Por Esteban Pari Mollo
El origen étnico de Lucas es incierto, pues el texto bíblico no menciona ningún nombre específico. Todo lo que se conoce proviene de la tradición y la patrística, que atribuyen los Evangelios a Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El libro de Lucas – Hechos se atribuye a Lucas, quien es considerado el único gentil que escribió su Evangelio. Según referencias bíblicas, se sabe que Lucas era médico (Col.4:14), historiador (Lc.1:1-4; 2:1-3; 9:7; 13:1-3; Hch.1:1; 18:2), colaborador de Pablo (File.24; 2 Ti. 4:11; Hch.27), y un teólogo destacado que escribió una gran parte del Nuevo Testamento.
Este artículo tiene como propósito analizar dos perspectivas paradójicas dentro de la academia teológica pentecostal sobre Lucas, autor del libro de Lucas – Hechos, un pilar fundamental de la teología pentecostal. La mayoría de los estudiosos, educadores y predicadores sostienen que Lucas fue gentil. Sin embargo, surgen estudios que sugieren que podría haber sido judío o por lo menos un prosélito convertido al judaísmo. El Dr. Tom McCall,[i] profesor de Estudios Bíblicos en el Seminario Teológico de Dallasy Biola, y el Dr. Eli Lizorkin – Eyzenberg,[ii] profesor de Culturas Antiguas en el Centro Bíblico de Israel, experto en estudios bíblicos y cristianismo primitivo, han presentado argumentos en favor de esta posibilidad.
Vale la pena considerar el análisis de las evidencias bíblicas e históricas para establecer si Lucas fue gentil o judío. En esta investigación se presentan dos líneas de pensamiento, con el fin de analizar bíblicamente el origen étnico de Lucas. No se pretende afectar o cambiar ninguna posición teológica, mucho menos sostener una posición en favor o en contra, sino simplemente dejar que la Palabra de Dios hable a nuestro pensamiento para tener la convicción de estar en la verdad.
Contexto
Históricamente Jerónimo (aprox. 347–420 d.C.) menciona que Lucas murió célibe a los 84 años. Algunos opinan que el “hermano cuya alabanza en el Evangelio se oye en todas las iglesias” (2 Co.8:18) es Lucas. Lucas se convirtió en su compañero inseparable después de que Pablo llegó a Macedonia, lo cual se evidencia por la introducción de la primera persona del plural a partir de Hechos 16:10. Se unió al trabajo misionero de Pablo en Troas (Hch.16:8-10). A partir de ese momento, se puede notar el cambio de la tercera persona plural al uso de la primera persona plural, pasando de “descendieron [ellos]” a “procuramos [nosotros]” (Hch.16:10-17; 20:5-21; 27:1-28:16).
Además, las experiencias directas con Pablo le habrían proporcionado información sobre su ministerio entre los gentiles. Lucas tuvo también la oportunidad de hablar personalmente con muchas personas, obteniendo información de tradiciones orales sobre episodios específicos como Zacarías y Elizabet, José y María, Simeón y Ana. De los líderes de Jerusalén, consiguió valiosa información sobre la iglesia en esa ciudad. Mantuvo conversaciones directas con testigos oculares como Pedro, Juan, Santiago, Felipe, María y otros. Su relación con Felipe en Cesarea le permitió acceder a información sobre el ministerio de Felipe en Samaria y también utilizó documentos escritos como el Evangelio de Marcos y otros.[iii]
Asimismo, existe una similitud inconfundible entre el estilo literario, vocabulario e ideas teológicas del libro de Lucas y Hechos. En 1933, Clark realizó un estudio estadístico del vocabulario de ambos libros, poniendo énfasis en los pequeños detalles del idioma. Encontró muchas discrepancias, se llegó a cuestionar si ambos libros provenían del mismo escritor. Sin embargo, en 1948, Knox revisó los datos y llegó a una conclusión diferente. Indicó que la metodología seguida por Clark era errónea, ya que no consideró el efecto de la Septuaginta (LXX) sobre la obra de Lucas, además, que las fuentes utilizadas provenían del propio estilo literario de Lucas.[iv] Lucas y Hechos mantienen una unidad temática, histórica y, sobre todo, teológica. Es generalmente aceptado que ambos libros tienen un mismo autor y se considera que son dos tomos de una sola obra.[v]
Argumentos a favor de Lucas como gentil
Referencias en Colosenses: En Colosenses 4:10-11, Pablo menciona a sus colaboradores judíos como de la “circuncisión” y no se menciona a Lucas en esa lista. Más adelante, en el versículo 14, Pablo se refiere a Lucas como “el médico amado”. Esta omisión en la lista de la circuncisión sugiere que Lucas no era considerado judío. No fue el único que estuvo fuera de la lista, también Tíquico y Onésimo, quienes eran judíos y cercano a Pablo, se hace mención antes en los versículos 7–9.
La probabilidad de que no se les ponga en la lista fue que Pablo refirió a los compañeros que estaban activos en el ministerio de la predicación, independientemente del origen sociocultural, aunque Lucas para Pablo, en aquel entonces, era el acompañante médico personal e historiador. Sin embargo, existe la posibilidad mínima por la estrecha relación entre Lucas con Pablo en apoyar la idea de que Lucas también era gentil, al ser su acompañante en los viajes misioneros entre los gentiles (Hch.16:10-17, 20:5-21:18, 27:1-28:16; Gá.2:7-9).
Nombre y profesión: El nombre de Lucas era griego y el uso del término médico con precisión (Col 4:14) hubiera recibido educación griega, sugieren que pudo haber sido un autor gentil que un judío. Sin embargo, en Colosenses 4:10-11, Pablo menciona a varios colaboradores judíos con nombres griegos, como Aristarco, Marcos y Justo, lo que indica que tener un nombre griego no necesariamente implicaba ser gentil. Además, el hecho de que Lucas fuera médico no es un argumento concluyente para determinar que era gentil, ya que también había médicos judíos en la época, como lo demuestran las referencias de Jesús a los médicos (Lc.4:23, Mt.9:12). Por tanto, ni el nombre griego ni la profesión de Lucas son pruebas suficientes para confirmar su origen gentil.
Dominio del griego: Lucas tenía un dominio excelente del griego, con un vocabulario extenso y rico, y un estilo literario alineado con el griego clásico. Esto se evidencia en el prólogo de su Evangelio (Lc.1:1-4), donde emplea un estilo elevado y académico. Sin embargo, este dominio del griego no necesariamente prueba que fuera totalmente gentil, ya que también utilizaba expresiones semíticas, mostraba familiaridad con los judíos y tenía un conocimiento profundo del ritualismo levítico (Lc.1:5-2:52).
Énfasis en la misión a los gentiles: El libro de Hechos, escrito por Lucas, se centra en la expansión del evangelio a los gentiles. Lucas registra la conversión de Cornelio, el primer gentil en recibir el Espíritu Santo (Hch.10). También describe la controversia sobre si los gentiles convertidos debían circuncidarse y guardar la ley mosaica (Hch.15). Este énfasis en la misión a los gentiles sugiere que Lucas podría haber sido un gentil, a pesar de que también se dirigió a la audiencia judía, haciendo referencia principalmente a los sacerdotes y apóstoles.
Lucas, el autor del Evangelio de Lucas y del libro de los Hechos, es tradicionalmente considerado gentil. No obstante, estos argumentos no son concluyentes, ya que en líneas abajo se presenta los argumentos a favor de que Lucas fuera judío.
Argumentos a favor de Lucas como judío
Revelación divina a través de los judíos: Pablo afirma en Romanos 3:1-2 que los judíos fueron los depositarios de la palabra de Dios. Él al referirse a la audiencia de la iglesia de Roma, se preguntó: “¿Qué ventaja tiene el judío?” y la respuesta fue: “Mucho, en todas maneras”. Esto sugiere que Dios confió la revelación a la humanidad a través de los judíos y no utilizó a los gentiles para este propósito. Pensar que Lucas, un gentil, pudo haber escrito una gran parte del Nuevo Testamento parece contradecir esta afirmación divina. Así, se refuerza la idea de que Lucas debía ser judío, ya que Dios no utilizó a los gentiles para este fin según las Escrituras.
Acceso al templo de Jerusalén: En varias ocasiones, Lucas acompañó a Pablo al templo de Jerusalén (Hch.21:18). Los gentiles no podían ingresar al templo bajo pena de muerte (Hch.21:20), lo que sugiere que Lucas debía ser judío para tener acceso libre. Si Lucas hubiera sido gentil, esto habría sido un motivo adicional para la detención de Pablo. Así como ocurrió con Trófimo un efesio, que solamente al ser visto en las calles de Jerusalén con Pablo, fue motivo de una acusación falsa por los judíos de Asia, de haber metido a un gentil al templo, quienes usaron ese pretexto para que sea detenido por las autoridades romanas. Pero no hallaron ningún cargo por los maestros de la Ley del partido de los fariseos (Hch.23:9). Sin embargo, en la acusación de los judíos contra Pablo, nunca se mencionó a Lucas como gentil, más bien, tenía ingreso libre al templo. Lo que refuerza la idea de que Lucas era judío.
Conocimiento del sistema levítico: Lucas muestra un conocimiento detallado del sistema levítico y las operaciones del templo, más que cualquier otro escritor de los Evangelios. Describe la rotación del sacerdocio levítico y la posición del sacerdote en el altar de incienso (Lc.1:8–20). Refiere cómo María y José llevaron a Jesús al templo para cumplir con la ley de la purificación de los primeros nacidos varones (Lc.2:22-24), cómo Jesús fue a Jerusalén para la pascua y cómo los padres de Jesús lo llevaron al templo (Lc.2:41-52) y menciona la tradición de la pascua (Lc.22:1-20).
Tales descripciones sugieren que Lucas era familiar con las leyes judías y tenía un profundo entendimiento del ritualismo judío. Un gentil no podría tener tanta familiaridad y conocimiento preciso del templo, ya que se les negaba el ingreso, lo cual sugiere que Lucas era judío.
Relación con María: Lucas tenía una familiaridad muy cercana con María, la madre de Jesús. Esta relación y su oportunidad de consultarla durante los viajes a Jerusalén junto a Pablo y los dos años que pasó en la cárcel de Cesarea, le permitió obtener información de primera mano sobre el nacimiento de Jesús y Juan el Bautista, describiendo detalles íntimos y personales, como los pensamientos de María: “guardaba todas estas cosas, en su corazón” (Lc.2:19, 51). Es improbable que un gentil hubiera tenido acceso a esta información y formado parte del círculo íntimo del liderazgo apostólico. La cercanía de Lucas con María, refuerza la idea de que Lucas era judío.
Comprensión teológica: Lucas tenía una comprensión completa como teólogo observador, cuidadoso y prominente de la historia de la salvación. Su teología estaba basada en la persona y obra de Jesucristo [Cristológico] y del Espíritu Santo [Pneumatológico] (Lc.1:15, 35, 41, 67; 2:27; 3:22; 4:1, 14, 18; 24:49; Hch.2, 4, 10, 23-26). Este conocimiento teológico profundo sugiere que Lucas era judío, ya que sería difícil para un gentil alcanzar tal nivel de comprensión teológica sin un trasfondo judío.
Además, Lucas es el evangelista más soteriológico (Lc.1:47, 69, 71, 77; 2:11, 30; 19:9; Hch.4:12; 5:31; 7:25; 13:23, 26, 47; 16:17; 27:34), lo que refuerza su conocimiento exhaustivo de la historia de la salvación como judío, similar al de Pablo. Lo mismo ocurre con la praxis cristiana, donde un no creyente no entiende la historia de la salvación solamente con la comprensión del Nuevo Testamento, sino requiere del Antiguo Testamento. Ambos contenidos ayudan a tener una comprensión del plan de Dios.
Por otro lado, Lucas acompañó a Pablo en varios de sus viajes misioneros (Hch.16:10-17, 20:5-21:18, 27:1-28:16) y entendía perfectamente la teología de Pablo y el ministerio entre los judíos (Gá.2:7-9). La estrecha relación de Lucas con Pablo en lo teológico apoya la idea de que Lucas también era judío.
Estilo literario y vocabulario hebreo: El Evangelio de Lucas y Hechos muestran un estilo literario más simple y un vocabulario hebreo más extenso que el de otros evangelistas. Inclusive Lucas cita extensamente el Antiguo Testamento en su Evangelio. Esto puede indicar que Lucas era un judío que escribía para un público principalmente judío que gentil.
En Hechos 6 hace referencia a las viudas judías y griegas. En Hechos 15 también refiere la observancia de la circuncisión de los judíos y a los gentiles que no estaban obligados a cumplir con el rito. En los viajes misioneros, se percibe primero se acercaban a una audiencia judía en las sinagogas y luego a los gentiles.
Existen otras referencias bíblicas en los escritos de Lucas indican que él se dirigía tanto a una audiencia judía, al mostrar un profundo conocimiento del judaísmo, como a una audiencia gentil, y enfatizar la expansión del evangelio más allá de los límites de Israel.
Después de analizar los argumentos presentados, no se puede determinar de manera concluyente si Lucas era gentil o judío. Los argumentos a favor de que Lucas era gentil incluyen su omisión en la lista de colaboradores judíos de Pablo, su nombre griego, su profesión de médico y su dominio del griego clásico. Por otro lado, los argumentos a favor de que Lucas era judío se basan en su acceso al templo de Jerusalén, su conocimiento detallado del sistema levítico, su relación cercana con María, y su profunda comprensión teológica. La investigación continua sobre el autor de Lucas y Hechos puede aportar más evidencia sobre su identidad y perspectiva.
Para ello, es necesario continuar investigando en esta línea de pensamiento y no dar por sentada ninguna conclusión sin un análisis exhaustivo. Algunos investigadores, como el teólogo y biblista Josep Rius – Camps y la lingüista Jenny Read – Heimerdinger, después de quince años de investigación, afirman que “Lucas sería, sí, un helenista, pero de raza judía, natural de Antioquía de Pisidia, como apunta él mismo cuando Pablo y Bernabé llegaron a esta ciudad, según la versión que presenta el Códice Beza: habiendo entrado ellos en la sinagoga, la nuestra […], en día de Sabbat, se sentaron” (Hch.13:14).[vi]
Esto desafía a los teólogos y académicos pentecostales a investigar y revisar lo que sostiene la tradición. Según la información proporcionada, si bien no se puede afirmar categóricamente que Lucas era judío, se puede por lo menos sugerir que Lucas pudo haber sido un prosélito o gentil convertido al cristianismo con un profundo conocimiento de la cultura y las Escrituras judías. Aunque la cuestión de su origen étnico puede parecer de poca importancia, se trata del escritor que contribuyó con la mayor parte del Nuevo Testamento. Ahora, corresponde a cada lector realizar su propio análisis, tomar una decisión al respecto y acompañar con suficientes registros históricos y evidencias bíblicas para fundamentar que Lucas fuera gentil o judío.
[iii] W. M. Dunnett, Síntesis del Nuevo Testamento (Miami: Editorial Caribe, 1971), 36; Guy Williamson, Comentario Bíblico Mundo Hispano: Hechos. Editado por Daniel Carro, José Tomás Poe y Rubén O. Zorzoli. Vol. 18. 24 vols. El Paso: Editorial Mundo Hispano, 1994), 18.
[iv] Everett F. Harrison, Introducción al Nuevo Testamento (Grand Rapids: Libros Desafío, 1980), 232.
[v] Van Unnik, cit. en Roger Stronstad, La teología carismática de Lucas (Deerfield: Editorial Vida, 1984), 14.
[vi] Josep Rius-Camps y Jenny Read-Heimerdinger, Demostración a Teófilo; Lucas: Evangelio y Hechos de los Apóstoles según el Códice Beza (Barcelona: Editorial Fragmenta, 2012), 18.