Los hechos de esta lección sitúan al pueblo de Judá en su regreso a Jerusalén después del exilio en Babilonia. Para ser más específicos, es la tercera fase del retomo, y tuvo lugar alrededor del 444 a.C. (La primera ocurrió en 538 a.C.) Esta era la oportunidad de para un nuevo comienzo, y surgió un nuevo líder, a quien Dios usó para coordinar la reconstrucción del muro de Jerusalén. Nehemías era un hombre de oración y gran valor, que estaba profundamente preocupado por sus compatriotas. No dejó que la oposición lo desanimara, ni que fuerzas extemas lo distrajeran del llamado que Dios le había confiado.
Nehemías estaba afligido por la difícil situación de su pueblo en Judá, porque la ciudad estaba destruida, la gente estaba sufriendo y el muro de la ciudad estaba en ruinas. Sin embargo, como aprendemos del ejemplo de Nehemías, un componente importante de la oración es cómo respondemos y los pasos que damos desde el momento en que escuchamos las malas noticias hasta que lidiamos con la circunstancia. ¡Es asombroso cómo Dios dispone todos los elementos para su propósito de renovación y restauración cuando procedemos con fe y valor y oramos con convicción!
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