Dentro de la iglesia local el cuerpo ejecutivo ejerce un ministerio importante, son el equipo más cercano al pastor y de mayor compromiso en la congregación.
El cuerpo Ejecutivo es el grupo de personas que la membresía identifica y espera encontrar en ellos un modelo de vida cristiana, cada diácono debe considerarse un servidor, un facilitador del trabajo, un fiel colaborador de la obra del Señor.
El texto del Nuevo Testamento usa tres palabras principales para referirse a los diáconos: diakonos que significa “siervo”, diakonía que significa “servicio” y diakoneo, que significa “servir”. En general se refiere a cualquier servicio que atiende a las necesidades de otra persona.
¿Qué clase de servicio está implícito en la palabra griega para diácono? El significado más amplio de la palabra diakoneo tiene que ver con servir alimento. El significado original y tradicional de la palabra se refiere a personas que servían las mesas (Hechos 6:1-7).
Los diáconos eficientes son ejemplo en el crecimiento hacia una fe madura (1 Timoteo 3:9)
- Que guarden el ministerio con limpia conciencia.
Los diáconos necesitan un sentido claro de la presencia de Dios por el Espíritu Santo. Necesitan la fortaleza y el poder de la presencia reconciliadora de Dios para transformarlos en personas capaces de ministrar a otros (Juan 15:5) 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Los diáconos deben procurar la oración porque de esta manera crecen en experimentar la intimidad con la presencia del Señor (Marcos 1:32-35) - Crecimiento en desarrollar la visión.
El poder de la visión capacita a los diáconos para identificar las metas y objetivos, vencer todo obstáculo, desarrollar un plan específico y vivir la vida para la cual fue diseñada. Tener visión significa poder ver algo que va a suceder como si ya existiera. Los diáconos eficientes son ejemplo en una vida familiar cristiana.
Requisitos bíblicos para los diáconos: (1 Timoteo 3:2-8)
2 Pero debe ser alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo. Debe tener una sola esposa, controlar todos sus deseos, y pensar dos veces lo que va a hacer. Debe comportarse correctamente, recibir con gusto en su hogar a los visitantes, y saber enseñar. 3 No debe ser borracho ni violento, ni buscar pelea. Al contrario, debe ser amable y tranquilo, y no estar preocupado sólo por el dinero.
4 Además, debe gobernar bien a su propia familia y educar a sus hijos, para que sean obedientes y respetuosos. 5 Porque si no puede gobernar a su propia familia, tampoco podrá gobernar a la iglesia de Dios. 6 Y no debe ser alguien con poco tiempo de haber creído en Jesucristo, pues puede volverse orgulloso, y entonces recibirá el mismo castigo que Satanás. 7 Por último, debe contar con el respeto de la gente que no cree en Jesucristo, para que nunca pase vergüenza delante de ellos ni caiga en alguna trampa de Satanás.
Los diáconos de la iglesia
8 Los diáconos deben ser gente respetable; no deben mentir ni beber mucho vino, ni hacer trampa en los negocios. 9 Además, deben creer siempre en todo el mensaje de la buena noticia que Dios nos ha dado, y tener la conciencia tranquila. 10-12 Deben tener una sola esposa, y dirigir bien a sus hijos y a toda su familia.
Las mujeres[a] también deben ser respetables. No deben ser chismosas, sino más bien serias y fieles en todo.
Los que quieran ser diáconos serán puestos a prueba. Si no hay nada de qué acusarlos, y pasan la prueba, trabajarán en la iglesia.
Los diáconos sean maridos de una sola mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
- El matrimonio del diácono
La relación matrimonial provee una oportunidad para que el diácono sea un siervo ejemplar. Que en su relación interpersonal con su cónyuge muestre amor recíproco, atenciones y comprensión. El respeto mutuo es un testimonio elocuente de una vida ordenada y espiritual, cada uno asume su responsabilidad desarrollando una estabilidad emocional, social y espiritual, dando testimonio a los creyentes y orando a Dios. - La relación del diácono con sus hijos
La iglesia observa la forma en que los líderes ejecutivos de la congregación tratan a su familia. En Salmos 34:11-22 encontramos cinco lecciones que David el rey de Israel compartió con sus hijos, y que bien pueden ser una enseñanza de aplicación práctica para nuestros días: 11-13 Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñare. ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
La primera lección es de moralidad. Vivir con prudencia, con respeto y sin menospreciar o actuar con ventajas, hablar con sabiduría y prudencia para edificar y no destruir, medir la intensidad de las palabras y aprender a expresarnos de la mejor manera. Animar y consolar en lugar de herir y desanimar.
15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
La segunda lección enseña que el Señor está vigilante y atento para protegernos y responder a nuestra oración cuando clamemos por su ayuda. verso – 15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16, 17 La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos. Claman los justos y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.
La tercera lección
16, 17 La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos. Claman los justos y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.
Enseña la maldad del pecado, cómo el pecado provoca que Dios se indigne y castigue las acciones deliberadas. Es un consejo para esforzarnos a vivir lejos de la transgresión y desobediencia.
La cuarta lección verso:18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.
Muestra la necesidad de tener un corazón quebrantado ante la presencia de Dios. Humillarnos y reconocer nuestras limitaciones y el poder incomparable del Creador.
La quinta lección verso 19-21 Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová… Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.
Enseña la bendición de ser un hijo de Dios. En calidad de hijos recibimos la protección y provisión de nuestro Padre celestial.
Los diáconos eficientes son ejemplo en la integridad personal y pública (1 Timoteo 3:8)
- Los diáconos que proyectan una conducta ejemplar se distinguen por trabajar para obtener resultados.
Tienen empuje interno, no necesitan que los motiven, no dependen de un estímulo para servir. Colaboran por convicción y amor por la obra del Señor. También cuentan con una dosis de sabiduría para corregir lo necesario en sus vidas a fin de impulsar el crecimiento en la obra de Dios. - Son personas con una conducta respetada:
manteniendo buena vuestra manera de vivir ente los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras (1 Pedro 2:12) 12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. - Los diáconos no son un sindicato que pelea contra las iniciativas o proyectos del pastor.
No es un grupo defensor, sino un equipo de trabajo que comparte la visión pastoral y suma esfuerzos para mantener saludable la vida espiritual de la iglesia. Cada diácono debe considerarse un siervo, un facilitador del trabajo, un fiel colaborador de la obra del Señor.
fuente: aviva 2014 edición 12 revisada por el director
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