Toda la Escritura es inspirada por y útil para enseñar para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, afín de que el hombre de Dios sea perfecto, entera mente preparado para toda buena obra (2 Ti. 3:16-17).
LA INSPIRACIÓN DE LAS ESCRITURAS
La Biblia afirma de sí misma su carácter divino y autoridad eterna e infalible, sin dejar de lado su declaración de colaboración divino- humana en su elaboración.
¿Qué queremos decir exactamente cuando afirmamos que la Biblia es inspirada? Para decirlo de otra manera, ¿qué tenemos en mente cuando decimos que la Biblia es la Palabra de Dios? Aunque esta no sea una pregunta fácil de contestar, el cristiano necesita enfrentarla, pues de su respuesta dependerá el lugar que otorgue a la Biblia en su vida y fe. Así se expresa William Barclay para iniciar su estudio de la inspiración de las Escrituras. Reflexionaremos sobre la razón de tal declaración.
La doctrina de la inspiración de las Escrituras es pieza fundamental en el esquema doctrinal, no únicamente de los pentecostales, sino también de todas las iglesias evangélicas que se definen así desde la Reforma del siglo XVI. Esta es la base y principio de toda declaración de fe y sobre ella descansa la teología posterior, y por ende la forma de vivir el cristianismo.
NATURALEZA DE LA INSPIRACIÓN
Su DEFINICIÓN
Por inspiración divina entendemos la activa participación de Dios en la elaboración total de los documentos originales que escribieron los autores de los libros que forman el canon de las Sagradas Escrituras. Esta inspiración se basa sobre la obra del Espíritu de Dios, de tal manera que escribió exactamente lo que Dios deseaba que se escribiera. Su característica más importante y discutida a la vez es la implicación de una obra sobrenatural en la inspiración. Lo segundo que se presta a discusión es la relación divino-humana en su elaboración. Tales temas se abordarán en el estudio de las teorías de inspiración.
SU RELACIÓN CON LA REVELACIÓN
Existe una relación estrecha entre revelación e inspiración, por su trascendencia doctrinal en común interés de asegurar la infalible declaración divina de las Escrituras. Sin embargo, son acciones que aunque se unen en ciertos puntos de comunicación de Dios con el hombre, tienen su énfasis en aspectos diferentes de la misma. Como explica Chafer, que multitudes de personas oyeron la voz de Dios cuando escucharon las misericordiosas revelaciones que constituyen la substancia de la predicación de Cristo, pero ninguno de ellos, excepto los discípulos escogidos, fueron llamados para ejecutar las funciones de escritores inspirados.
TESTIMONIOS DE INSPIRACIÓN
Testimonio bíblico
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento aseveran su inspiración. Jesús mismo la sostuvo y la afirmó, y los apóstoles la reconocían aun en los escritos que ya se producían para el Nuevo Testamento (2 P. 3:15-16). Tomaremos dos expresiones que afirman su carácter divino-humana.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia (2 Ti. 3:16). La palabra griega que se traduce por inspirada es theopneustos. Menzis y Horton dicen que significa soplada por Dios. Por el soplo y poder divinos el Espíritu Santo dirigió a los autores humanos de la Biblia con tal precisión que la obra refleja exactamente la intención de Dios mismo. Puede afirmarse que no hay mejor palabra que se hubiera podido escoger. Este soplar de Dios o aliento divino es el derramamiento del poder sobrenatural en la vida humana. Por eso Pablo afirma que toda la Escritura es producto de una operación divina. Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 P. 1:21). Tomamos la declaración de José Silva al respecto: Lo que el texto nos muestra aquí es que la profecía, o el mensaje de los profetas, no se originó en ellos mismos, sino en el Espíritu Santo que los impulsó a hablar.
Testimonio práctico
En su testimonio práctico, Pearlman desglosa su pensamiento en que:
a) afirman ser inspiradas, con referencia a su contenido,
b) tienen toda la apariencia de inspiradas, donde describe la singular uniformidad de pensamiento en la Biblia que demuestra su inspiración,
c) uno siente que son inspiradas, en el que se ocupa de demostrar la manifestación del Espíritu Santo que testifica al corazón sobre la inspiración del Libro Sagrado,
d) demuestran ser inspiradas, en que concluye que todo argumento se derrumba ante la prueba del uso y aplicación del mensaje divino en las Escrituras a la vida personal.
TEORÍAS SOBRE LA INSPIRACIÓN
En el siglo XIX surgió un movimiento que cobró fuerza en contra de las Escrituras, denominado la alta crítica. Desde entonces surgieron diferentes teorías relacionadas con la inspiración, que no son más que un intento por desacreditar la inspiración de las Escrituras. A este ataque la Iglesia le hizo frente con la ortodoxia bíblica y nos legó su fundamentalismo en la teoría de la inspiración verbal y plenaria que concuerda con el tenor bíblico de la doctrina y refuta las posturas contrarias.
Inspiración natural
Consiste en que los autores bíblicos recibieron la misma inspiración que quienes escriben libros de la literatura universal como La divina comedia o El Quijote de la Mancha. Esta teoría no es otra cosa que la negación de la intervención divina en las Escrituras. La unidad escritural a pesar de las distancias geográficas y cronológicas de sus autores y el cumplimiento exacto de sus profecías, son razones suficientes para desechar esta postura.
Inspiración parcial
Es un conjunto de teorías que enseña que la Biblia tiene partes inspiradas y lo demás es cuestión cultural. Su problema estriba sobre todo a la hora de marcar la línea que divide lo inspirado de lo natural.
Inspiración de conceptos
Afirma que Dios inspiró los conceptos dejando al hombre decidir cómo escribirlos. Aunque aparentemente a algunos les parezca una teoría correcta, implicaría que Dios no cuidó las palabras exactas que se usaron para la Biblia y la convierte en una inspiración parcial.
Inspiración mecánica
Esta teoría afirma que Dios usó como secretarios o robots a los escrito res, despojándolos de todo pensamiento. Lleva la intención de defender la inspiración total, pero descuida el hecho de que Dios respetó la personalidad de cada escritor, según lo revelan los variados estilos en que fue escrita la Biblia.
Inspiración verbal plenaria
Esta es la teoría que tradicionalmente ha afirmado la Iglesia en todos los tiempos. En ella se sostiene que la inspiración, cuya única fuente es Dios, abarca el contenido total de la Biblia. Se declara la intervención del Espíritu Santo para dirigir a los escritores empleando su personalidad, estilo y capacidad para redactar sin error alguno las verdades divinas. El Espíritu Santo les hizo saber con exactitud la revelación de Dios y consignar lo que directamente se les mandaba escribir. Con esta teoría también se afirma la participación activa del hombre. Si como se ha visto la Biblia puede demostrar su inspiración divina, entonces la altura que adquieren sus demandas se vuelven no sólo genuinas sino fundamentales para la vida del ser humano. La Escritura es la revelación de Dios escrita para beneficio del hombre en cualquier tiempo.
LA AUTORIDAD DE LAS ESCRITURAS
Este libro adquiere una autoridad suprema y absoluta por cuanto es la voz de Dios y la declaración de su voluntad.
Regla infalible de fe y conducta
Con esta declaración evangélica se establece que en ella se encuentra la voluntad de Dios para el hombre y es incuestionable la infalibilidad de su doctrina y la veracidad de sus mandatos.
Superior a la razón
Afirmamos que pese a la existencia de innumerables libros de gran valía para la vida cultural, científica, histórica e inclusive religiosa del hombre, pruebas indudables de la capacidad de raciocinio y de conciencia humana, la Biblia es superior a todo. Superior en sabiduría (Sal. 119:98), en propósito (2 Ti. 3:16-17) y en vigencia (Is. 40:8).
CONCLUSIÓN
Existe un estribillo que afirma: La Biblia es cual martillo que parte la roca en dos; es lámpara que alumbra el camino que lleva a Dios. La Biblia es cual espejo en el cual puedo ver mi mal, de Dios el Padre celestial es libro sin igual. Exaltemos la misericordia divina que nos proveyó tan perfecta revelación escrita de su voluntad. Haremos bien en oír, creer y practicar sus preceptos (Stg. 1:22). Si sobre ella nos fundamentamos, nuestras vidas estarán bien cimentadas y nada nos podrá derribar (Mt. 7:24-25).