Génesis 7:1 a 8:19 – Dios es justo para detener la maldad mediante su juicio.
2 Pedro 2:5
[Dios] no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé,
pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos.
Cuando aumentó el pecado, Dios llamó a Noé para que construyera un arca que proporcionara seguridad para él y su familia, junto con ejemplares de toda especie de animales y aves terrestres. Noé siguió fielmente las instrucciones de Dios. La Biblia no nos habla de ellos, pero sólo podemos imaginar la reacción de sus amigos y vecinos pecadores mientras construía una inmensa embarcación diseñada para flotar sobre el agua y proteger del diluvio universal a las personas y los animales. Dios puede pedirnos que hagamos algo que parezca absurdo a los demás—o aun a nosotros—pero sus planes son siempre perfectos, y sus promesas, fieles.
La fe en Dios de Noé resultó en obediencia total porque construyó el arca según las especificaciones de Dios, y la abasteció con los alimentos necesarios y preparó a bordo un lugar para todo animal y toda ave que el Señor le trajo. Sirvió de ejemplo a su generación de una persona que siguió a Dios aun cuando no tenía sentido construir un barco inmenso en tierra, especialmente cuando no había ningún registro de un diluvio—o aun de lluvia— hasta este momento en la historia.
Parte 1-Salvados en el arca
□ La vida de personas y animales fue preservada Génesis 7:1-4
Noé fue un hombre justo delante de Dios (Génesis 7:1). La fe de Noé lo condujo a la acción. Cuando Dios le dijo que construyera un arca, él siguió fielmente las instrucciones de Dios, creando una embarcación que preservaría la vida animal en la tierra, y a ocho seres humanos. Además de las parejas de toda especie de animal (Génesis 6:19,20), Dios instruyó a Noé que hiciera entrar en el arca siete parejas de todo animal adecuado para el sacrificio y para comer (7:2). Más tarde Dios estableció en su ley distinciones entre clases de animales (Levítico 11:1,2); Deuteronomio 14:3-8). Por ahora, Dios le traería a Noé los animales y aves que salvaría.
Más de cien años después de que Noé comenzara a construir el arca, Dios declaró que en siete días traería inundaciones sobre la tierra (v. 4). La lluvia vendría por «cuarenta días y cuarenta noches», periodo de tiempo que aparece varias veces en la Biblia. Moisés pasó dos veces cuarenta días y cuarenta noches con Dios; primero cuando recibió los Diez Mandamientos y nuevamente cuando el pueblo de Israel pecó con el becerro de oro (Deu teronomio 9:7-18). Jesús estuvo en el desierto cuarenta días y cuarenta noches, cuando fue tentado por Satanás (Mateo 4:1,2). También pasó cuarenta días con sus seguidores entre su resurrección y su ascensión (Hechos 1:3).
□ Dios ordena, Noé obedece Génesis 7:5-10
Noé obedeció todo lo que Dios le ordenó (Génesis 7:5). La obediencia bíblica no es selec tiva. Significa entender qué agrada a Dios y hacerlo fielmente cada vez (véase Efesios 5:17). Hebreos 11:7 declara que Noé construyó un arca para salvar a su familia sin eviden cia de un diluvio venidero, sino solo el anuncio que Dios le había hecho. Sin embargo, el arca brindaría protección solo a quienes entraran en ella. La esposa de Noé, sus hijos y sus nueras siguieron a Noé al arca, y se salvaron del Diluvio como familia (Génesis 7:6,7), reflejo de una salvación aun mayor, que viene a través del sacrificio de Jesucristo y que puede bendecir a familias enteras, conforme cada individuo cree y acepta el mensaje del evangelio (Hechos 16:31). Dios también trajo a Noé los animales que entraron al arca y se mantuvieron vivos durante esta catástrofe mundial. La obediencia de Noé preservó no solo la vida humana, sino también la vida animal (Génesis 7:8-10).
Parte 2-EI mundo es destruido
□ La entrada al arca – Génesis 7:11-16
El Diluvio comenzó desde abajo, cuando «todas las aguas subterráneas entraron en erup ción» (Génesis 7:11, n t v ), lo que sugiere un depósito subterráneo de agua que Dios desató en la superficie de la tierra. El agua de arriba cayó, cuando «las cataratas de los cielos fueron abiertas» (v. 11). La lluvia caería por cuarenta días y noches (v. 12). A pesar de la obediencia de Noé y su vida piadosa, la gente no consideró su ejemplo ni se arrepintió de sus pecados (Hebreos 11:7). Ahora, cuando las aguas subían y ellos estaban fuera del arca, su oportunidad de volverse a Dios había terminado.
Noé y su familia estaban a salvo en el arca (v. 13), junto con los representantes de todo animal y ave terrestres (w. 14,15). El Diluvio fue universal y requirió una pareja reproductora de todo animal para repoblar la tierra de cada especie después del Diluvio (v. 16).
Finalmente, Dios encerró a Noé, su familia y los animales en el arca. Aunque algunas traducciones se refieren a Dios cerrando la puerta, el texto original no menciona la puerta en este momento. Más importante aún, Noé y su familia estaban a salvo porque fueron encerrados por el poder de Dios, el mismo Dios que había comunicado su plan de rescate a Noé y lo había llamado para llevarlo a cabo.
□ Destrucción de todos los seres vivos Génesis 7:17-24
Durante cuarenta días las aguas del diluvio subieron hasta que cubrieron las montañas más altas (Génesis 7:17-20). No obstante, el plan de Dios de mantener a salvo a ocho personas y a representantes de toda especie animal resultó exactamente como Él lo prometió. Dios había instruido a Noé que construyera una embarcación que flotaría a pesar del rápido crecimiento de las aguas tanto de arriba como de la profundidad.
Génesis 7:21-24 repite nuevamente la verdad de que todo ser humano y animal, excepto aquellos en el arca, perderían la vida en el Diluvio. Dios juzgó el pecado poniendo fin a la vida (véase Romanos 6:23). El arca, como el único medio de salvación de la destrucción universal del Diluvio, ilustra la salvación disponible sólo a través de Jesucristo. Así como todos los que no se sometieron a Dios en los días de Noé fueron destruidos en el Diluvio, todo aquel que no acepte la obra de Jesucristo enfrenta la mayor destrucción que es la separación eterna de Dios. Así como Noé y su familia tuvieron que entrar al arca para salvarse del Diluvio, toda persona que desee la salvación eterna debe entrar personalmente en el plan de salvación de Dios, decidiendo por sí mismo seguir al Único que tiene «palabras de vida eterna» (Juan 6:68).
Parte 3-Dios se acordó de Noé
□ Dios pone fin al Diluvio – Génesis 8:1-14
Cuando la Biblia dice que Dios «se acordó», esto no significa que Dios se olvide de algo. Cuando Dios, «se acuerda», actúa para bendecir a las personas y cumplir sus promesas. Se acordó de las oraciones de Abraham y rescató a Lot de Sodoma y Gomorra (Génesis
19:29). Se acordó de Raquel y le permitió concebir (Génesis 30:22). Se acordó de Noé e hizo que el viento soplara y que las aguas comenzaran a retirarse (Génesis 8:1).
Dios también detuvo tanto el flujo de las aguas subterráneas y la lluvia del cielo (v. 2). Cinco meses después de que comenzó el Diluvio, el arca «reposó … sobre los montes de Ararat» en lo que hoy es Armenia (w. 3,4). Diez semanas después, las cimas de otras montañas se descubrieron como islas en el agua (v. 5).
Noé envió a un cuervo, que fue y regresó, pero no trajo evidencia alguna de que estuviera seco afuera (w. 6,7). También soltó a una paloma, que regresó al arca (w. 8,9) ya que no encontró lugar donde posar. Cuando la envió siete días después, la paloma trajo una hoja de olivo (w. 10,11), evidencia de que las aguas habían bajado. La paloma que envió siete días más tarde, no regresó (v. 12). Noé miró la superficie del suelo, y vio la evidencia del poder de Dios. Él había traído el Diluvio, y también lo había terminado (w. 13,14).
□ La salida del arca Génesis 8:15-19
Más de cien años antes, Dios le había dicho a Noé que construyera el arca y entrara en ella con su familia y representantes de todos los animales y aves terrestres. Después de que estuvieron dentro del arca, no hay registro de Dios hablando nuevamente hasta que las aguas se secaron.
Entonces, Dios le dijo a Noé que saliera del arca con su familia y que dejara salir a todas las criaturas (Génesis 8:15-17). Había llegado el momento de llenar la tierra nuevamente con vida. Las instrucciones de Dios fueron similares a las que había dado a su creación en el principio (véase 1:20-24).
Noé y su familia obedecieron y salieron del arca (Génesis 8:18), seguidos por todos los animales y aves, listos para llenar la tierra con sus respectivas especies (v. 19). Dios había preservado la vida humana y animal mientras juzgaba a un mundo pecaminoso.
¿Qué nos dice Dios?
Noé obedeció el mandato de Dios de construir un arca que mantuviera a su familia y a todo animal y ave terrestre con vida a través del juicio mundial. Tenemos oportunidades de tocar a nuestro mundo a través de nuestra fe en Dios. Confiando que Él está con nosotros cuando obedecemos, podemos hablar a otros con valentía sobre Jesucristo.