Todos han pecado y no han glorificado a Dios. Romanos 5:12 Como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, por cuanto todos pecaron.
Después de haber creado al hombre y a la mujer, Dios declaró que su creación era «buena en gran manera». Unió a estos dos primeros seres en una relación matrimonial, y les dio la oportunidad de una vida plena, hermosa y eterna—si tan solo vivían en obediencia a Él. Y había solo una regla: no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios le dio a la humanidad libertad de elección. Adán y Eva tomaron una decisión equivocada, y esa decisión ha afectado a los seres humanos desde ese momento.
Dios inmediatamente abordó el desastre del pecado. Desde la fundación del mundo, Él había decidido enviar a su Hijo a morir por nosotros. Por ahora, se ocuparía de enseñarle a la humanidad sobre la mal dad del pecado y de establecer el sistema de sacrificios que dirigiría nuestra atención a la venida de Cristo.
Cuando las personas pecan, no lo hacen solo por instinto. Más bien, obran desde una condición que entró en la raza humana cuando Adán y Eva aparta ron su mirada de Dios y se enfocaron en la promesa vacía de Satanás. El pecado y el mal son una tragedia provocada por apartarse de Dios. Sólo un regreso a Dios mediante la muerte y resurrección de Jesucristo puede vencer el pecado y el mal.
Parte 1 -Pecados de los primeros seres humanos
□ Desobediencia a la palabra de Dios Génesis 3:1-7
Génesis 3:1 describe a la serpiente como «astuta», más que todos los demás animales sal vajes. Otras traducciones usan «cautelosa» para describir el instrumento que Satanás usó. Satanás hizo un ataque subversivo a Eva al preguntarle si Dios «de veras» (ntv) Ies había prohibido a ella y a Adán el abundante fruto de los árboles del Edén. El enemigo puso en duda las palabras que Dios dijo a Eva, con el fin de erosionar su fe en el Creador.
Eva corrigió a la serpiente afirmando el regalo de Dios de todo el fruto del huerto, con la excepción del árbol del conocimiento (w. 2,3). Sin embargo, comenzó a elucubrar afir mando que Dios les había prohibido a ella y a Adán aun tocar el árbol, para no exponerse al mismo castigo que comer su fruto.
Entonces Satanás mintió descaradamente, contradiciendo directamente lo que Dios había dicho (Génesis 3:4). Afirmó que Dios la había privado de «[ser] como Dios, sabiendo el bien y el mal» (v. 5). Al escuchar a Satanás, Eva se alejó aun más de Dios. Haciendo caso omiso del mandato de Dios, Eva comió del fruto y lo compartió con Adán. (v. 6). Al ins tante, sus ojos se abrieron a su desnudez y su inocencia fue reemplazada por vergüenza (v 7). Intentaron cubrirse, pero aun así huirían de la presencia de Dios en breve.
□ Se quiebra la comunión Génesis 3:8-13
Génesis 3:8 presenta a Dios «[paseándose] en el huerto, al aire del día», lo que parece haber sido algo habitual. En vez de que Dios tomara forma humana durante esos encuentros, la palabra traducida como «paseándose» indica la comunión entre Dios y su pueblo (véase Levítico 26:12). Por su pecado, Adán y Eva se escondieron de Dios en vez de regocijarse en su presencia.
Desde el principio, Dios es quien ha buscado al ser humano pecador (Génesis 3:9). Adán confesó su desnudez, pero no reconoció su pecado (v. 10). Estaba más preocupado con la vergüenza y esconderse de Dios que con la culpa de su pecado. Dios interrogó a Adán y Eva, permitiéndoles exponer su caso (v. 11). Aunque Dios conoce nuestros peca dos, quiere que los confesemos ante Él. Reacio a asumir responsabilidad, Adán culpó a Eva. También culpó a Dios, al llamar a Eva «la mujer que me diste» (v. 12). Eva culpó a la serpiente e ignoró su propia y voluntaria respuesta (v. 13). Dios los había bendecido en el huerto del Edén; sin embargo, se dejaron tentar a tomar lo único que Dios había prohibido.
Parte 2-Esperanza a pesar del fracaso
□ El pecado es juzgado Génesis3:14-20
El juicio de Dios a la serpiente fue que se arrastraría sobre su pecho (Génesis 3:14). El versículo 15 contiene la primera profecía mesiánica de la Biblia. La hostilidad entre la serpiente y la mujer culminaría con Jesucristo. Él murió y resucitó victorioso; por lo que su herida fue sólo a su calcañar. Pero Él derrotó a Satanás, asestándole un golpe fatal en la cabeza.
Para Eva, la bendición de tener hijos permanecería, pero estaría marcada por un embarazo y parto dolorosos (v. 16). Y el esposo a quien llevó al pecado con ella ahora gobernaría sobre ella. Para Adán, la tierra aún produciría cosechas, pero sólo como resultado de su arduo trabajo (v. 17). «Los espinos y cardos» (v. 18) amenazarían con ahogar sus cosechas. Eventualmente, Adán mismo regresaría al polvo de su origen (v. 19). La mentira de Satanás, de que la consecuencia del pecado no sería la muerte, ahora estaba dolorosamente a la luz.
□ Juicio y gracia Génesis 3:21 a 4:2
El Dios que juzga también salva. Él cubrió el pecado de nuestros primeros padres al ves tirlos con las pieles de animales (Génesis 3:21). El hecho de que se mataran animales en el proceso, dirige la atención a los sacrificios que Dios más tarde requeriría para el pecado (Hebreos 9:22).
Dios no les permitiría a Adán y Eva vivir para siempre en rebelión. Él los expulsó del huerto (Génesis 3:23) y los condenó a sufrir la muerte. Para asegurarse de que no pudieran regresar al huerto y comer del árbol de la vida, Dios colocó guardianes angelicales y una espada encendida al oriente de su antiguo hogar (v. 24; véase Éxodo 25:22).
Los dones del matrimonio y la procreación se mantuvieron. Eva se regocijó con el nacimiento de Caín, y glorificó a Dios (Génesis 4:1). Pudo haber tenido esperanza de que Caín cumpliría la promesa de Dios y aplastaría a la serpiente (3:15). Como Adán, Caín sería un labrador de la tierra (Génesis 4:2). Su hermano Abel sería un pastor—una ocupa ción que se usa a menudo para representar el amor y el cuidado de Dios por su pueblo. El nombre de Abel, que significa «aliento» o «vanidad», pudo haber anticipado la brevedad de su vida, o la brevedad de la vida humana.
Parte 3- Adoración aceptable versus adoración inaceptable
□ Abel es asesinado por la adoración Génesis 4:3-16
Adán y Eva seguramente enseñaron a sus hijos que Dios era digno de ser adorado. En Génesis 4:3, Caín le trajo a Dios una ofrenda «del fruto de la tierra». Abel trajo «de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas» (v. 4).
Dios se fijó tanto en las ofrendas como en el corazón de cada uno (w. 4,5). No se da una descripción especial de la ofrenda de Caín, pero Abel le dio a Dios lo mejor de sus mejores animales. Abel dio su ofrenda con fe; no hay evidencia aparente de la fe de Caín (véase Hebreos 11:4). Cuando Dios respondió de manera diferente a las ofrendas, Caín se enojó (Génesis 4:6). Dios le advirtió que dominara las tentaciones del pecado (v. 7), pero Caín atrajo a Abel al campo y lo asesinó (v. 8). Dios interrogó a Caín (w. 9,10). La sangre derramada de Abel testificó del violento acto de Caín contra su hermano, hecho a la ima gen de Dios (véase Génesis 9:6).
Los esfuerzos de Caín por cultivar la tierra fracasarían (Génesis 4:11,12), y se convertiría en un «vagabundo sin hogar» (Génesis 4:12, ntv). Caín clamó, reconociendo su destierro (w. 13,14). Temía que la gente fuera incitada a asesinarlo. Dios prometió: «siete veces será castigado» (v. 15) cualquiera que asesine a Caín. También puso una marca en Caín para advertir a los posibles atacantes. Alejándose de Dios, Caín se instaló en Nod, que significa «errante» (v. 16).
□ La adoración es restaurada Génesis 4:23-26
Caín tomó esposa y se convirtió en padre (Génesis 4:17). Cinco generaciones después, su descendiente Lamec se casó con dos esposas y, como Caín, le quitó la vida a otro hombre. Se lo confesó a sus esposas, Ada y Zila (v. 23). Cuando Lamec dijo que había matado a un «hombre», que era un «joven» (v. 23), Lamec alegó defensa propia. Dios había prometido vengar el asesinato de Caín siete veces, pero debido a que Lamec mató en defensa propia, sintió que debería ser vengado setenta veces siete si lo asesinaban. La actitud de Lamec era lo opuesto al perdón abundante que enseñó Cristo (Mateo 18:21,22).
Dios restaura, aun después de las consecuencias del pecado. Eva llamó a su próximo hijo Set, que probablemente significa «sustituido», porque Dios les había dado otro hijo en lugar de Abel (Génesis 4:25). Set llamó a su hijo «Enós», que significa «hombre» o «humanidad» (v. 26). Luego se restauró la adoración cuando la gente comenzó a «invocar el nombre del Señor» (v. 26).
¿Qué nos dice Dios?
El pecado daña, arruina y destruye todo lo que toca. Adán y Eva enfrentaron esa destruc ción, pero Dios prometió que, a través de Eva, vendría Uno que derrotaría a Satanás.