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EL EVANGELIO COMPLETO — Pbro Juan J Pérez González

Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (Mateo 9:35).

E l ministerio de nuestro Señor Jesucristo durante el tiempo que estuvo en la tierra abarcó todos los aspectos importantes de la vida de los seres humanos, tales como salvación, sanidad del cuerpo y heridas del alma. Cuando veía a las multitudes, lo movía la compasión por el sufrimiento de las personas. De manera que podemos ver en Jesús un ministerio que proclamaba un evangelio completo, es decir, un evangelio que suple todas las necesidades del hombre. De ello trataremos basados en la Biblia y de manera sencilla en el presente artículo.

PREDICANDO

Para que las personas se conviertan al evangelio. El Señor Jesucristo tenía la tarea eterna de salvar a la humanidad con su sacrificio en la cruz, y se hubiera abocado a realizar sólo esa gloriosa obra; sin embargo, lo vemos predicando el evangelio a las multitudes. Cristo mismo busca a los perdidos, anuncia las buenas nuevas y explica a sus discípulos los misterios del reino de los cielos. El Señor dice: Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10). El evangelio de Marcos también nos muestra el interés del Señor por la gente: Y salió Jesús y vio una gran mulel evangelio completo titud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas (Marcos 6:34).

El ejemplo de Jesús en la predicación y esparcimiento del evangelio es un modelo a seguir en el campo de la evangelización moderna, porque la gente sigue con las mismas necesidades.

<-1623" title="Juan JPG Vol3 90064155335498754 N" /Juan_JPG_Vol3_90064155335498754_n.jpg" alt="Juan JPG Vol3 90064155335498754 N" width="960" height="576" />Las multitudes se han multiplicado hoy, pero también sus dolencias, sus crisis, sus enfermedades y sus tragedias. Necesitan, al igual que ayer, amor, aceptación, protección y un pastor que las dirija; que Cristo perdone sus pecados y sane sus enfermedades. Las multitudes transitan por las calles, se asoman por las ventanas de sus departamentos en las ciudades, o están en sus humildes viviendas en las comunidades de nuestra patria. Ellos esperan un predicador que les hable, los vea, los toque y los integre a la iglesia. La única forma de lograr que las personas se conviertan a Cristo es que oigan el evangelio; que los pastores, líderes y creyentes hablen el evangelio. Es tiempo de volver a las calles, a los hospitales, a las plazas y a las cárceles con la predicación del evangelio. En sus principios, la iglesia comenzó en las calles, allá hemos de volver para rescatar al extraviado.

La iglesia del Nuevo Testamento crecía porque predicaba el evangelio con poder. El tiempo apremia, ya no hay que esperar más, Jesús dijo: ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega (Juan 4:35).

SANANDO TODA ENFERMEDAD Y DOLENCIA

Para que las personas recuperen la salud física, espiritual y emocional. La sanidad es parte de la provisión de Dios. El problema de la enfermedad y las dolencias está entretejido con el problema del pecado y de la muerte, como consecuencia de la caída de la humanidad. En tanto que la ciencia médica examina las causas de la enfermedad y las dolencias en términos físicos o psicosomáticos, la Biblia presenta causas espirituales: el pecado principalmente, pues ha afectado la constitución física y espiritual del hombre, y en algunas ocasiones también se presenta a Satanás y sus demonios como causantes de enfermedades.

<-1646" title="Juan JPG Vol2 208179583527736170 N" /Juan_JPG_Vol2_208179583527736170_n.jpg" alt="Juan JPG Vol2 208179583527736170 N" width="960" height="720" />La provisión divina en la redención es tan amplia como las consecuencias de la caída. Para el pecado, Dios provee el perdón, para la muerte, ofrece vida eterna y resurrección, para la enfermedad, el Padre provee sanidad. Por eso durante la vida terrenal de Jesucristo, su triple ministerio fue la enseñanza de la Palabra de Dios, la predicación del arrepentimiento y la sanidad de toda clase de enfermedades y dolencias del pueblo.

Pasos importantes para recibir sanidad.

  • Estar seguro que se encuentra en buena relación con Dios y los demás.
  • Buscar la presencia de Jesucristo en su vida, porque él es quien le dará la fe que necesita.
  • Saturarse de la Palabra de Dios.
  • Si no recibe sanidad, permanecer en él y examinarse a la luz de la Palabra para ver qué cambios desea obrar Dios en su vida.
  • Pedir las oraciones de los ancianos de la iglesia y la unción con aceite.
  • Asistir a un culto en el que esté presente una persona con reconocido ministerio de sanidad.
  • Esperar un milagro, es decir, confiar en el poder de Cristo
  • Agradecer con gozo a Dios si la sanidad llega enseguida. Mantener una actitud paciente y de fe si no llega de inmediato.
  • Saber que las demoras de Dios para responder las oraciones no son necesariamente negaciones a esas peticiones. Algunas veces él tiene en mente un propósito mayor que, cuando se comprende, resulta en un mejor beneficio para el creyente y mayor gloria para el Señor.
  • Reconocer que si uno es un creyente consagrado, Dios nunca lo dejará ni lo desamparará. Él nos ama tanto que nos ha esculpido en las palmas de sus manos.

Es importante enfatizar en la predicación contemporánea la disposición de Dios para otorgar la sanidad divina a los que la solicitan bajo dos perspectivas: La fe del creyente para recibirla y la soberanía de Dios para otorgarla a quien él quiere. Los enfermos son sanados de acuerdo a su fe, pero también a la voluntad del Padre, quien otorga sus dones y misericordias según sus designios.

ENSEÑANDO

<-1596" title="Juan JPG Vol3 65182306464703752 O" /Juan_JPG_Vol3_65182306464703752_o.jpg" alt="Juan JPG Vol3 65182306464703752 O" width="2048" height="1536" />Para que los nuevos convertidos sean verdaderos discípulos. Jesucristo pasaba mucho tiempo enseñando los misterios del reino de Dios, tanto a las multitudes como a sus apóstoles. Les enseñaba de muchas maneras a fin de que entendieran y enseñaran posteriormente a los que recibieran el evangelio los principios fundamentales de la Palabra. En este rubro debe considerarse lo siguiente:

  • La iglesia ha de ir a todo el mundo para predicar el evangelio a todas las personas de acuerdo con la revelación neotestamentaria de Cristo y de los apóstoles. Esa tarea incluye la responsabilidad primordial de enviar misioneros a todas las naciones.
  • El evangelio predicado se centra en el arrepentimiento y el perdón de pecados, la promesa de recibir el don del Espíritu Santo y la exhortación a separarse de esta generación perversa mientras se espera el regreso de Jesucristo del cielo.
  • El propósito es hacer discípulos que guarden los mandamientos de Cristo. Él no tiene el objetivo de que la evangelización y el testimonio misionero den por resultado sólo decisiones de conversión. No deben concentrarse las energías en el simple crecimiento de la iglesia, sino en hacer discípulos que se aparten del mundo, observen los mandatos de Jesús y lo sigan a él con todo el corazón, con toda la mente y con toda la voluntad.
  • Además, debe notarse que Cristo manda a los creyentes a concentrarse en evangelizar a los que están perdidos, no en cristianizar la sociedad ni en apoderarse del mundo. Los que creen en Jesucristo deben salir del actual sistema malvado del mundo y separarse de su inmoralidad.

El evangelio enseñado y practicado por nuestro Señor Jesucristo constituye un modelo a seguir en nuestros tiempos. Se trata de un evangelio pentecostal, porque no sólo es teológico, sino práctico. Afecta positivamente el intelecto, lo físico y lo emocional del ser humano. Jesús predicó un evangelio completo, hagamos lo mismo nosotros. Prediquemos enfatizando estos tres aspectos: salvación, sanidad y discipulado. Éste es el ministerio que el mundo necesita hoy y el que Dios respalda. Predicar como Cristo lo hizo es el desafío de nuestro ministerio.

fuente: aviva 2015 edición 15
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Pbro. Juan J Pérez González
Pbro. Juan J Pérez Gonzálezhttps://pastorales.com/author/juanperezg/
Líder Nacional del Concilio de las Asambleas de Dios, como Secretario General, y en 2019 - Director de Evangelismo a nivel Nacional. Amante de la obra misonera, Pastor, Predicador y Evangelista es su especialidad con milagros y salvacion a través de la Palabra.