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EL REINO DESCIENDE Pbro. Daniel de los Reyes V.

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EL REINO DESCIENDE
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Mateo 10:7.
Las acciones imparables del reino son el ejercicio del ministerio que trasciende. El movimiento se hace realidad porque es el ímpetu que genera vida. Los ascensos y los descensos son ondas que atraviesan todos los niveles de la vida, en ese traspasar van dejando evidencias inconfundibles de la manifestación celestial.
El reino desciende yendo. Desde las alturas. Los ángeles anunciaron y los pastores corrieron a adorarlo. Las estrellas marcaron el rumbo, destino y envío de los sabios que llegaron para postrarse ante él. Aún el adversario cayó de las alturas a los aires y a los infiernos en su letanía infernal.
Maravillosa acción de ir, no vienen si no vamos. No se convoca a venir, se convoca a ir. El espacio global es inmenso y hace dos mil años, cada generación de discípulos ha cargado en su misión ir desde los suyos hasta los desconocidos. Porque el reino no se quedó esperando allá arriba para ver quien se atrevía a ir, descendió y nos amó primero, porque no tuvimos la capacidad de amarlo.
El reino desciende predicando. Parece increíble que la predicación es una acción desatadora de pasión y locura, la de la cruz. Los hombres verán a un mensajero de paz invocar desde cualquier plataforma el nombre que es sobre todo nombre, para anunciar, proclamar, convencer y si es necesario empujar a todos a oír.
La predicación no es un producto discursivo para expandir filosofías. Mas bien es un método. Lo eligió Dios y no los hombres. Somos nosotros los que tenemos que atender a la predicación que se deja oír y tomar la decisión de aceptar o rechazar el ofrecimiento celestial. Atendamos cuando alguien se alza la voz para anunciar, denunciar y profetizar, porque los designios divinos se cumplan antes de lo que los hombres esperan.
El reino desciende diciendo. EL mensaje de la cruz es el amor, perdón y reconciliación. Cuando se entiende que no hay discriminación que valga, la aceptación toma el lugar que le corresponde. Basta de juzgar los errores de los demás olvidando los propios. Porque nadie escapa del juicio severo, pero en el mensaje de la cruz hay una oportunidad para tener acceso a todas la bendiciones celestiales.
El decir es importante porque la confesión es indispensable. Si se anuncia el perdón, los que aceptan el perdón han de perdonar. Si se expresa en amor, los que aceptan ser amados, han de amar aun a los adversarios más difíciles de soportar. Si se anuncia la reconciliación el que se sabe aceptado ha de aceptar a los demás, así al más vil pecador.
El reino desciende acercándose. Dios no está lejos, el busca al perdido. Lo encuentra, lo ama, perdona y restaura. Luego hace la reinserción a la posición para la cual fue diseñado y desde allí lo vuelve heraldo de su paz. Cuan importante es entender que no se hace acepción de personas. En este tiempo de lucha de ideologías y dificultades sociales, nos hace bien atender el ofrecimiento del reino que hace el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
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Pbro. Daniel De Los Reyes Villarreal
Pbro. Daniel De Los Reyes Villarrealhttps://pastorales.com/category/en-cursivas/
Pastor, Maestro, Líder y Escritor, ha sido líder de las Asambleas de Dios en México. Fue superintendente general del Concilio.