La fe en un mundo secularizado
La Iglesia de hoy está inmersa en un mundo cada vez más secularizado. Como resultado, los creyentes deben estar preparados para explicar lo que creen a quienes hacen preguntas difíciles e incluso escépticas sobre la fe.
Las personas familiarizadas con el concepto de Dios a menudo se refieren a Él de manera superficial. Tal vez en una breve oración, especialmente en tiempo de crisis o sufrimiento, e incluso podrían decir que «Tata Dios» los protege. Pero a menudo no hay una relación personal con Dios. Para ellos, Él es, en el mejor de los casos, una figura impersonal. Esta lección explora la naturaleza de Dios y su participación en el mundo que creó, y ayudará a los creyentes a prepararse mejor para explicar las realidades de Dios a un mundo sin Dios.
Cómo responde a la pregunta: «¿Quién es Dios?» En la cultura de hoy, las personas responden a esta pregunta de muchas maneras. Los ateos dicen que no hay Dios. Los agnósticos dicen que no es posible saber si Dios existe. Los que abrazan el hinduismo, el islam y el budismo responden la pregunta de manera muy diferente a los cristianos. Entonces, ¿quién es Dios? ¿Y cuál debería ser la relación de una persona con Él? Hoy descubrirá cómo responde la Biblia esta importante pregunta. Mientras estudia esta lección, piense en su propia perspectiva de Dios y en cómo tendría que modificarla para reflejar la descripción bíblica de Él.
Parte 1—Dios se revela en la creación
Dios el Creador- Génesis 1:1,2
Cuando Moisés escribió el libro de Génesis, los israelitas habían salido de 400 años de esclavitud en Egipto. Aunque estuvieron bajo la influencia de una cultura que adoraba a muchos dioses, ellos mantuvieron su adoración del único Dios verdadero, y enseñaron a sus hijos acerca de Él a través de la tradición oral.
Bqjo la inspiración del Espíritu Santo, Moisés declaró que Dios existe y es el Creador de todas las cosas. Luego Moisés comenzó a referir la poderosa obra de Dios en la Creación. En la declaración de que la tierra no tenía forma, obtenemos un sentido de Dios planeando la obra de la Creación (Génesis 1:1,2).
Dios creó un medio ambiente que proveyera para la vida que pondría en la tierra. Esto permitió que los israelitas vieran que la naturaleza confirmaban los escritos de Moisés. El aire que respiraban los mantenía vivos. Las estrellas estaban suspendidas en el cielo sin caer a la tierra. El sol proporcionaba suficiente calor y luz, y cada noche, la luna proporcionaba luz. Habían sido testigos de siglos de siembra y cosecha. Era claro, que ese Dios que controlaba todas las cosas, era el origen de la vida en la tierra.
Los atributos de Dios Salmos 19:1-4; 139:7-10,14; Isaías 40:12-14; Romanos 1:18-20
Muchos años después de que Moisés escribiera Génesis, David expresó cómo el mundo natural declara la existencia de Dios. Comtempló el cielo en la noche, y concluyó que las mismas estrellas dan testimonio de que Dios existe. La inmensidad del universo testifica de un Dios que creó todas las cosas. Las palabras de David nos recuerdan que Dios es omnipotente (Salmo 19:1-4).
David también declaró que Dios está en todas partes—o que es omnipresente. Identificó a Dios como «Espíritu». En Génesis, el término «espíritu» también se refiere a Dios. Dios se ve uno en tres Personas distintas: el Padre es Dios, Jesús es Dios, el Espíritu es Dios. No hay tres dioses, sino uno. Esto se conoce como la Trinidad. El alcance de esta lección no es lo suficientemente grande para explicar la Trinidad, pero David se refería al Dios de la Creación (Salmo 139:7-10). A diferencia de los dioses paganos, nuestro Dios no tiene límites o no puede ser controlado. Él nos ama y quiere lo mejor para nosotros. David incluso miró su propio cuerpo, y lo vio como un testimonio de la bondad de Dios (Salmo 139:14).
El profeta Isaías describió la omnisciencia de Dios. En otras palabras, Él conoce todas las cosas (Isaías 40:12-14). Este atributo, junto con los otros dos anteriores, nos brindan una seguridad maravillosa: Dios está en todas partes, Él sabe todas las cosas y Él puede hacer todas las cosas. Verdaderamente, podemos mirar el universo que nos rodea y ver que hay un Dios Creador que mantiene en equilibrio todas las cosas (Romanos 1:18-20).
Parte 2 – Juez del bien y el mal
El mal camino Romanos 2:12-16; Efesios 4:17-19
Durante el tiempo en que Pablo escribió a los romanos, los líderes judíos no vieron ninguna razón para aceptar a Jesús como su Mesías. Tenían la Ley, así como sus interpretaciones de la Ley. Creían que, si vivían conforme a la Ley, solo con sus acciones agradarían a Dios. Pablo explicó que Dios requiere que el hombre tenga una relación de fe con El—un asunto del corazón (Romanos 2:14,15). La Ley, de hecho, informaba a las personas lo que está bien y lo que está mal a los ojos de Dios. Sin embargo, no podía salvar. No podía santificar. Cualquiera que tratara de seguir la Ley para la salvación sería declarado culpable en el día del juicio.
Judíos y gentiles se presentarán delante de Dios. Mientras que los judíos dependían de la Ley, los gentiles no tenían concepto de la ley, sin embargo, tenían una conciencia que les daba sentido del bien y el mal. Pero no había manera de que cumplieran la justicia o se volvieran santos por sus obras. Mas bien el entendimiento de ellos fue entenebrecido por el pecado (Efesios 4:17-19). Por consiguiente, vivían para cometer todo tipo de pecado e impureza.
□ El buen camino Efesios 4:20-24; 1 Pedro 1:13-16
Pablo le recordó a los cristianos de Éfeso que no deberían vivir como los judíos o los gentiles. Habían recibido una nueva vida en Cristo. Quienes se habían sometido a Dios debían vivir de manera diferente. Cuando se trata de agradar a Dios no estamos luchando con nuestras propias fuerzas. Cuando aceptamos a Jesús como Salvador, recibimos un «nuevo yo» que está empoderado por el Espíritu Santo para vivir como Dios lo desea. Debemos decir «no» al pensamiento egocéntrico y decir «sí» al Espíritu Santo, conforme nos dirige a tomar las decisiones correctas. Debemos aprender a escuchar y obedecer al Espíritu (Efesios 4:20-24).
Pedro explicó que la vida justa comienza con la manera en que una persona piensa. El primer cambio en el pensamiento de un nuevo creyente es aceptar que hay un única y verdadero Dios. Una vez que tiene esta percepción, la persona entenderá que él o ella debe vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. La vida santa implica mantenerse enfocado en Dios. El cristiano no puede esperar seguir a Dios un día y seguir sus propios deseos al siguiente, y todavía mantener una buena relación con Cristo. Enfrentamos muchas tentaciones que alejan de Dios. Tenga en cuenta que Pedro dijo a sus lectores que se mantuvieran alerta y sobrios.
Recuerde el premio que espera a los seguidores de Dios, el cual Pedro señaló como la esperanza del cristiano. Decir «no» a nuestro yo hoy es un ínfimo sacrificio comparado con la recompensa eterna que espera a los cristianos que permanecen fieles a Dios (1 Pedro 1:13-16).
Parte 3—Un Creador personalmente comprometido
□ Dios vive Hechos 17:16-31
Pablo presentó un nuevo pensamiento a los filósofos en Atenas—una filosofía basada en un Dios que no era tallado en piedra (Hechos 17:16-31). El Dios que Pablo describía era muy diferente de los dioses griegos. Él interactúa con su creación, y no necesita sacrificios que lo satisfagan. Él ama y se preocupa de su creación. Nos ama de tal manera que proveyó una manera de que lo encontremos. Cuando se dirigió a un grupo de filósofos, Pablo citó a un filósofo griego para cons truir un puente entre lo que la gente creía y el verdadero Dios (v. 28). Este puente lo ayudó a abordar el tema de Dios en términos que sus oyentes entenderían.
Pablo explicó que, así como la ignorancia condujo a la idolatría, Dios fue misericordioso y contuvo su juicio. Pero la misericordia eventualmente daría paso al juicio, por eso todavía había posibilidad de que la gente se apartara de su idolatría. Si bien todavía hay quienes adoran ídolos y otros dioses falsos, debemos ser cautelosos de no dejaría que una forma moderna de idolatría desvíe nuestra atención del Dios verdadero.
□ Fe en Dios Hechos 17:32-34; Hebreos 11:6
La Biblia es clara acerca de quién es Dios. Tenemos la opción de aceptarlo o rechazarlo por quién es Él. Esos filósofos griegos en Atenas tuvieron reacciones diversas sobre la presentación que Pablo hizo de Dios. Algunos rechazaron de inmediato el mensaje de Pablo. Otros aceptaron el mensaje y se convirtieron en seguidores de Dios a través de la fe en Jesús. Otros quisieron pensar un poco más en este nuevo concepto (Hechos 17:32-34).
Nuestra relación con Dios es posible a través de la fe—y la fe cristiana no es una ilusión, sino un compromiso firme. La fe pone la confianza en Dios, y nunca podremos experimentar la vida eterna, sino creemos que Él existe (Hebreos 11:6).
¿Qué nos dice Dios?
Para alcanzar a otros con el evangelio, debemos entender quién es Dios. Él es el Creador de todas las cosas, un Juez misericordioso y justo, que ama su creación.
El ministerio en acción
- Dedique tiempo esta semana a disfrutar de la creación de Dios.
- Procure que la vida misma sea una oportunidad de hablar a alguien de Dios.
- Ore por quienes ministran el mensaje de Cristo en otras culturas.