AFRONTANDO LA MUERTE! una enseñanza que te proporciona herramientas para este proceso (9)

VERDAD CENTRAL

SALMOS 23:4; 2 CORINTIOS 4:18-5:4

La muerte es parte de la vida y todo ser humano la experimentará, por lo que debemos estar preparados y enfrentarla con valor.

I. LA SOCIEDAD ACTUAL Y LA MUERTE

La época actual sufre de crisis de valores. Impera el hedonismo, la ética se ha perdido y se ha cambiado por la estética. La sociedad confunde la felicidad con el gozar y el ser con el tener. Se ha extraviado el propósito de la vida, y se ha olvidado el sentido de la muerte. Al ser también una sociedad que per­ dió su espiritualidad se encuentra más indefensa ante la muerte. Ante esto, diversas investigaciones nos confirman el valor amortiguador que tienen las creencias religiosas y las convicciones espirituales con respecto a la muerte.

Todo lo anteriormente mencionado, hace que el hombre no sólo quiera evitar el tema de la muerte, sino que además, con dicha reacción demuestra que no está preparado anímicamente para enfrentar el suceso.

A lo largo del tiempo el hombre ha creído mayormente en una vida des­pués de la muerte, lo que influía en que se viera a la misma como una reali­dad ineludible pero también como algo para lo que debían prepararse.

Con el aumento de la ciencia y la propagación de las nuevas filosofías el concepto de muerte ha cambiado en nuestra sociedad. Hoy más que nun­ ca hay una negación a vivirla, por lo que se dificulta más enfrentarla. En el artículo Actitudes psicológicas ante la muerte y el duelo, publicado en el Cuaderno de Medicina Forense, en España, los autores mencionan algunos factores que influyen para tener esta perspectiva:

1. Menor tolerancia a la frustración

Se dice que la generación actual posee menos tolerancia al dolor. Hoy en día se promueve más una cultura de evitar todo lo que conlleve algún tipo de sufrimiento. Debido a ello, la muerte, por ser un evento trágico que genera emociones difíciles, es uno de esos temas incómodos de los cuales se opta por no hablar, pues se prefiere pensar en otra cosa que en aquello que nos hará vivir el duelo. La negación o la postergación de todos los pensamientos o sentimientos relacionados con la muerte son las opciones para esta nueva generación.

2. El culto a la juventud
Desde tiempos antiguos el hombre ha buscado la fuente de la eterna juven­tud, pero hoy en día se ha vuelto esta etapa la añoranza de todos. La gente recurre a todos los procedimientos posibles para evitar envejecer, creyendo que con eso también se evitará la muerte.

3. El aumento de la ciencia
Los avances científicos en cuestión de salud también han influido en cuanto a la concepción humana de la muerte. Hoy se ha logrado alargar la esperan­za de vida de las personas gracias a los avances médicos. Muchas personas han sido llevadas a veces a un sueño de pensar que se encontrará la cura a todas las enfermedades y que seremos inmortales.

4. Menos trascendentalidad y espiritualidad en el hombre
Es una realidad que el hombre actual está más enfocado en disfrutar el aquí y el ahora, por lo que no quiere pensar en el mañana, en la muerte o en lo que pueda haber después de ella. Su enfoque está en el presente, en lo que puede percibir con sus sentidos, más que en el futuro incierto, que sólo de pensar en él le provoca angustia.

Pregunta de reflexión o aplicación: ¿De qué manera la falta de espi­ritualidad de la sociedad actual influye en que se esté menos preparado para la muerte?

II. LA PERSPECTIVA BÍBLICA SOBRE LA MUERTE

1. La muerte en el principio

Al leer los primeros capítulos de Génesis nos damos cuenta de que la muer­te no estaba en el plan de Dios para el hombre. Se le menciona sólo como una advertencia en caso de que el hombre desobedeciera la orden divina respecto al árbol de la ciencia del bien y del mal: Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás (Génesis 2:17). Por desgracia, nuestros primeros padres pecaron contra el Creador y a causa de ello vino la enfer­medad y la muerte.

Por la desobediencia de Adán y Eva, la muerte se hizo presente en a raza humana. Y esta muerte ha de entenderse en dos sentidos: en eJ ámbito físico, su vida tiene un límite y un día tendrá que partir de este mundo y en el espiritual, vive separado de Dios por causa del pecado. Asilo sena apóstol Pablo: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5:12)

2. La perspectiva de la muerte en Cristo ,

La muerte es ineludible. Si bien disfrutamos la vida y desde el momento que nacemos nos aferramos con fuerza a ella, debemos aceptar que un día esa vida terminará y que es un proceso natural que todo ser humano habrá de experimentar. Algunos pasarán por ese trago amargo a temprana edad, otros la probarán en plena vejez, pero todos la hemos de enfrentar.

La Biblia habla del deceso físico antes del juicio final, cuando dice: Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio (Hebreos 9:27). Con esta declara­ción la Escritura está dando por hecho que la muerte nos llegará a todos, sin importar la edad, la raza o las creencias que tengamos.

Sin embargo, los creyentes tenemos la certeza de que la muerte fue ven­cida por Cristo en la cruz del calvario, y por ello gozamos de la seguridad de que después del deceso físico viene una nueva vida, perpetua, que gozare­mos al lado de nuestro bendito Salvador.

Los hijos de Dios no estamos exentos de la muerte física, pero esta no tiene un efecto permanente en nosotros, pues la fe en Jesús nos ha librado de la condenación espiritual eterna y nos ha asegurado también la redención de nuestro cuerpo. Jesucristo dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente (Juan 11:25, 26).

Pregunta de reflexión o aplicación: ¿De qué manera nuestra esperan­za de vida eterna nos ayuda a enfrentar la muerte?

III. CÓMO ENFRENTAR LA MUERTE

Por más que evitemos hablar de la muerte no podremos detenerla, pues es una experiencia que viviremos cada uno de nosotros en algún momento de nuestra vida, a menos que nos toque ser parte del arrebatamiento de la iglesia. Entonces, ¿cómo hemos de enfrentar la muerte?

1. Con esperanza

En 2 Corintios 4:18-5:4 el apóstol Pablo habla de que nuestra casa terrenal, nuestro cuerpo, es temporal. La palabra “tabernáculo” proviene de la pala­bra skene, que significa “tienda”. Se refiere a ella como tabernáculo hacien­do referencia a las tiendas que usaban cuando viajaban por el desierto, las cuales eran frágiles.

Al igual que aquellas tiendas frágiles, el cuerpo humano se va deterio­rando con el paso de los años, y llegará el día en que esta morada terrena se deshaga. Pero cuando eso acontezca, aquellos que hemos creído en Jesucris­to, seremos revestidos de un cuerpo eterno, glorioso. Será una casa no hecha de manos, que ya no estará más sujeta a corrupción, debilidad ni deterioro. Hoy tenemos un cuerpo con limitaciones. El deterioro del mismo y las aflicciones presentes nos hacen gemir, pero tenemos esperanza de una casa para la eternidad. Matthew Henry dice que la muerte nos desvestirá del ro­ paje de carne, y de todas las bendiciones de la vida y acabará todos nuestros problemas de aquí abajo. Pero las almas fieles serán vestidas con ropajes de alabanza} con mantos de justicia y gloria.

2. Sin temor

Si bien el temor es una emoción natural que experimentamos cuando enfren­tamos situaciones desconocidas, los creyentes tenemos la seguridad de que po­dremos atravesar el umbral de la muerte con la paz que sólo Dios puede dar.

Como bien dijimos, hay personas que se aterrorizan ante lo desconocido e incierto. El temor puede ser experimentado por cualquier ser humano cuando se encuentra frente a la muerte. Pero el cristiano, en cambio, puede tener una perspectiva distinta de ella, lo cual le ayuda a verla como un paso hacia la eternidad.
Además tenemos la seguridad de que cuando la enfrentemos no esta­remos solos. Jesús mismo, como nuestro pastor, estará con nosotros para darnos paz por medio de su presencia y la tranquilidad de que él va con nosotros. Como bien lo expresó David en su cántico: Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo (Salmos 23:4).

Puede haber momentos en que el creyente, al sentir la muerte cerca, tenga temor. Pero basta recordar las promesas del Padre en las Escrituras para que su corazón y su fe se fortalezcan. La presencia del dulce Pastor estará con nosotros y no estaremos solos en medio de ese valle. Además, tenemos la seguridad de que él nos llevará al hogar seguro.

Pregunta de reflexión o aplicación: ¿Cuál es su perspectiva acerca de la muerte: la ve con temor o deforma diferente?

CONCLUSIÓN

La muerte es una realidad ineludible que todos enfrentaremos algún día. Por ello, vivamos conscientes de ella, como algo natural, eso nos permitirá mantener nuestra mirada en las cosas eternas.

Podremos aprovechar la vida, las oportunidades y el tiempo que Dios no da, sabiendo que un día terminaremos aquí nuestro peregrinar, pero podre­mos estar con el Salvador por la eternidad. Que la esperanza de lo eterno y el saber que el Pastor estará con nosotros en todo momento nos permita enfrentar la muerte con valor, con aceptación, y sin temor.

fuente: la iglesia ante una crisis global – eccad leccion 9

Acerca de: Pastor: David Gamboa

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Creador y fundador de este portal y otros que son parte de su trabajo como diseñador web, Pastor de la iglesia Emanuel para las Asambleas de Dios en México, Musico y director del grupo Fase2 y director del sello disquero Unzion Records. Promueve y patrocina esta plataforma esperando sea de bendición para ti.

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