe una distancia infinita…Todo lo referente a Cristo me asombra… Él es ciertamente un ser único. Sus ideas, sus sentimientos, la verdad que anuncia, su manera de convencer, no son explicadas ni por alguna organización humana ni por la naturaleza de las cosas… Escudriño en vano en la historia para hallar a quien se parezca Jesucristo, o a algo que pueda aproximarse al evangelio. Ni la historia, ni la humanidad, ni las edades, ni la naturaleza, me ofrecen algo con lo cual yo pueda compararlo o explicarlo. Aquí todo es extraordinario (Evidencia que exige un veredicto).

<-88" class="gmedia-singlepic alignleft" title="12573026 927168034019497 5406094083299146365 N" /thumb/12573026_927168034019497_5406094083299146365_n.jpg" alt="12573026 927168034019497 5406094083299146365 N" width="251" height="141" />Ese doble punto de vista de la sabiduría y de la acción como principio filosófico debe llevar a tomar a Cristo como un modelo filosófico de la educación cristiana, por sus dichos llenos de conocimiento y sabiduría y su actuar incansable, tal como se menciona en Mateo 9:35. Por ello el Concilio Nacional de las Asambleas de Dios pregunta como lo hiciera el apóstol Pablo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Posiblemente la respuesta será muy parecida a lo que respondió al apóstol: quiero que prediques, que enseñes y sanes, es lo que hice en mi breve ministerio entre ustedes. Y el Concilio, en una respuesta de sabiduría, llena de amor y obediencia a su Señor, querrá cumplir todo el mandato contenido en Mateo 28:19.

Alfonso Ropero dice que la filosofía cristiana no puede tener el fin de descubrir nuevas verdades, ni siquiera el de profundizar y desarrollar la verdad primitiva del cristianismo, sino solamente el de encontrar el camino mejor, por el cual los hombres pueden llegar a comprender y hacer propia la revelación. Ese camino mejor, tiene como protagonista a la educación cristiana. La vida cristiana precisa constantemente corregir el rumbo, pues está en constante movimiento como los grandes aviones que surcan los cielos. Por mucho tiempo la gran comisión no se llevó a cabo como el Señor indicó. La iglesia en su quehacer diario centró su actividad en la predicación acompañada de sanidad, incluso llegando a otras culturas y países lejanos, y muchas iglesias dejaron de lado la enseñanza. Esta corrección de rumbo conlleva el fortalecimiento de la educación en cada centro de predicación. Pablo lo expresa a Timoteo de la siguiente manera: Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros (2 Timoteo 2:2). Esta recomendación debe ser aplicada a la iglesia a toda iglesia. ¡Esa es la manera! Primero, consolidar la fe de los nuevos creyentes, para después hacerlos seguidores de Cristo a través del discipulado. Un círculo infinito, haciéndolo hasta que el Señor regrese.

Ropero, citando a Nicola Abbagnano dice: La vida histórica de la Iglesia es el intento continuado de acercar a los hombres al significado esencial del mensaje cristiano, reuniéndolos en una comunidad universal, en la cual el valor de cada hombre se funda únicamente en su capacidad de vivir en conformidad con el ejemplo de Cristo. El hecho de abordar este tema para ser difundido a todo el país, demuestra la preocupación y el sano deseo de afirmar por todo el territorio nacional la proclamación de las buenas nuevas: Rescatar al hombre del pecado, salvarlo y que reciba sanidad. Esto es considerar al hombre integralmente en su cuerpo, alma y espíritu, aplicando la vocación filosófica de la educación cristiana que se descubre en el desarrollo ministerial del Maestro de Galilea. También es demostrarle amor al guardar sus mandamientos. Es la única manera de hacerlo. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él (Juan 14:21).

fuente: aviva 2015, edición 15

Acerca de: Pbro. Joel Aguirre Grajales

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