¿SON LOS CRISTIANOS INTOLERANTES? por Coco Canto un estudio sobre la intolerancia religiosa

Introducción

La mayoría de la gente tiene una opinión muy negativa de los cristianos en la actual sociedad poscristiana. Normalmente lo que cruza en la mente de un ciudadano común incrédulo ya sea en Europa, Estados Unidos o América Latina cuando escucha la palabra cristiano es una aversión por lo que la mayoría de los estudiosos, académicos y personas dicen ser “un pasado oscuro”.

Este sombrío pretérito está relacionado con los desaciertos que ha cometido la Iglesia a lo largo de su historia usando la violencia e intolerancia a su favor para llevar a cabo sus proyectos.

Se debe admitir para comenzar un sano diálogo que la institución cristiana ha fallado en no
pocas ocasiones; negarlo sería arrogancia e ignorancia ciega. Empero también es verdad que, a pesar de la imperfección humana de una enfermedad nata por el pecado del primer hombre, el cristianismo también ha aportado bienes en el pensamiento social de cada generación. Las contribuciones son bastas y eso incluye la tolerancia religiosa por la que grupos cristianos lucharon en sus tiempos.

Parecen olvidar la mayoría de los opositores al Nazareno, que en sus primeros trescientos años (y hasta el día de hoy fuera de occidente normalmente) la iglesia sufrió crueles persecuciones por parte de las religiones e imperios paganos que han acabado con la vida de millones de cristianos incluyendo también el mal de la ideología de izquierda y el comunismo como predilecto en tal lamentable accionar. ¿Cómo es posible que el pueblo solo mire a un Papa corrupto medieval y no a un anciano de nombre Policarpo siendo juzgado cruelmente tan solamente por el cargo de ser un líder de los seguidores de Jesús? En ese suceso del siglo II d.C la gente gritaba pidiendo la sangre de aquel hombre a pesar de su delicada vejez una y otra vez; su intolerancia era evidente, repudiaban su manera de ver la vida en Cristo. Según el historiador Justo L. González, el procónsul que llevaba acabo su juicio tuvo una actitud condescendiente, hipócrita, arrepentida pero también intolerante:

Trató de persuadirle diciéndole que pensara en su avanzada edad y que adorara al
emperador… le pidió que convenciera a la multitud… cuando por fin le amenazó, primero con las fieras y después de ser quemado vivo, Policarpo le contestó que el fuego que el juez podía encender solo duraría un momento, y luego se apagaría, mientras que el castigo eterno nunca se apagaría (González, 2008, p. 65-66).

El libro de John Fox “el libro de los mártires” es un buen documento que el hombre occidental debería tener en cuenta antes de emitir un juicio tan absoluto como que la religión cristiana es el mal de todos los pueblos; los testimonios de martirio son incontables, crueles y tristes sin embargo el presente documento no es una victimización sentimental, sino una respuesta a la ignorancia del no creyente de la historia.

Al igual que el maltrato que vivieron muchos hombres con fe en Jesús, también la cultura
popular parece hacer de la vista gorda al hecho de que los cristianos hacían bienes sociales a costa de su vida por amor y las enseñanzas de su Maestro. Eusebio de Cesárea describe la actitud cristiana en medio de una epidemia llamada la “peste antonina” en el año 165 d.C en el imperio de Marco Aurelio:

Cuando una enfermedad fatal inundó el mundo entero en el tercer siglo, los cristianos eran los únicos que cuidaban a los enfermos. Los cuidaban, aunque corrían el peligro de contagiarse ellos mismos. Mientras tanto, los paganos echaban a las calles a los enfermos, miembros de sus propias familias, para protegerse de la enfermedad. (Bercot, 2006, p.20)

Y si hablamos del periodo moderno, Drietrich Bonhoeffer levanta un estandarte del amor al
prójimo, más allá de un altruismo barato y egoísta, sino uno al que no le importa ser polémico y entregar su vida como Jesús por otros, como Juan Esteban Lodoño describe de su obra de ética:

Ningún mandamiento ha sido dado para usarlo con el fin de aplastar a los demás, sino para
fomentar el bienestar de la mayoría. Por ejemplo, si en la tradición cristiana está prohibido
mentir, pero llegan los nazis a una casa a preguntar que si en el sótano hay judíos escondidos -y efectivamente lo están-, el acto ético más cristiano es decir que no, pues es mejor mentir que promover la muerte (Lodoño, 2009)

¿Cuántos incrédulos de la fe cristiana han exclamado que el Nazismo estuvo coludido con el
cristianismo para sus atrocidades? Es normal para el hombre moderno ver solo una parte de la historia, y no conocer a personajes como Bonhoeffer o Karl Barth que se opusieron a la iglesia protestante liberal sierva de Hitler.

Aunque hay mucha tela que cortar, el siguiente escrito aborda los temas más comunes y por los que se da la objeción común de lo intolerante que es el cristiano. Se empieza hablando de la violencia en el Antiguo Testamento y como una mala comprensión de él puede llevar a la conclusión de que el Dios revelado en el susodicho documento es un monstruo moral que estaba a favor de la intolerancia y el uso de violencia para exterminar naciones enteras, por lo que el fin es refutar con las Escrituras y argumentos sólidos tal falacia la cual logré demostrar la misericordia de YHWH mostrada hacia otros pueblos. Posteriormente, se abordará el tema de las cruzadas y la santa inquisición haciendo caer el mito de que los cruzados se inspiraron en el Antiguo Testamento para cometer sus atrocidades y como la Inquisición, a pesar de haber sido una incorrecta decisión de la Iglesia, no mató a tanta gente como erróneamente se enseña. Por otro lado, la apologética a la ética cristiana y su tolerancia se presenta como punto final de como ahora la libertad que se goza en occidente y los valores morales deben mucho al cristianismo.

La violencia en el AT

Antes de comenzar con lo que normalmente se objeta del Dios del pueblo de Israel y los
patriarcas es importante recordar la frase que Abraham le dice en su diálogo sobre el destino de Sodoma y Gomorra y el destino de los justos: “El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?” (Gn.18:25). No se trata de que el padre de los judíos convenció a Dios para que tenga misericordia, sino una acomodación divina para hacer entender al lector que él es consciente de la maldad y que hace diferencia entre el justo y el injusto, de tal modo que su juicio es imparcial y apegado a su integridad. En el contexto, lejos de ver a YHWH como un “asesino” de homosexuales, es importante tomar en cuenta que la destrucción contra las dos ciudades impías era porque “el clamor contra Sodoma y Gomorra [aumentó] más y más” (18:20). Ezequiel revela que la iniquidad de aquel lugar fue la soberbia, la saciedad de pan y la falta de ayuda a los necesitados (16:49). Tal nación se caracterizaba por la opresión hacia las personas de escasos recursos y la injusticia. La homosexualidad también está implícita en Ezequiel: “y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación (heb. toebah)” (v.50). La palabra toebah en Levítico 18:22 describe la perspectiva dina de las relaciones homosexuales; el vínculo con el profeta no es inverosímil sino la probabilidad más cercana dado el relato de los hombres perversos en Génesis. A pesar de lo
anterior, la “sodomía”, no es lo único condenable, la urbe también se condena por traer dolor a otros y sufrimiento, algo ajeno a una deidad pagana egoísta sino característico del Creador misericordioso y empático que piensa en el pobre y el necesitado (Dt. 15:11).

Las narrativas de las guerras de Israel hacia otros pueblos es el caldo de cultivo para decir que YHWH es un tirano y asesino, no obstante, hay que partir de una comprensión de la cultura de medio oriente la cual era terriblemente violenta; tal respuesta atenuará la perspectiva de Dios como injusto. Deuteronomio es un llamado a Israel a mantenerse santo en la tierra de Canaán la cual tendrán en posesión. Dios por medio de Moisés otorga mandamientos a la asamblea convocada acerca de la relación con las culturas circundantes de la susodicha región: “No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero o hechicero” (Dt. 18:10). Que se hable de prácticas ocultistas posterior a tal acto en contra de los niños solo muestra su carácter religioso. Las naciones paganas tenían la costumbre de ofrecer a sus hijos a Moloch, una deidad cananea en forma de Toro lo cual era abominable para los ojos de YHWH. Aquella intolerancia a otros seres humanos puede verse hoy con las leyes que promueven el aborto y el quitarles la vida a los niños en nombre del “derecho” y la “libertad”, cosa totalmente diferente que se ve en Jesús, hijo del Dios Padre del AT y quien refleja su carácter, como dice Derek Tidball (2009): “Jesús daba atención a los niños de forma inaudita entre los rabinos y les trataba con un respeto sin precedentes” (p. 293). La limpieza de aquel lugar era necesaria para promover la tolerancia de naciones que no lo habían hecho y merecían el justo castigo por su extravío ¿podemos imaginar que tales prácticas inhumanas hoy quizá seguirían vigentes si no fuera por la revelación del Dios
de amor a través de las Escrituras y de su Hijo, a la vez de su intervención en la historia?

Se ignora cuando Dios le dice Abraham el por qué debía esperar la promesa de poseer la
tierra y el por qué ésta no le fue dada a él sino a sus descendientes. Génesis 15:16 declara que la cuarta generación regresaría a Canaán pues en ese momento “no había llegado a su colmo la maldad del amorreo”. YHWH fue paciente con esas naciones que cientos de años después aun seguían sin cambiar la actitud y su inhumano trato hacia los demás. “El juez de toda la tierra ¿no hará justicia?” Llegó el tiempo de Josué y sus tropas de destruir a las naciones que oprimían a otros seres humanos, no sin antes tener Dios misericordia de ellos. Paul Copan y Matthew Flannagan (2014) expresan que “la Biblia no afirma inequívocamente que Dios ordenó a Israel exterminar a cada hombre, mujer y niño cananeo en la tierra Prometida. El lenguaje… no es de exterminio sino de “expulsar” y “sacar” a los cananeos (p. 87). Aunque en Éxodo 23 Dios afirma que “eliminará” a las siete naciones, posteriormente en los versículos 27-31 describe la acción como echadas por las avispas enviadas, y, además, no es en un solo acto, sino gradualmente: “no los echaré de delante de ti en un solo año, a fin de que la tierra no quede desolada”. “las avispas” sugiere que se trate de la promesa de Dios de enviar terror delante del pueblo, esto puede verse
cuando los habitantes de aquellos lugares sintieron “gran temor” (Jos. 2:9). Copan y Flannagan

siguen observando que:

“el mandato de destruir por completo las siete naciones se produce en un contexto que
establece claramente que Dios ya ha expulsado a las siete naciones antes de Israel. En el
contexto, entonces, ‘ellos sólo pueden referirse a aquellos cananeos que no han huido pero que permanecen en la tierra después de la derrota militar” (p. 89)

El análisis detenido de los textos demuestra que la orden de Dios no puede tratarse de un
genocidio sin precedentes como el nuevo ateísmo caricaturiza. Además, hay que tomar en cuenta la interpretación hiperbólica de Josué característica de la cultura semítica. Aunque hay textos que parecen mostrar la hazaña de Josué como una destrucción completa, otros pasajes demuestran que el cananeo aún persistía en coexistir junto con el pueblo del pacto (Jos. 17:2; Jue. 1:27), lo que refleja que el mismo texto nos da la pauta metodológica de como interpretar pasajes oscuros y nos advierte de tomarlos literalmente. Entonces ¿Dios es intolerante? ¡De ninguna manera! Por lo que los israelitas y los seguidores genuinos de Jesús tratan con sus fuerzas de no serlo. Las cruzadas y la Santa Inquisición

El mito en cuanto al tema de las cruzadas es que el cristianismo se basó en la intolerancia
religiosa del AT para promover el asesinato de musulmanes. “Curiosamente, quienes podrían aprovechar dichos textos serían los propios judíos étnicos quienes ya en el mismo Antiguo Testamento ven tal acto de guerra como único e irrepetible” (Copan y Flannagan, 2014). Bruce Elliot Johansen (2007) afirma que “las diferentes etapas de la historia de Israel trajeron diferentes demandas y obligaciones morales” (p.123), por ejemplo, en cuanto al exilio, los judíos debían permanecer mansos y dejarse conquistar. Jeremías con una actitud misional les dice que debía orar por los Babilonios y construir sus casas ahí (Jer. 29:4-7), esta actitud en la misión tiene su progresión en la labor cristiana de la gran comisión (Mt. 20:19). Por ello es inverosímil pensar que los cruzados basaron su encomienda a tierra santa por los mandatos a Josué; se ha comprobado que ellos realmente se inspiraron en los evangelios, “mencionaban el amor de Dios y las palabras de Cristo de abandonar todo para ser un discípulo fiel. No fueron los textos del AT
sobre la guerra y la conquista, sino las propias palabras de Jesús…uno debe amar a sus hermanos y hermanas espirituales” (Copan y Flannagan, 2014). Aquel acto lejos de ser intolerante muestra amor por aquellos oprimidos por el dominio islam. Douglas S Earl (2010) comenta: “Los evangelios jugaron un papel mucho más prominente en la justificación de las cruzadas que el libro de Josué que brilla por su ausencia” (p. 38). Es un error decir que las cruzadas fueron totalmente impunes en nombre de Dios y no es justificable, hubo grandes homicidios y errores, pero tampoco se trataba de una ambición ciega por territorio (aunque esto se dio de manera incidental), en cambio, fueron provocadas por “las atrocidades musulmanas contra los cristianos – tortura…violación de mujeres, conversiones forzadas, saqueo y matanza… –… no fueron actos de agresión sino una respuesta a la agresión musulmana” (Copan y Flannagan, 2014). Los lugares ya habían sido cristianizados, no tenía la intención de convertir por la fuerza a musulmanes a la fe católica.

La Santa Inquisición es otro error monumental que la iglesia cristiana debe afrontar, sin
embargo, cabe preguntarnos ¿fue la santa inquisición una masacre de personas llamadas “herejes” equiparable a otras matanzas de la historia? Es de conocimiento general que solo el 10% de sus procesos terminaron en ejecuciones, a comparación otras “hazañas” sangrientas ateas como el caso de Stanlin. El escritor ruso Vadim Erlikman afirma “que hubo 1,5 millones de ejecuciones” (Cervera, 2018) en aquel régimen soviético.

No obstante, aunque la Santa Inquisición, como dice Justo L González (1994), tuvo su
inicio “ocupándose principalmente de los supuestos judaizantes y de los moriscos falsamente convertidos” empezó a fijarse en los luteranos y otros protestantes, lo que quiere decir, que de igual manera los cristianos de otra perspectiva doctrinal fueron perseguidos y masacrados, tal es el caso de los anabaptistas o de los hugonotes. Esa institución “cristiana” intolerante, también lo fue con otros creyentes genuinos que mostraron valentía por la verdad y tolerancia por su prójimo. Tampoco debemos olvidar la inquisición calvinista donde Miguel Servet murió por sus convicciones y como anteriormente se dijo, otros cristianos tanto católicos como protestantes fueron perseguidos y humillados.

La siguiente imagen sintetiza el amor cristiano de aquella época y a la vez, la violencia
ideológica en nombre de Dios:
“Las autoridades holandesas ordenaron la captura de este hermano anabaptista en 1569.
Cuando Dirk vio al cazador de recompensas, él trató de escapar al cruzar el río congelado.
Cuando el cazador de recompensas trató de cruzar el río persiguiendo a Dirk, el hielo se partió y el cayó al agua fría. Al ver que su perseguidor casi se ahogaba, Dirk regresó y lo rescató del agua helada. El cazador de recompensas, conmovido profundamente por esta demostración de amor, quiso dejarlo que se fuera libre. Pero desde la otra orilla el burgomaestre le ordenó que capturará a Dirk” (McGrath, 2005)

A pesar de todo, el señor L González nos recuerda con una versión imparcial que la
historia es compleja y no se trata solo de “negros o blancos”, él concluye con respecto a la
inquisición:

Los crímenes de la inquisición española no pueden cubrirse diciendo sencillamente que no
fueron tantos ni graves, o argumentando que era una institución necesaria para la unidad
religiosa del país. Pero tampoco hay pruebas de que la Inquisición española,
especialmente en las primeras décadas, fuese una institución impopular, ni que se
complaciera en perseguir a los estudiosos. Al contrario, hubo muchos casos en los que los
letrados emplearon los medios del Santo Oficio para hacer callar a los místicos y
visionarios que representaban las clases más bajas de la sociedad [alguno de ellos
cristianos devotos carismáticos] (González, 1994)

La Edad Media no es la única etapa oscura en la que el cristianismo reinó para maltratar a la gente que no creía en él, hoy también pasa con el capitalismo de libre mercado el cual oprime a su prójimo en nombre del progreso, tal como dice el historiador ateo Yuval Noah Harari: “A finales de la Edad Media, la esclavitud era casi desconocida en la Europa cristiana. Durante los inicios del periodo moderno, el auge del capitalismo moderno fue de la mano con el auge del tráfico de esclavos en el Atlántico. Los responsables de esta calamidad fueron las fuerzas desenfrenadas del mercado, mas que los reyes tiránicos” (Harari, 2014, p.362) La libertad de conciencia promovida por cristianos

Anteriormente hablamos de los anabaptistas, quienes proponían la semilla de la libertad en la que Jesús los había puestos al hablar de un reino que no era de este mundo (Jn. 18:36). Una de las principales diferencias que la reforma radical tuvo con la magisterial fue la diferencia entre “estado” e “iglesia”. El énfasis anabautista era en que el creyente llegaba a convertirse en cristiano no por nacimiento, sino por decisión propia y por eso, a diferencia de las iglesias hasta ese momento históricas ellos bautizaban a creyentes y no a bebés que no tenían tal conciencia de decisión sobre su destino eterno. El reino de Dios venía entonces “por intervención divina” y no por el edicto de un monarca o el gobierno de este mundo, la iglesia debe estar separada de los asuntos políticos, puesto que, si se mezcla, el caos totalitarista puede emerger y hacer olvidar al cristianismo su misión fundamental que es reflejar la luz de Jesús en este mundo. Si hoy Europa y América no sufre una persecución oficial como en otras partes del mundo hacia otras religiones y
sus adeptos, fue gracias a estos cristianos que dieron la vida por sus semejantes humanos.

Casiodoro de Reina (quien se conoce por su traducción de la Biblia al español) al ver la
masacre en Ginebra y la opresión tiránica de Juan Calvino sobre ellos, se opuso al reformador de manera contundente. Otro cristiano francés y humanista, cansado del dolor ajeno, también protestó en contra de la tiranía calvinista. Sebastián Castellion se inmortalizaría con su frase antela ejecución del pensador Miguel Servet: “matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre”, también dijo “Buscar y decir la verdad, tal y como se piensa, no puede ser un delito. A nadie se le obliga creer. La conciencia es libre”. Miguel Servet negaba la Trinidad,

¿doctrina importante? Desde luego, sin embargo, el Nuevo Testamento nunca nos enseña a
asesinar a aquellos que se nos oponen ideológicamente. Tales hombres defendieron la verdad bíblica de amar a su prójimo sin importar su condición y tener tolerancia a su persona, aunque discrepemos de su pensamiento, es por ello por lo que John Wesley recalca con su famosa frase “pensemos y dejemos pensar”. Otros cristianos han hecho obra social en favor de grupos minoritarios oprimidos mostrando tolerancia, aboliendo la esclavitud, el racismo y dando dignidad a la mujer como los primeros cristianos.

Conclusión

En efecto, aunque han existido errores gravísimos en el cristianismo, también han existido
grandísimos aciertos. La cultura occidental no sería lo que hoy es sin los valores cristianos, que lamentablemente, se están perdiendo. La ideología de género está destruyendo el pensamiento de muchos jóvenes y robándoles su identidad, el aborto acabando con la vida de millones de niños, el racismo separando a los seres humanos que fueron creados para tener comunión. Necesitamos usar el lente de Cristo con la “ley de la libertad” proclamada en el Sermón del Monte, ayudando a los más necesitados y ofreciendo vida en lugar de muerte. Lo que Jesús predicó no puede ser intolerancia, sino franqueza ante la eternidad, una eternidad que no es un cuento, sino que tiene diferentes consecuencias, la nueva creación o la pena eterna de perdición. ¿Es tolerancia dejar tal apremiante labor y dejar de confrontar al mundo con amor? La respuesta depende de cada uno de nosotros. Dios nos ayude

Acerca de: Coco Canto Encalada

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Ministro del distrito Yucatan, Joven activo en el evangelismo de calle, pastor asociado de la iglesia La Nueva Jerusalen de Mérida. Estudia Master of Divinity(M. Div.) en Facultad de Teología de las Asambleas de Dios de América Latina Comenzó en 2021

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