SABES CÓMO FUE LA LUCHA CONTRA LAS PRIMERAS HEREJÍAS.? – En esta enseñanza aprenderás algo de eso.!

Desde sus inicios la iglesia ha sufrido el ataque de doctrinas erróneas, es, por lo tanto, un imperativo de la iglesia estar preparados para la defensa de la fe.

Conoce las herejías que atacaron la iglesia en los primeros años. Anhelar vivir en la sana doctrina. Prepararse para presentar defensa ante doctrinas erróneas

Impresiona escuchar y ver cómo surgen y se promueven en la actualidad doctrinas contrarias a la Biblia. Asombra saber que miles de personas caen en el error. Pero, en realidad no debería sorprendernos, pues desde los comienzos de la iglesia, ésta ha sufrido embates del diablo a través de enseñanzas que se oponen a la verdad. Se hace entonces necesario estudiar acerca de las primeras herejías nacidas en la historia temprana de la iglesia, además de aprender cómo los primeros cristianos las enfrentaron. De esta manera adquiriremos el discernimiento para detectar los errores y el valor para defender ardiente­ mente la fe (Judas 3). Reconocemos que el conocimiento bíblico y la dirección del Espíritu Santo son las mejores armas a nuestro alcance para la defensa de la sana doctrina.

I. LEGALISMO

1. Concepto
El Diccionario de la Real Academia Española, define “legalismo” como una tendencia a la aplicación literal de las leyes, sin considerar otras circunstancias. Es una actitud cerrada respecto a la aplicación de las reglas. Aunque en la Biblia no aparece el vocablo tal cual, hallamos ejemplos de ello en las prácticas de los fariseo

Recordemos la parábola del fariseo y el publicano. El primero considera que por el fiel cumplimiento de la ley merece el favor divino; el publicano, por su parte, con humildad ruega por el perdón (Lucas 18:9-14). Este es un claro ejemplo del legalismo, es decir, la afirmación de que por cumplir al pie de la letra algunas reglas, ya se es acreedor a las bendiciones de Dios o se asegura la vida eterna.

2. Conflicto con el legalismo

El plan de Dios fue constituir un nuevo pueblo en Cristo. En esta nueva comunidad también estaban in­cluidos los gentiles. Este hecho se convirtió en un gran problema por la mentalidad judía que pregonaba una pertenencia exclusiva al pueblo de Dios. Y aunque los judíos cristianos finalmente admitieron el ingreso de los gentiles a la iglesia, exigían que éstos cumplieran con ciertos preceptos y ritos de la ley, principalmente el de la circuncisión. El conflicto creció hasta el punto en que fue necesaria una reunión de los líderes de la iglesia (Hechos 15:1-31). A esta reunión se le conoce como el concilio de Jerusalén.

3. Defensa contra el legalismo

Lucas recoge algunas intervenciones de los líderes en ese concilio. El apóstol Pedro sostuvo que fue la vo­luntad de Dios que a través de él los gentiles escucharan el evangelio y creyeran. También afirma que ellos recibieron el Espíritu al igual que los judíos. Además, reconoce el apóstol que la ley es un yugo imposible de llevar, y todos los que son salvos, judíos o gentiles, lo son por la gracia de Jesucristo (Hechos 15:7-11).

Pablo y Bernabé también abonan a favor de la gracia, al contar cómo el Señor obró señales y maravillas entre los no judíos; sin necesidad de que se sometieran a la ley (Hechos 15:12).

Finalmente fue Jacobo, inspirado por el Espíritu Santo, quien guió a los asistentes respecto a la postura que debían tomar. Explica que la conversión de los gentiles es parte del cumplimiento de la promesa de que Dios tomaría de entre las naciones un pueblo para sí (Amos 9:11, 12). Propone no inquietar a los gentiles y sólo pedir que se abstengan de algunas prácticas que escandalizan a los judíos (Hechos 15:13-21).

Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros… (Hechos15:28).

La propuesta de Santia­go obtuvo el respaldo de los integrantes del concilio, así que redactaron una carta para informar a las iglesias su resolución. El contenido de la carta evidencia su dependencia de la tercera persona de la Trinidad para hacer frente a toda doctrina contraria a las Escrituras.

En su carta a los creyentes de Galacia, el apóstol Pablo retoma su defensa contra el legalismo. En ella en­fatiza que el Espíritu y todas las bendiciones de la salvación se reciben únicamente por la fe. Resalta además la libertad que disfruta ahora el creyente, y sostiene que el único modo de agradar a Dios es por medio de la vida en el Espíritu.

II. GNOSTICISMO

1. Concepto

La palabra “gnosticismo” deriva del vocablo griego gnosis, que significa “conocimiento”. Los que abrazaban esta corriente de pensamiento afirmaban poseer un conocimiento especial. Sin embargo, para la iglesia, esa doctrina representaba una herejía muy peligrosa, pues entre sus muchas enseñanzas estaban la consideración de la materia como mala, por ende, negaban que la encarnación de Cristo.

Esta enseñanza tenía dos variantes, una decía que el Jesús histórico fue una persona común, poseída por el Cristo celestial, el cual lo abandonó en la crucifixión. La otra sostenía que Cristo aparentaba a la vista de los hombres tener un cuerpo, pero éste no era real. El gnosticismo también veía a Cristo como inferior al Padre.

2. Su inclusión en la iglesia

El gnosticismo se introdujo en la iglesia al acomodar las filosofías antiguas con la doctrina cristiana. Los gnós­ticos buscaban reducir el cristianismo a simples enseñanzas mezcladas de paganismo y el Antiguo Testamen­to, aunque éste último también tergiversaban. Debemos por tanto, tener cuidado de lo que leemos, ya que en muchas partes podemos encontrar doctrinas erróneas; por eso debemos escudriñar las Escrituras.

3. Defensa contra el gnosticismo

Los líderes de la iglesia tomaron muy enserio el asunto de la defensa de la fe, principalmente lo que tenía que ver con el tema de Cristo. Si bien el gnosticismo se formalizó en el siglo segundo, desde el primer siglo se ven amenazas a la cristología, por lo que en los escritos apostólicos ya vemos una defensa de la sana doctrina concerniente a este tema.

Es el apóstol Juan quien en su primera epístola con firmeza defiende la postura cristiana y sentencia a quienes no la acepten; así lo afirma:¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. (1 Juan 2:22). También advierte:En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo (1 Juan 4:2, 3).

III. EL CREDO APOSTÓLICO

1. Necesidad de un credo

Con el paso del tiempo, la iglesia vio el surgimiento de nuevas herejías, lo cual obligaba a los líderes de la igle­sia a esforzarse aún más por mantener la sana doctrina. Además, una gran cantidad de personas convertidas al cristianismo provenían de un trasfondo pagano. Ante esta situación, fue necesaria una estrategia para facilitar el aprendizaje de las principales doctrinas a fin de perpetuarlas en las siguientes generaciones. Fue así como surgieron los credos.

2. Primeros credos

Desde tiempos antiguos, el pueblo hebreo adquirió la costumbre de repetir el texto conocido como shema (Deuteronomio 6:4-9), a fin de afirmar su fe en el único Dios. En el Nuevo Testamento también podemos encontrar declaraciones que expresan la fe de la iglesia respecto a una doctrina. Hallamos por ejemplo la afirmación de que Jesús es Señor, tal como lo vemos en el relato del encuentro entre Felipe y el etíope (Hechos 8:26-40), antes de bautizarse el extranjero afirma:Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios (Hechos 8:37).

Asimismo, la confesión trinitaria aparece no sólo en la formula bautismal dada por Jesús (Mateo 28:19), sino también en la bendición apostólica dirigida por Pablo a los corintios (2 Corintios 13:14). Otros textos epistola­res parecen presentar un resumen de alguna doctrina, tal es el caso de Filipenses 2:6-11 y 1Timoteo 3:16. 3. El credo apostólico

Con el paso del tiempo las confesiones de fe dadas por los apóstoles en sus escritos se fueron resumiendo hasta llegar a convertirse en lo que hoy conocemos como el credo apostólico. Se dice que originalmente estaba estructurado a manera de preguntas para los candidatos a bautizarse. Con el tiempo tomó la forma que hoy conocemos: Creoen Dios Todopoderoso; y en CristoJesús su único Hijo, nuestro Señor, que nació del Espíritu Santo y de María la virgen, que bajo Poncio Pilato fue crucificado y murió, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre, de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos;

y creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia, el perdón de los pecados y la resurrección de la carne.

EL CIERRE

Los conflictos doctrinales enfrentados por los primeros cristianos tuvieron una acertada respuesta por parte de los apóstoles y los padres de la iglesia. Cada herejía encontró siempre valerosos defensores de la sana doctrina. Podemos agradecer a Dios que siempre ha levantado hombres y mujeres dispuestos a preservar la fe; de ellos aprendemos que no podemos permenecer impasibles cuando la verdad recibe ata­ques. Seguimos enfrentando doctrinas contrarias a la Biblia, debemos, por lo tanto, seguir el consejo del apóstol Pedro: …santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros (1 Pedro 3:15).

Acerca de: Pastor: David Gamboa

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