¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! más que la miel a mi boca (Salmos 119:103).
E l lenguaje es la capacidad del ser humano para comunicarse por medio de signos, este tiene tendencias evolutivas que se ven afectadas por el ambiente y sistema de valores que rodean al ser humano, la evolución del mismo se produce siempre en el marco cambiante de los acontecimientos históricos, sociales, culturales, políticos, económicos… que ejercen cierta influencia sobre el ritmo de los cambios lingüísticos, por lo tanto veo una necesidad apremiante para que los signos del lenguaje humano sufran una transformación como resultado de la lectura bíblica.
El hombre de hoy, es víctima de una filosofía existencial que busca invadir todos los caminos del vivir, falto de fe, vive sin el Espíritu de la palabra de Dios, que por ende, su acción y frutos de su corazón, se manifiestan en sus palabras mostrando una falsa ideología.
Es por eso que a través de este artículo deseo motivar para que se tome en serio la lectura de la Biblia, sus palabras serán dulces a tu paladar, endulzarán y harán sabio tu lenguaje…
La lectura de la Palabra en un espíritu de fe y humildad provocará cambios en la vida de todos aquellos que la escudriñen, Josh McDowell menciona: Las personas innovadoras siempre han sido hombres y mujeres de la Palabra. Esdras hizo de ella su pasión, David su meditación, Josué su camino. No te equivoques, la Biblia cambia vidas. La lectura de la Biblia traerá como resultado un cambio del lenguaje en aquel que tiene la disciplina de leerla diariamente, muchos son los ejemplos de personas en los que su forma de hablar fue transformada como resultado de practicar una lectura diaria de la Sagrada Escritura, mi experiencia a la edad de 12 años lo demuestra, mi lenguaje a esa edad dejaba mucho que desear, en la escuela y en la casa la forma de comunicarme expresaba una falta de respeto por mi prójimo y por la vida, fue en ese ambiente en el que empecé a escuchar las historias bíblicas, después tuve la oportunidad de que me regalaran una Biblia que me llevó hacia el encuentro de Dios, mi vida fue transformada como resultado interno en mi corazón en base a la lectura de la palabra de Dios mis palabras fueron muy diferentes a tal grado que… la interrogante entre mis compañeros de escuela y amigos era… ¿Qué te ha pasado?
Personalmente, busco que mi lenguaje esté influenciado por lo que la Biblia me muestra y enseña en base a eso, busco controlar lo que mi lenguaje expresa por varios motivos:
Dios nos da la oportunidad de servirle en su reino, su Palabra es lumbrera a nuestro camino y norma de conducta que alimenta nuestra alma…y si su Palabra es alimento al alma, ésta deberá dar fruto en nuestros labios… de la abundancia del corazón habla la boca.
Nosotros somos agentes de cambio, con nuestra boca debemos bendecir a nuestros semejantes, motivarlos a que ellos puedan desarrollar el potencial que hay en sus vidas a fin de cumplir el propósito por el cual han sido creados.
A un hermano que pasaba por un momento difícil, le dije: que Dios estaba en control de todo lo que le sucedía, que descansase, que disfrutase el hecho de estar en su reino. Le recalqué que podía ver a Cristo en su vida y que él era una bendición para mí, y que Dios también le amaba… ¡muchas gracias!, respondió. Con esas palabras ¡le cambié la mañana!
Atrevámonos a ser agentes de cambio en esta sociedad,
mejorando nuestro vocabulario. La lengua y la palabra tienen poder y esto no es positivismo, tampoco Nueva Era. Es palabra de Dios. Proverbios 18:21 dice: La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. Por eso se recalca hoy que cuidemos lo que hablamos y que hablemos lo que la Biblia dice que somos. Debemos bendecirnos con nuestra boca, y ser de bendición con lo que hablamos, esto lo logramos cuando diariamente tomamos el tiempo de alimentar nuestra alma a través del ejercicio diario de leer la palabra de Dios… ¿No le parece?
fuente: Aviva 2012 -002