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sábado, noviembre 2, 2024
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LIDERAZGO GENERACIONAL por Pbro- Juan Martin Sotomayor López

En la historia de la humanidad y en los relatos bíblicos hay varios ejemplos de liderazgo generacional; es decir, derivándose de una línea de parentesco que se posicionaron como reyes, sacerdotes, presidentes, caudillos, profetas, empresarios, artistas…

En la palabra de Dios, no siempre fue en una línea de sucesión familiar, y nos muestra que un siervo de Dios (líder), influyó en alguien cercano a él. Por ejemplo, en el caso de Moisés y Josué, Elías y Eliseo, Jesucristo y sus discípulos por mencionar a algunos. J. Oswald Sanders dijo: Liderazgo es influencia, bajo esta premisa, podemos determinar si nuestro liderazgo para la presente y futura generación ¿es la correcta para que puedan afrontar y enfrentar los vientos contrarios a la fe en nuestro Señor Jesucristo?

En este tiempo de influencia de las telecomunicaciones, ¿ésta y la futura generación están siendo influenciadas por siervos de Dios? Si es así, ¿en qué forma? Porque debemos pensar que la influencias puede ser para bien o para mal; aunque nos duela reconocerlo, eso está pasando en esta generación.

Vemos algunos líderes que se han levantado en la sociedad y están influenciando de manera incorrecta en los principios y normas establecidos por las autoridades, y más aún dentro de nuestras iglesias se levantan este tipo de líderes, causando daño.

El Señor me permitió trabajar, en el gobierno federal, en el área de Comunicaciones, Radio y T.V. por espacio de 16 años, y conocí a varios hombres y mujeres que me influenciaron de una manera positiva…al igual había otros que influían de manera contraria.

Hay un dicho en el ambiente gubernamental que dice se subió al ladrillo y se mareó en otras palabras dale poder a un hombre y lo conocerás realmente. En la Biblia podemos ver algunos líderes que influyeron de una manera positiva trascendental. Primero pasaron por un proceso de transformación y preparación; si tomamos la vida de Moisés, pasaron 40 años para cambiar su mentalidad de príncipe a la de siervo, de junior a pastor de ovejas.

Cada hijo de Dios, antes de tomar una posición de influencia, primero deberá pasar por el proceso de Dios, transformación y preparación. El que sabe más, no es el mejor líder; por eso Dios escogió a lo menospreciado del mundo para avergonzar a los sabios (1 Corintios 1:27, parafraseado), en proverbios 3:5 dice: Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.

Hemos pasado por alto que Dios nos escogió para servir y no para servirnos de los demás. Jesús dijo: El discípulo no es más que su maestro, y ni el siervo más que su Señor (Mateo 10:24).

Moisés influyó en Josué que era su próxima generación; también fue transformado y preparado por 40 años en el desierto, era un esclavo y Dios lo equipó para ser conquistador, bajo la influencia de Moisés; él veía que al que servía pasaba horas, días en la presencia de Dios, anhelaba ser como su señor.

Tuvo preparación previa, escuchando a Moisés, obedeciendo sus instrucciones (Éxodo 17:9); viendo lo que el Todopoderoso hacía, aumentando su fe y creyendo que el Dios de su señor estaría también con él; es más, anhelaba la presencia del Creador (Éxodo 33:11).

Tal devoción lo preparó para llegar a ser el sucesor de Moisés. Ahora nosotros como líderes… ¿estamos preparando a alguien que sea nuestro sucesor? O lo estamos dejando en las ¡manos de Dios! Debemos entender que como siervos del Señor, somos responsables de influir en lo moral, integridad, imagen, carácter, servicio, doctrina y santidad. No debemos pasar por alto este tiempo que Dios nos está permitiendo, para ser agentes de influencia para nuestra congregación y consiervos. Agradezco al Señor que hemos sido influenciados por varios siervos de Dios (a mi esposa Lucy), para ejercer nuestro ministerio de acuerdo a la palabra de Dios.

Una misionera americana junto con su esposo, fundadores de dos iglesias en Puebla; nos dijeron manténganse en un estándar alto de valores éticos y cristianos, y no tendrán de que avergonzarse, no importando remar contracorriente. Y cada día nos estamos esforzando para llevarlo acabo. ¿Qué es lo que nos mueve a liderar? ¿Cuál es nuestro propósito? ¿A quién queremos influenciar? ¿Y quién nos seguirá? Debemos preparar y capacitar a los que vienen detrás de nosotros, que sigan nuestros pasos y nos superen, siempre tomados de la mano de Dios; los futuros ministros tendrán un gran reto, así como Josué. Dejemos que el Señor Jesús, nuestro líder por excelencia, nos enseñe cómo debemos ser como líderes, cada día nuestro anhelo debe ser seguir las pisadas del Maestro.

En memoria del Pbro. Eliud Blanco Cruz.
fuente: Aviva 2012
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