La venida del Espíritu Santo
2 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
MATEO 21-28; HECHOS 2:1-4; LUCAS 1-2
La celebración por parte de fechas religiosas importantes tiene para la iglesia pentecostal el propósito de agradecer a Dios y glorificar su nombre, así como de respetar su contexto y alcanzar a los perdidos.
I – LA SEMANA SANTA (MATEO 21-28; MARCOS 11-16; LUCAS 19:28-24:12)
Aunque la mayoría de la población mundial conoce el evento de la Semana Santa, no todos lo celebran. Quienes sí lo hacen por tradición son los católicos, la iglesia copta, la ortodoxa y, por supuesto, los evangélicos. En nuestro país es una fecha festiva oficial; lo cual le da un carácter de tipo vacacional obligatorio, pero desde el punto de vista religioso es un tiempo de meditación y reflexión que es aprovechado por las iglesias.
1- Origen de la Semana Santa
El origen de la celebración de la Semana Santa se desprende de los acontecimientos narrados en los evangelios, cada uno desde su propia óptica. Comprende los ocho días relacionados con la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Hemos de notar también, que el tiempo señalado por los evangelistas con respecto a la muerte de Cristo, coincide específicamente con la fiesta judía llamada la Pascua (Exodo 12).
El distintivo de esta fiesta era el sacrificio de un cordero, y conmemoraba la salida del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, y la sustitución de la muerte de los primogénitos. Desde el punto de vista bíblico, Cristo se convierte en el Cordero pascual que sustituye al pecador y muere para quitar el pecado del mundo (Juan 1:29; 1 Corintios 5:7). Así que, simbólicamente, el origen de la Semana Santa nos remonta hasta el Exodo.
2- Significado de la Semana Santa
La iglesia católica le da un significado muy tradicionalista a la Semana Santa, sin olvidar la carga de simbolismos que conlleva. Se inicia con la “Cuaresma”, período de cuarenta días que comprende desde el miércoles de ceniza hasta el sábado santo sin contar los domingos. Es un tiempo de preparación que simboliza los 40 días que ayunó Jesús, los 40 días que duró el diluvio, los 40 años de Israel en el desierto, y los 400 años de esclavitud en Egipto. La eucaristía (Cena del Señor) se celebra el Jueves Santo. Recuerdan la crucifixión de Jesús el Viernes Santo, y culminan la celebración el Domingo de Resurrección.
La iglesia evangélica se limita al concepto expresado en los evangelios, y recuerda en la Semana Santa la auto-entrega de Jesús por la humanidad caída. Los días de esta semana son titulados de acuerdo a los acontecimientos ocurridos en cada uno de ellos, su contenido y enseñanza están sustentados en la Palabra. Así los recibimos, los aprendimos, y los enseñamos.
3- ¿Debemos celebrar la Semana Santa?
La Semana Santa debe celebrarse porque conmemora uno de los eventos mas sublimes de la historia de la humanidad: la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Se ha de aprovechar la ocasión para decirle a todo el mundo que Cristo murió por todos y se entregó voluntariamente para expiar el pecado, como ofrenda, como cordero pascual, a fin de salvar a toda la humanidad.
Como pentecostales, lo recomendable es que sigamos celebrando la Semana Santa, ya que nos acerca al momento cumbre de la obra de nuestro Señor Jesucristo. No se trata de aprovechar la temporada para tomarnos unas vacaciones (esto puede hacerse sin dejar de asistir a los servicios). Se trata de agradecer, de reflexionar, de recordar que, gracias a todo ese sufrimiento durante su última semana en el mundo, el Hijo de Dios nos trajo eterna salvación. Valoremos la oportunidad que se nos permite de conmemorar año tras año, la gracia derramada a la humanidad a través de Jesucristo. Preguntas de reflexión o aplicación: ¿Debería hacer la iglesia cristiana una representación teatral de la pasión y muerte de Cristo? ¿Por qué si?, ¿por qué no?
II – EL PENTECOSTÉS (ÉXODO 23:14-17; 34:18-26; DEUTERONOMIO 16:1-17; HECHOS 2:1-4)
1- El origen de Pentecostés (Éxodo 1221-28, 41-51; Levítico 23:4-8)
Pentecostés era una de las tres fiestas anuales que celebraba el pueblo de Israel; era conocida también como la fiesta de las semanas; era una fiesta solemne. Se celebraba cincuenta días después de la celebración de la Pascua. Conmemoraba también el día en que Moisés recibió la ley de parte de Dios, luego de haber sido liberados de la esclavitud de Egipto.
En Hechos 2, se menciona a detalle la venida del Espíritu Santo sobre la naciente iglesia. Este descenso del Espíritu coincidió con la fiesta judía de las semanas, por lo que ésta se convirtió en un referente del advenimiento del Consolador. Al igual que en el pasado en Sinaí, aquí se conformaba un nuevo pueblo del Señor. Ese día los discípulos cosecharon los primeros frutos de la predicación del evangelio, pues tres mil almas se convirtieron al Señor.
2- El significado de Pentecostés (Éxodo 23.1447; Hechos 2:1-4)
Para los cristianos primitivos, Pentecostés significó el inicio de la iglesia de Cristo. Significó la promesa hecha por Cristo antes de su ascensión (Lucas 24:49). Significó el tan anhelado recibimiento de poder (Hechos 1:8), que los capacitaba para ser testigos hasta lo último de la tierra. En su mentalidad judía seguía estando presente la fiesta de Pentecostés, pero en su corazón y en su espíritu, comenzó a tomar otro significado aún más poderoso, pues lo relacionaban directamente con la venida del Espíritu Santo. Para la iglesia pentecostal, esta fecha significa celebración, agradecimiento, conmemoración, llenura, lenguas, fuego, bautismo en el Espíritu Santo, promesa y esperanza (Hechos 2:39). Se trata del Espíritu de Dios, el alma de la iglesia, quien sería el responsable de guiarla en su travesía por este mundo. Vaya que se necesitaba, y su presencia sigue siendo fundamental. Gracias al evento ocurrido en Pentecostés, el evangelio comenzó a divulgarse por todo el mundo conocido, y sigue su marcha hasta hoy.
3- ¿Deberíamos celebrar Pentecostés?
Para la iglesia pentecostal, celebrar esa fecha es importante. No sólo es un evento más en el calendario anual de la iglesia. Se trata de reafirmar nuestra esencia. Aunque otras organizaciones no le den la importancia debida, los pentecostales sí debemos hacerlo, porque es un referente, un emblema, un simbolismo, una singular celebración que evoca ese fuego pentecostal, esa llama del Espíritu sobre la iglesia de Cristo. Es recomendable celebrar la ocasión. Hagámoslo un evento local, aprovechemos el momento para motivar a la feligresía a buscar el bautismo del Espíritu Santo. Es bueno planear la celebración con mucha anticipación, durante este tiempo, hagamos vigilias de oración, días de ayuno, fomentemos la búsqueda de ese poderoso Espíritu, sobre todo en aquellos que aún no han sido bautizados, y así estar listos para cuando llegue el día de Pentecostés.
Pregunta de reflexión o aplicación: ¿De que” manera la iglesia local puede darle más énfasis a la celebración de Pentecostés?
III. LA NAVIDAD (MATEO 1:18-24; LUCAS 1-2)
1 El origen de la Navidad
Tradicionalmente, la fecha del 25 de diciembre está señalada como el día del nacimiento de Jesús, aunque no hay evidencias claras que sustenten esta idea. El texto bíblico no da un solo indicio al respecto. Sin embargo, ya para el año 200 d.C. se hablaba del 25 de diciembre como fecha de la posible natividad del Señor; dos siglos más tarde la iglesia católica, primero por iniciativa del papa Julio I en el 350 d.C., y luego por mandato del papa Liberio en 356 d.C., oficializa el 25 de diciembre como fecha del nacimiento del Salvador. Hasta el día de hoy, la mayoría de las iglesias cristianas siguen con la tradición de recordar el nacimiento de Jesús en esa fecha.
2- El significado de la Navidad
Lo anterior ha dado lugar a que muchos se opongan a la celebración de la Navidad en las iglesias evangélicas. Se habla también de teorías sobre un origen pagano y perverso, además del materialismo con que en la actualidad se ha envuelto. No obstante, es necesario aclarar que, independiente de la fecha, el texto bíblico habla sobre el nacimiento de Jesús en la tierra. La doctrina de la encarnación está en las Escrituras, y los evangelios presentan muchos detalles que rodearon este acontecimiento. Así que, más que una fecha, hemos de centrarnos en el evento que nos recuerda, lo cual tiene fundamento bíblico.
3- ¿Debemos celebrar la Navidad?
Es cierto que para muchos la Navidad sólo se reduce a una comida familiar, a las bebidas, los regalos, los adornos de temporada, las luces decorativas, entre otros elementos. Pero nos corresponde a nosotros como creyentes revivir su verdadero sentido. Podemos aprovechar la ocasión para festejar la Navidad dentro de un contexto bíblico, enfatizando el mensaje evangélico del propósito de Cristo al venir y nacer en este mundo. Aprovechemos la visita de familias no cristianas a nuestro culto para inteligentemente predicarles la palabra de salvación. Celebremos la Navidad teniendo en mente la doctrina del nacimiento de Cristo.
Pregunta de reflexión o aplicación: ¿»Qué podemos implementar en nuestro culto de navidad para presentar el evangelio a la gente no cristiana?
CONCLUSIÓN
Estas celebraciones reafirman nuestra identidad cristiana y pentecostal, sobre todo porque tienen un fundamento bíblico. Conmemorar estos acontecimientos nos permiten también reforzar nuestra fe en las doctrinas que hemos abrazado y nos presentan una excelente oportunidad para compartir el evangelio a los perdidos. Celebremos estas fiestas que adornan nuestra vida cristiana y le dan esplendor a nuestra confesión y testimonio. Esta’ en nosotros rescatar su verdadero sentido para bendición del pueblo de Dios.
APRENDE Y VALORA
1- Compare el significado de la fiesta de Pentecostés hebrea a la luz de lo ocurrido en la iglesia cuando descendió el Espíritu Santo.
2- ¿Qué doctrinas bíblicas nos enseñan las celebraciones de Navidad y Semana Santa?