[dropcap]H[/dropcap]ace algunos días, en el festejo del día del amor y la amistad, una reportera de un noticiario local le preguntó a una pareja, cuál era su secreto para perdurar en su matrimonio, ya que cumplían 63 largos años de casados, la respuesta fue sorprendente.
Ellos contestaron: el secreto, es que no hay secreto. Es algo tan conocido que todos lo sabemos, pero sólo pocos practicamos -¿pero qué es? Preguntó con ansia la reportera- la comunicación, contesta la pareja al unísono.
Lo dicho por esta pareja es una realidad tan grande que no se puede esconder. De hecho, si nosotros mismos preguntáramos, seguro que la gran mayoría de las personas contestaría lo mismo que la pareja que mencionamos al inicio. El dicho popular mexicano dice del dicho al hecho hay mucho trecho. Aunque todos sabemos la respuesta, la verdad es que casi nadie pone en práctica lo que según, nosotros mismos, es el secreto de las relaciones. Si cada pareja en el mundo practicara este saber seguro que muchas de las rupturas, sentimentales, se podrían evitar.
Este ejemplo bien podría aplicarse a la vida de oración, todos sabemos que es necesaria para mantener una relación íntima con Dios, o como reza el título que abordamos, este es un recurso infalible. Por lo que el tema tiene que ser recurrente en la vida del creyente, ya que sólo unos cuantos lo ponen realmente en práctica.
En la Biblia podemos ver ejemplos increíbles de hombres y mujeres que descubrieron este secreto dicho a grandes voces.
Tal vez uno de los iconos bíblicos tocante a la oración, es Ana, madre de Samuel. En Ana existía una pena demasiado grande, seguramente para ella no existía una solución humana o de ningún otro tipo; de hecho su esposo había perdido completamente la esperanza, 1 Samuel 1:8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿Por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Las palabras de Elcana expresan resignación, ya nada se podía hacer, humanamente hablando. Sin embargo, Ana recurrió a este recurso infalible, la oración. Cuando ya no queda más, la oración siempre es una esperanza y más que eso, tenemos la seguridad de que el que nos escucha es Omnipotente y que puede hacer lo que le pedimos sin problema. La Escritura misma nos pregunta ¿Habrá algo difícil para Dios?, lo que para el hombre es imposible, para Dios todo le es posible. Para terminar con el relato de Ana, Dios le contestó su petición y no sólo eso, sino que le dio mucho más de lo que se pudo imaginar. Su hijo fue uno de los hombres más sobresalientes en la Biblia y a parte de él le concedió más hijos. Este es el resultado de la práctica de la oración, recurso infalible.
Daniel quizás es el ejemplo máximo de este secreto. La Biblia dice en Daniel 6:28 Fue así como Daniel prosperó durante los reinados de Darío y de Ciro el Persa.
Esta versión NVI enfatiza la razón de la prosperidad de Daniel. También hay otra frase en el capítulo ¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte! El rey reconoce que una de las cualidades especiales de Daniel es que de manera continua, incesante, permanente, persistente, perseverante, tenaz, habitual, frecuente, insistente y algunas otras palabras que se podrían usar como sinónimos, sirve a Dios.
Resalta la pregunta, cómo es que se dieron cuenta que Daniel servía a Dios. La Escritura describe al profeta como un hombre que oraba tres veces al día, este era el secreto del éxito. La versión Reina Valera, del mismo capítulo, en el versículo 3 menciona que tenía un espíritu superior. Cómo un ser humano común y corriente, puede vivir de manera irreprensible, que no se le encuentre tacha alguna. Esta clase de vida es imposible sin una comunión con Dios. Es donde se ve a la oración como un recurso infalible.
Es notable como la vida del profeta se caracteriza siempre por una comunión íntima con Dios, recordemos que el pasaje estudiado es tan solo una parte del éxito de Daniel. Debemos decir que esta clase de vida lo llevó a recibir una de las revelaciones más completas de la historia de la humanidad. Este libro nos narra el desarrollo de la historia desde sus tiempos hasta el final de ellos.
¿Cómo saber cuál es el secreto del éxito para nuestra vida?, lo dicho con anterioridad manifiesta que todo cristiano, pastor, ministro, líder, sabe perfectamente cuál es el recurso infalible para obtenerlo y que a su vez se nos concedan las peticiones de nuestro corazón y aun nuestros deseos.
Evoco al final del presente la famosa frase del insigne misionero Rev. Ray D. Morelock, enunciada en cada una de sus clases a los ministros del Instituto Bíblico Magdiel: Mucha oración mucho poder; poca oración poco poder, nada de oración… por demás está decirlo.
La oración es nuestro recurso infalible, no demoremos más en hacer uso de este recurso que garantiza el éxito para nuestras vidas, familias y ministerios.