Exodo capitulo 16
Dios da el maná
16 Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto. 2 Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; 3 y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud. 4 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. LEER TODO EL CAPITULO
Dios es poderoso para suplir las necesidades de sus hijos. En medio de las crisis y carencias, es importante creer en el Señor y obedecer a su Palabra.
Conocer la forma en que Dios suplió la falta de alimento en su pueblo. Apreciar la generosidad del Señor que sustenta a los suyos. Creer que el Padre proveerá en nuestras necesidades diarias.
INTRODUCCIÓN
Los tiempos de crisis ofrecen una excelente oportunidad para mostrar nuestra confianza en el Señor. La escasez debería motivarnos a reconocer nuestra dependencia del poder de Dios. Pero no siempre sucede así. No pocos creyentes en los momentos de adversidad olvidan en quién han creído. Ante la necesidad pasan por alto que el Altísimo tiene el poder para suplir nuestras carencias.
Israel vivió una situación similar cuando salió de Egipto. Acababan de adentrarse en el desierto. En su travesía les aguardaban lecciones que les enseñarían a depender de la provisión del cielo. En esta ocasión veremos cómo el pueblo renegó ante la escasez, pero también observaremos cómo el Dios paciente y generoso satisfizo la necesidad de sus hijos proveyéndoles alimento de manera sobrenatural.
1.LA MURMURACIÓN EN LA ESCASEZ
Nota complementaria
¿Cuál era el principal problema de Israel, que los hacía protestar y quejarse constantemente? ¿Acaso las evidencias del poder de Dios no eran suficientes como para que confiaran totalmente en él? También hay en día muchas de nosotros a menudo confiamos totalmente en nuestro trabajo para suplir nuestras necesidades… Es sólo cuando ya no podemos, que buscamos la ayuda de Dios. Hasta entonces nos damos cuenta de que debemos depender de él en todo momento (Rafael Porter. Estudios bíblicos ELA: Comprados por Dios (Exodo). pág. 62).
Vió el pueblo israelita la manifestación del poder del Señor que los libró de la esclavitud y fueron testigos de milagros portentosos. Contemplaron cómo se abrió el m a r para darles paso a su libertad, por lo que reconocieron que no hay quién se compare con Jehová (Exodo 15). Fueron probados cuando entraron al desierto y no encontraron agua, entonces murmuraron contra Moisés. Inmediatamente sus quejas fueron acalladas. pues Dios endulzó las aguas amargas. de manera que pudieran saciar su sed. Una vez más vieron la mano divina obrando maravillas a su favor.
Pero el pueblo era de memoria corta . Cuesta trabajo pensar que alguien olvide tan rápido las obras de Dios, pero tristemente así sucede. La comunidad israelita nuevamente acusó falta de fe cuando escaseó el alimento. Pero resulta increíble lo que salió de los labios del pueblo. Expresaron su nostalgia por los días que vivieron en Egipto. Hablaban de aquel país como una tierra de abundancia. Estaban seguros de que era mejor morir allá
que perecer de hambre en el desierto. Olvidaban que su condición en la tierra de los faraones era de esclavitud y duro trabajo.
¿Cómo reaccionamos ante la necesidad? Es posible que las pruebas en ocasiones nublen nuestro pensamiento, y nos hagan caer en la desesperación. Pero no debemos permitir que las situaciones adversas nos hagan olvidar la grandeza de Dios. ni su poder a nuestro favor. Es mejor ser pacientes y esperar la respuesta divina a nuestro problema.
II- . LA RESPUESTA DE DIOS
Nota complementaria
En el comentario de los escritores conservadores Keil y Delitzsch, se sugiere que los israelitas tenían otras fuentes de abastecimiento además del maná : sus propios rebaños y manadas, que les proporcionaban carne , leche, y queso… Bien pueden haber cultivado la tierra, en aquellas épocas en que permanecieron mucho tiempo en el mismo lugar. Pero siempre tenían el maná, la milagrosa provisión de Dios (Carroll Gillis. El Antiguo Testamento; Un comentario sobre su historia y literatura, Tomo !. pág. 272).
El Señor habla a Moisés y promete alimentar a la nación (16:4). Anuncia que hará algo inédito. lloverá pan del cielo para saciar el hambre de su pueblo. Pero también probará sus acciones, para evidenciar si están dispuestos a obedecerlo. Diariamente saldrán los israelitas a recoger el pan que el Señor les enviará. lo harán de esta forma durante cinco días. pero al sexto. recogerán el doble a fin de no salir durante el día de reposo.
Moisés reúne al pueblo y le comunica las palabras de Jehová. Una vez más serán testigos de la gloria de Dios a través de un milagro. y asi sabrán que fue el Altísimo quien los sacó de la esclavitud. El legislador los confronta además con la actitud que mostraron ante la necesidad. En realidad. las murmuraciones no habían sido contra los lideres, sino contra el Señor mismo; cuestionaban la sabiduría divina y sus intenciones de bien para sus hijos.
Nuevamente Dios se manifiesta entre el pueblo. Mientras Aarón hablaba con la gente. la gloria divina desciende ); Jehová ratifica la promesa de alimento; durante la mañana les dará pan del cielo, y por la tarde. enviará codornices. Con este milagro quedará claro quién es el que ha sacado a Israel de Egipto: ...sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios (16:12).
III. LA PROVISIÓN DE ALIMENTO
Nota complementaria
El mandamiento «acuérdate del sábado para santificarlo» …fue dado en el monte Sinaí. un tiempo después de los acontecimientos de este capítulo. No se debía hacer ningún trabajo en ese día según el mandamiento que el Señor les dio en el monte Sinaí. Pero es posible que el pueblo ya tuviera la costumbre de guardar el séptimo día de la Semana como el día de reposo (Ernst H.Wendland. La Biblia Popular. Exodo.pág. 106).
Tal como Dios lo prometió, ese mismo día por la tarde una gran cantidad de codornices se posó sobre el campamento, por lo que el pueblo tuvo la oportunidad de comer carne. Algunos explican el fenómeno diciendo que. durante cierta época del año.
Estas aves migran de África hasta Arabia y muchas caen en el desierto exhaustas. por lo que es Fácil atraparlas. Pero aquí estamos ante un milagro: las codornices llegaron justo en el momento en que Jehová lo determinó y en la cantidad necesaria para alimentar a la multitud.
Al día siguiente, envió el Señor un rocío alrededor del campamento. y toda la superficie se llenó de una escarcha blanca y redonda. Hay quienes intentan relacionar ese alimento con la resina que produce una especie del tamarisco. pero la narración bíblica deja claro que lo ocurrido fue un milagro divino. La pregunta de Israel. de la cual deriva el nombre del maná ( man hu, ¿qué es esto?). da a entender que el pueblo no conocía ese elemento. La forma en que se suministraba también nos habla de un evento extraordinario. Caía todas las mañanas en cantidad suficiente para que todos recogieran lo que comerían durante un día. mientras que el excedente se echaba a perder. En el sexto día recibían una doble ración que duraba hasta el día de reposo. A partir de entonces y por cuarenta años. el pueblo israelita fue sustentado en su peregrinaje por el desierto con este alimento enviado por Dios.
Notemos cómo la rebeldía estaba arraigada en el corazón de muchos. A pesar de que las instrucciones divinas fueron claras. algunos desobedecieron y juntaron más de lo debido. Tal como se mencionó. el maná excedente de los avariciosos crió gusanos, y hedió (16:20). De igual modo, otros salieron el sábado a buscar más alimento pero no hallaron. Jehová les reprocha su terquedad(16:28).Al relacionado con el día de reposo cuya observancia se ratificaría después
Dios le enseña al pueblo, no sólo a depender de su provisión, sino también a ser obedientes a su Palabra (Deuteronomio 8:3. 16).
IV. UN TESTIMONIO A LAS GENERACIONES
Nota complementaria
El maná es llamado «alimento espiritual» [1 Corintios 10:3), porque era tipo de bendiciones espirituales en lugares celestiales y de cosas celestiales. Cristo mismo es el verdadero maná, el pan de vida, del que el maná era figura (Juan 6:49-51). La Palabra de Dios es el maná del que se nutren nuestras almas (Mateo 4:44 ) . . . Todas estas realidades… son el sostén y el consuelo de la vida divina de nuestra alma, mientras caminamos por el desierto de este mundo (Matthew Henry y F. La cueva. Comentario bíblico de Matthew Henry. pág. 92).
El Señor ordena a Moisés que junten un gomer (2-3 litros aproximadamente) de maná, el cual se guardaría delante del Testimonio (16:33), es decir, junto a las tablas de la ley, dentro del arca del pacto. De esta forma. el pueblo no olvidaría que durante los 40 años de peregrinaje nunca les faltó la provisión del cielo, a pesar de sus rebeldías. No nos falta tampoco a nosotros el cuidado providencial del Señor. Se nos invita a confiar en que Dios proveerá para nuestras necesidades, por ello, debemos orar diciendo:El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy (Mateo 6:11). De diversos modos puede obrar el Todopoderoso para que no falte alimento en nuestra mesa. Nos corresponde a nosotros sólo creer y ser obedientes a su Palabra.
Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de El come, no muera (Juan 6:49-50).
El relato nos enseña no sólo la provisión milagrosa de Jehová, encierra además otro importante significado. Cuando Jesús habla del maná, se refiere así mismo como el verdadero pan del cielo (Juan 8:32). El alimento del desierto fue temporal. Todos los que disfrutaron de él murieron. muchos otros ni siquiera entraron a la tierra prometida (1 Corintios 10:5). Jesucristo es el pan enviado desde el cielo por el Padre, es el verdadero alimento que satisface el hambre espiritual y da vida eterna. Así como Israel tenía que salir a recoger el maná, los hombres han de tomar por la fe los beneficios que otorga Cristo, el pan de vida.
CONCLUSIÓN
Israel olvidó muy pronto las obras que Dios hizo a su favor; murmuraron cuando se acabó el alimento. No podemos acusar nosotros la misma ingratitud. El Señor ha prometido estar con nosotros a lo largo de nuestro camino a la gloria y siempre habrá de sustentarnos.
Sin duda vendrán momentos de crisis, atravesaremos por desiertos donde habrá escasez, pero entendamos que el Padre así lo ha establecido para enseñarnos a depender de él. Aunque no haya abundancia, no estaremos desamparados. Si confiamos y esperamos con paciencia en él. no pasará mucho tiempo para que veamos su mano obrando para bendición.