MANTENER LOS OJOS EN EL OBJETIVO — Pbro. Julio C. Andrade Cáceres

El sembrador salió a sembrar.

DEFINE CON SABIDURIA TU OBJETIVO

L as semillas del sembrador se encontraron en diferentes destinos: entre espinos, junto al camino, entre pedregales y en buena tierra. El problema de tres semillas es fracaso, y el acierto de una semilla con éxito fue el lugar en las que las plantaron. Las semillas tenían las mismas características, no estaban devaluadas en su origen por el tiempo, ni fueron contaminadas por el aire o el subsuelo, no eran semillas ané- micas, tenían la fuerte coraza con el propósito para resistir la mordedura de un insecto, contaban con la asignación de la fertilidad porque crecieron entre la piedra y el espino. El fracaso fue la decisión sin sabiduría del sembrador, no entendió la propuesta de la fructificación de las semillas y las abortó. Un objetivo implica responsabilidad, no es el gusto de un pasatiempo, debe ser una pasión que me haga soñar despierto y que me lleve al campo de batalla para colocarme en la primera línea sin demora. Si te equivocas al definir tus objetivos estarás saboteando tu futuro y la vida te hipotecará talentos, esfuerzo y tiempo.

¡TEN CUIDADO CON LAS OFERTAS!

Algunos se han dejado llevar y han “comprado objetivos” de aparadores caprichosos que cambian con el tiempo son “las olas de modas ministeriales” y han actuado como consumidores adolescentes atrapados por los escaparates de luces multicolores y las pasarelas apostólicas y proféticas. Dios no endosa ni subsidia objetivos egocéntricos, el ego es una bacteria narcisista que infecta el corazón, es paja que se enciende y en un momento se acaba, es una crónica intoxicación emocional que te llevará a competir imaginando rivales, alterando la percepción de la realidad y el binomio vanidad– insatisfacción te propulsará no a la excelencia de tu objetivo, sino a la dolorosa deslealtad. No gastes tus fuerzas peleando contra molinos de viento, esos son para los quijotes de mente reducida con crisis de persecución, a los que Sigmund Freud les regalaría gustoso una hermosa camisa clástica sin botones y mangas muy largas para hacerles un moño por la espalda.

SIGUE TUS OBJETIVOS PERO NO LOS DEFINAS INTOCABLES

¿Cuánto hace que lanzaste tu objetivo? ¿6 meses? ¿1 año? ¿2 años? Tu enfoque en ese tiempo fue de acuerdo a tu conocimiento y experiencia, pero el tiempo ha pasado y hoy necesitas hacer variantes en tu objetivo, no hablo de que seas voluble, sino de ser flexible con tu objetivo para que sea sujeto a cambios, como dice Carlos Parodi “Los conceptos reflejan el momento histórico y un entorno cultural, ninguna definición es definitiva pues el conocimiento es un proceso en constante evolución, por lo tanto toda definición es tentativa y sujeta a ser mejorada”.

¡NO TE QUEDES CON EL RELOJ DE CUERDA!

En el año 1968 el fabricante numero uno de relojes era Suiza, tenia el 65% del mercado mundial, pero para el año 1980 tan solo tenia el 10% ¿Qué paso? Rechazaron un concepto nuevo llamado reloj de cuarzo que unos jóvenes les presentaron, su cerrazón al defender el reloj de cuerda les quitó la innovación del reloj de cuarzo, siendo los japoneses quienes tomaron este concepto, subiendo a un 33% sus ventas en el mercado mundial.

¡SI TAN SOLO TOCARE EL BORDE DE SU MANTO, SERÉ SALVA!

Hay objetivos que son de vida o muerte, son decisiones que tomamos cuando nos encontramos en laberintos por demás complejos, son callejones sin salida en los que desde luego esperamos la asistencia divina. En este tiempo te deprimes o maduras, te hundes o te haces creativo, te angustias o reciclas tus problemas. La declaración de la mujer enferma de flujo de sangre fue mucho más que una idea positiva o un momento emotivo, fue el clímax de acción de fe, llevaba aproximadamente 4,370 días con hemorragias, su declaración rompió en mil pedazos la coherencia del sentido común, sorprendió y superó los límites de la razón. ¡Logró su objetivo! Transformó su amargura en solución, venció a la autocompasión y puso su dolor como peldaño para llegar a la fe.

PUESTOS LOS OJOS EN JESUS

La tragedia de la incredulidad es “apretar a Jesús y no tocarlo”. Quien objetivamente lo toca es quien objetivamente lo anhela, esta es la experiencia de San Agustín de Hipona “Me llamaste y clamaste, quebrantaste mi sordera, brillaste y resplandeciste y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y yo lo aspire, y ahora te anhelo; guste de ti y ahora siento hambre y sed de ti, me tocaste y desee con ansia la paz que procede de ti.” Para caminar hacia Jesús necesitas encontrar sus huellas o caminar sintiendo su presencia, el perfume de su presencia, María derramó el nardo concentrado que absorbieron los poros de Jesús, era fragancia que enlazaba un sentimiento, era el mejor aroma capturado en un cristal, era seda y naturaleza, distinción, imagen y presencia, esta fragancia no se hizo volátil lo acompañó hasta la cruz en su objetivo y en su entrega, envuelto en esa rara mezcla de sangre, perfume y madera. Mirarlo o sentirlo, o aspirar el perfume de su presencia de la manera que desees, pero indefectiblemente lo necesitas para llegar a tu objetivo

fuente: aviva 2014 – edición 13

Acerca de: Pbro. Julio César Andrade Sánchez

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