El mensaje del evangelio cautiva el corazón y la imaginación. Lucas 24:27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, [Jesús] les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
Jesús había anunciado su resurrección, pero aún así sus seguidores dudaron después de su muerte en la cruz. Algunos de ellos estuvieron ese día en la crucifixión, y algunos escucharon cuando las mujeres dijeron que habían visto al ángel. Pero les parecía imposible. En su encuentro con dos de sus discípulos, Jesús citó las Escrituras judías (el Antiguo Testamento) para enseñarles las realidades que necesitaban conocer. El conocimiento y la comprensión de la Palabra de Dios es una manera importante de combatir la duda y vencer la tentación.
Mateo, Marcos, Lucas y Juan registran diferentes detalles de la resurrección de Jesús. Pero sólo Lucas presenta el relato detallado de la aparición de Jesús a dos discípulos que iban de Jerusalén a Emaús, aunque Marcos 16:12,13 también menciona este suceso. Lucas no solo confirmó las buenas nuevas de la resurrección de Cristo; él quiso que sus lectores supieran que la obra de Cristo en la tierra era la culminación del plan de Dios anunciado en el Antiguo Testamento.
1—El Señor resucitado se acerca
□ Vale la pena contarlo Lucas 24:13,14
La ley judía establecía que para confirmar legalmente cualquier hecho de importancia se debía contar con el testimonio de al menos dos personas (véase Deuteronomio 19:15). En Lucas 24, después de la resurrección de Cristo, dos de los seguidores de Jesús iban hacia Emaús (v. 13). Uno de los discípulos es identificado como Cleofas (v.18). Es posible que Emaús fuera el hogar de estos dos discípulos, y que se dirigían allí después de celebrar la Pascua en Jerusalén.
Ese no fue un viaje tranquilo (v. 14); tenían mucho de qué hablar. En menos de una semana, Jesús fue traicionado por alguien cercano a El, arrestado, juzgado, condenado a muerte, crucificado y sepultado. Ahora, tres días después de la crucifixión, estos dos discípulos de Cristo habían escuchado los informes de la desaparición del cuerpo de Jesús y la aparición de un testigo angelical, pero no sabían de un testigo ocular de la aparición de Jesús después de la resurrección (véanse w . 22-24).
□ Caminando con Jesús Lucas 24:15,16
Los dos viajeros no estaban simplemente contando eventos recientes. El lenguaje del pasaje sugiere que razonaban y debatían entre ellos sobre lo que había sucedido (Lucas 24:15). Uno puede imaginar que las preguntas que surgieron en medio de la conversación posiblemente fueron: ¿Fue Jesús realmente el Mesías? ¿Por qué las cosas terminaron de esta manera? ¿Crees que Jesús realmente resucitó? ¿Qué haremos ahora?
Lucas proporciona un importante detalle en el caso de los viajeros a Emaús: Dios veló sus ojos y no reconocieron a Jesús. Esto no fue una incapacidad de ellos, sino obra de Dios. Jesús les daría seguridad y claridad respecto a quién Él es y lo que vino a hacer, pero antes se revelaría a ellos como Señor resucitado.
2—El Señor resucitado enseña
□ Poderosas palabras y acciones Lucas 24:17-24
Jesús entra en la conversación del camino a Emaús, preguntando qué discutían tan profundamente. Cleofas, viendo la dirección de donde Jesús venía, supuso que acababa de visitar Jerusalén. Le preguntó a Jesús si se había perdido los informes de los acontecimientos algo desconcertantes que habían ocurrido allí recientemente.
Los dos refirieron la historia de Cristo en base a su propia experiencia y el testimonio de otros. Primero, identificaron a Jesús como «varón profeta, poderoso en obra y en palabra» (v. 19). Jesús también fue un gran maestro. Le dijo a sus seguidores que confiaran en Dios para todas sus necesidades (véase Lucas 12:31). Y habló del reino eterno, un reino al que Dios los invitó a entrar al nacer de nuevo (véase Mateo 13:31,32; Juan 3:3-15). Las enseñanzas de Jesús sirvieron no solo para confirmar la veracidad de sus palabras, sino que también proporcionaron una vislumbre de la vida en el reino de Dios (véase Lucas 9:10,11).
Los dos discípulos explicaron que los líderes religiosos de Jerusalén entrega ron a Jesús al gobierno romano, y que ellos mismos lo condenaron y crucificaron (Lucas 24:20). Lamentablemente, estos dos seguidores de Cristo hablaron en tiempo pasado; claramente, ellos habían perdido la esperanza de que Jesús redimiera a Israel.
□ Las Escrituras testifican de Cristo Lucas 24:25-27
Jesús finalmente interrumpió su silencio (Lucas 24:25-27). Es probable que sus compañeros de viaje se sorprendieran cuando los llamó «insensatos». Conocían las profecías del Antiguo Testamento, pero no entendían ni creían el mensaje acerca del Mesías.
Estos discípulos habían vacilado en su fe cuando su Mesías fue crucificado. Jesús señaló que era necesario que el Mesías padeciera la crucifixión (v. 26). Mien tras iban hacia Emaús, Jesús los llevó en un recorrido a través de lo escrito por Moisés y los Profetas, y les explicó cómo las Escrituras hablaban de Él siglos antes de su vida y ministerio terrenales (v. 27). Aunque Lucas no nos da un relato detallado de lo que dijo Jesús, podemos imaginarlo explicando cómo la reprensión de Dios a Adán y Eva incluyó la pro mesa de un Salvador (véase Génesis 3:15). Podemos imaginarlo explicando cómo el sistema de sacrificios prefiguraba el sacrificio del Mesías (Éxodo 12:1-13). Y podemos imaginarlo explicando las muchas profecías que apuntan a su vida y ministerio—incluso, los eventos que ellos mismos acababan de presenciar (es decir, Salmos 16:9-11; 22:6-8; Isaías 53).
3—El Señor resucitado es reconocido
□ Una experiencia reveladora Lucas 24:28-32
Al acercarse a Emaús, Jesús hizo como que iba más lejos. Al hacerlo, les estaba dando a los dos discípulos la oportunidad de brindarle hospitalidad. De acuerdo con la costumbre de la época, le abrieron su hogar (Lucas 24:29). Lucas usó una terminología que deja ver la vehemencia de sus acciones: «le obligaron» o «le suplicaron» (NTV) que se quedara.
La razón que dieron para su insistencia fue la hora avanzada, pero la fascinación por su conocimiento de la profecía revelada en las Escrituras probablemente también los conmovió. Jesús aceptó la invitación. Sin embargo, los roles cambia ron; Él los trató a ellos como anfitrión, no como invitado. Tal como había hecho con los Doce noches antes, dio gracias, partió el pan y lo dio a Cleofas y a su com pañero. Entonces reconocieron a quien estaba con ellos. ¡Era Jesús! Así como Dios les había cerrado los ojos, ahora sus ojos fueron abiertos y reconocieron a Jesús. Una vez que Jesús les enseñó y confirmó su identidad, desapareció. La experiencia que estos discípulos vivieron era algo que debían contar a otros.
□ Anunciando al Cristo resucitado Lucas 24:33-49
Los dos discípulos habían insistido que Jesús se quedara con ellos ya que era de noche. Después de la cena, aunque era aun más tarde, los dos discípulos emprendieron el viaje de regreso a Jerusalén (Lucas 24:33). Al llegar, el grupo les informó que Jesús había aparecido a Simón (Pedro), una aparición del día de la resurrección que no se menciona en ninguna otra parte de los cuatro relatos del Evangelio. Cleofas y su compañero presentaron su propio testimonio de su encuentro con Cristo. Y en medio de los informes en esa reunión, Jesús mismo se apareció ante ellos, mostrando que había resucitado.
Qué nos dice Dios?
Los viajeros de Emaús conocían a Jesús como un profeta cuyas palabras y obras mostraban el gran poder de Dios. Pero la fe de ellos se había debilitado cuando fue crucificado. Sin embargo, Jesús mismo apareció y les mostró que el sacrificio del Mesías era vital para el plan de Dios. Siglos más tarde, los creyentes todavía tenemos el gozo de celebrar la salvación que encontramos en Cristo, y compartir estas buenas noticias con quienes nos rodean.