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lunes, diciembre 9, 2024
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EL “SANTO RITUAL” DEL LAVADO DE PIES por Pbro. Jorge Mijangos Puc.

EL “SANTO RITUAL” DEL LAVADO DE PIES.

El lavado de pies: era un acto de amabilidad, a una “grata visita” que un siervo realizaba por orden del padre de familia.

Para todo visitante era muy reconfortante, debido a su cansado caminar, mas no se realizaba por humildad de la familia, ni del siervo; esto se hacía como un deber y obligación.

Es necesario que todo creyente Cristiano y ministros, conozcan las costumbres sociales comunes, en que la Iglesia del N.T. vivió.

Jesús lavó los pies de sus discípulos, asumiendo con humildad el lugar de un siervo común, al servicio de una familia, y que tenía el deber de hacerlo; y por lo que Jesús le dijo a Simón el leproso, se entiende que ese acto le demostraba un aprecio especial al visitante. A Cristo Simón no lo consideró digno de esa consideración. Lucas 7:44. Siendo las sandalias, el calzado común en aquellos días, y que a diferencia de ahora, los caminos eran polvorientos, y los transeúntes llegaban a su destino con los pies muy sucios.

Con esa acción, Jesús no trató de establecer un nuevo ritual, con antecedente en algún ritual del A.T. Fue un acto ejemplar de humildad, amor y servicio. Tomó el papel de siervo, a pesar de ser el Señor, ya que ellos, por sus rivalidades y discusiones no se atreverían a hacerlo. Cada uno se creía superior al otro, y no se humillarían ante nadie. Más adelante según los escritos de Pablo, las viudas cristianas dignas de ser ayudadas, por la Iglesia, eran las que hubieran lavado los pies a los santos.

1a. De Tim. 5;10. Se trataba de misioneros, Evangelistas, y otros siervos que estaban de paso. San Pablo recomendó a las Iglesias que los encaminen o impulsen para continuar su viaje.

Al discutirse esto en un Concilio nuestro, porque algunos pugnaban se incluyera en nuestra Constitución, como credo, el gran maestro y predicador Gabriel Ortiz Ramírez q.e.p.d. Entre otras eminentes figuras como Alfonso de los Reyes, Samuel Láscari, Rubén Ayala, Rolando Pérez C. etc, argumentó que un sacramento, debería satisfacer tres premisas principales y citó estas:

1. Que Cristo lo haya instituido como símbolo de una gracia espiritual,
como al referirse al pan y vino cual símbolos de un “nuevo pacto” en su cuerpo y en su sangre. 1a. De Cor. 11 ; 23-26 También el bautismo en agua contiene significados simbólicos que Pablo en su carta a los Romanos, describió bien. El mandato de Cristo y sus apóstoles fue, el que creyere y fuere bautizado será salvo. San Pablo describe sus significados varios, como muerte, sepultura y resurrección. ROM. 6;3-6.

2. Que tenga carácter perenne.
Es decir, continuo, que durará siempre, o por mucho tiempo. San Pablo enfatizó en su carta a los Corintios que era mandato que recibió del Señor, instruyendo sobre el orden de la práctica y repitió “todas las veces” que comieres este pan y bebiereis este vino, la muerte del Señor anunciais hasta que El venga.

3.  Que sea “dativo de gracia” del Lat. Del verbo, “daré” dar . “Gracia dada” “gracia recibida” testifican esa gracia, la práctica de estos dos sacramentos ya citados.

Con antecedentes veterotestamentarios, fueron instituidos “nuevos” por Cristo, pues mientras la muerte de un cordero, era la pascua de los Judios, el sacrificio y muerte del cordero de Dios, sería la pascua de la Iglesia. Y los diversos lavamientos en agua del cuerpo y manos del pueblo Judio y sus ministros simbolizaban pureza, al ministrar en cualquier servicio espiritual, mismos, que se realizaban muchas veces y que Juan el Bautista con su bautismo vino predicando.

Fue instituido después por Cristo par una sola vez al arrepentido, convertido a Cristo.

Creemos que el bautismo en agua es un requisito indispensable para la salvación, exceptuando a quien por causas justificadas no pueda practicarlo; el ladrón arrepentido en la cruz no fue bautizado. Y la santa cena indica en su práctica la comunión, del creyente con Dios.

Naturalmente, sabemos que la salvación y comunión con Dios, son obras del Espíritu Santo, quien opera internamente en el corazón del hombre y simbolizados con ritos externos.

Creeremos que un lavamiento de pies como ritual contiene propiedades espirituales al igual que los dos sacramentos que en nuestro credo aceptamos?, de otro modo tendríamos que clasificarlo como el “santo lavado” de pies.

El bautismo no es una exhibición, pero si un testimonio sincero; la santa cena tampoco. Lavar los pies en público a alguien que no lo necesita, si es exhibición.

Conocí a un pastor, que en privado le lavó los pies a otro pastor enfermo de los pies y otros males. El enfermo necesitaba tal limpieza y curación.

Quien lo hizo era de una jerarquía mayor, más el nunca lo nunca lo dio a saber. Pero después pasado el tiempo, otro pastor que lo presenció lo contó. Los tres descansan ahora.

Este escrito es para “ayudar” a creyentes siervos, de las Asambleas de Dios. Saludos.

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Pbro. Jorge Mijangos Puc
Pbro. Jorge Mijangos Puchttps://www.facebook.com/profile.php?id=100007493982454
El Pastor Jorge, ha sido líder del Distrito Yucatan en diferentes etapas de su crecimiento, comisiones, Ministerios, etc. Actualmente es Pastor de una de las iglesias en Mérida de las Asambleas de Dios Mexico. Gran pensador y sabio en la Palabra.

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