“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (Colosenses 3: 13-15. RVR1960)
Actualmente en las iglesias se vive un ambiente de controversias y disensiones entre hermanos, debido a las diferentes maneras de pensar; es obvio que no todos vamos a estar de acuerdo con las ideas de nuestros hermanos, ya que cada ser humano tiene un carácter y manera de ser diferente al de los demás.
Existen muchos casos que, por un mínimo detalle un hermano se llega a sentir ofendido cuando no le saludan o no son amables con uno, estos pequeños detalles llegan a causar grandes alborotos en la iglesia entre hermanos. Como lo dice en las Escrituras, en la cita antes expuesta, que nos debemos soportar los unos a otros y crear el buen habito de pedir perdón a nuestros hermanos que llegamos a ofender con nuestras actitudes haciendo brillar la luz que nuestro Dios ha puesto sobre nosotros.
La Biblia nos enfatiza y nos anima que debemos vestirnos de amor en todo momento, pues es el vínculo perfecto. Ante toda circunstancia con nuestros propios hermanos debemos aprender a amarlos, sino como vamos a amar a nuestros enemigos o a las personas que no nos agradan, dicho vinculo debe resplandecer en nuestras vidas en cada momento de nuestras vidas y no permitir que el enemigo nos robe el gozo, la paz que Dios nos brinda gratuitamente cada día.
“con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.” (Efesios 4: 3. RVR1960). Como podemos observar nuevamente la Biblia hace mención que debemos soportarnos con paciencia, hermanas y hermanos que leen esto, debemos llevarlo a la práctica siempre, debido a que ya nos encontramos en los últimos días en que nuestro Dios venga pronto. El amor de muchos se enfría, pero está en nosotros permitirlo y buscar de nuestro Dios día a día, en constancia y perseverancia para que esto no suceda.
Otro punto muy importante y que sobre sale, es aprender a ser mansos y humildes como nuestro Señor Jesús, palabras que nos hace referencia a nuestro carácter, en esto nos distinguimos en gran manera, es menester trabajar arduamente en ello, para que nos una el amor y crear la unidad entre nosotros como hermanos.