Ezequiel 28:4, 5; MATEO 6:31-33, 11:19; HECHOS 2:44, 45 – VERDAD CENTRAL , El consumismo constituye una de las principales causas para la inestabilidad financiera. y puede poner en peligro la integridad moral y espiritual de las personas.
I- CONSUMISMO
Consumir es una actividad compleja que implica. Por una parte, a personas que buscan satisfacer diversas necesidades por medio de la compra de ciertos bienes o servicios, y por la otra parte. A empresas que los producen y que intentan venderlos en contextos de mercado; es decir. bajo la presión de la competencia.
Para entender el alcance del consumo, es necesario conocer que el hombre se encuentra relacionado con carencias, dependencias o exigencias. En concreto, hay tres tipos de exigencias impresas en el ser humano y que son satisfechos en el seno de la sociedad mediante el consumo:
1- Necesidad de supervivencia material. Las principales son comer, beber agua, vestirse y cobijarse.
2 – Los deseos de convivencia; o sea. de vida en común con otras personas; ser aceptado por un grupo, tener amistades, etcétera.
3- La búsqueda de sentido de la vida; mediante sistemas científicos, filosóficos, religiosos o artísticos.
Estas tres exigencias conviven en el interior de las personas y se entrelazan entre si, especialmente porque la búsqueda de sentido ala vida se extiende a todas las acciones que realiza la persona; a través del trabajo (para satisfacer las necesidades de supervivencia y convivencia); al agregar una forma refinada y sana para alimentarse; al buscar maneras elegantes y confortables para vestirse: al buscar formas encantadoras y útiles para protegerse del tiempo al construir una casa.
Nos encontramos en una sociedad caracterizada por un mercado muy dividido y variable. donde no todo el mundo quiere consumir el mismo producto o diseño de temporada. aunque la oferta es tan variada y para todos los gustos. Esto no significa que la sociedad sepa lo que realmente quiere, porque sus necesidades básicas son relativas y en muchas ocasiones no sabe lo que verdaderamente desea o necesita.
A medida que el individuo se desarrolla, a las necesidades básicas se les suman nuevas necesidades de origen social. Todo esto crea en la persona un nuevo menester de consumo, esta vez alejado del propósito original de satisfacción primaria, quedando atrapado en el consumismo.
En pocas palabras, el consumismo es la introducción al consumo no necesario que lleva a la compra de productos no indispensables y rápidamente sustituibles por otros, igual‐ mente. innecesarios y poco perdurables. En la sociedad actual prolifera el consumismo. pues se ha entrado a una era de vivir para consumir. en lugar de consumir para vivir.
ll. PELIGROS DEL CONSUMISMO
La tensión a la que está sometido el ser humano genera diversas situaciones que lo llevan a consumir sin medida Especialistas en la materia indican que entre los factores principales que provocan el deseo de consumir están: la publicidad. las marcas y la industria del entretenimiento.
No siempre se puede ser consciente de que se camina tras el consumismo. Lo que en un principio comenzó como un problema ahora es un hábito que puede llevar a una persona a una crisis económica; la cual puede ser provocada por los siguientes aspectos:
1- Gastar más de lo que se gana.
2- Mezclar la cuenta de ahorros con la del sueldo.
3- Confundir el concepto de riqueza (gastar sin ahorrar).
4- Pagar una deuda adquiriendo otra.
5- No priorizar gastos.
Al consumismo bien podríamos describirlo en términos bíblicos como una verdadera práctica idolátrica que exige sacrificios humanos. Se pasa de ser creados a “creadores” de un desarrollo económico; crean ámbitos de reclutamiento de adeptos (como cualquier dios necesita de seguidores y fieles practicantes de la causa); prometen felicidad y vida plena “cuanto más consumas. .. más feliz serás”.
Una iglesia consumista es el reflejo del comportamiento de sus miembros, en cuyo estilo de vida reflejan el consumismo en el que se desenvuelven cotidianamente. Esta práctica ha sido trasladada por los feligreses contemporáneos a los templos que asisten; muchos de ellos. salen a “comprar” como si las iglesias fueran productos. pues buscan la que más le guste. la que más le convenga. la que más satisfaga sus necesidades en ese momento. En el pasado, la fidelidad de un creyente a su iglesia y denominación era evidente; sin embargo, las personas de nuestra actualidad valoran mucho lo que sacia sus sentidos, para permanecer en determinado lugar.
Los principales problemas generados por el consumismo repercuten en las relaciones conyugales, con los hijos y con el entorno en que se desenvuelve. Por lo tanto. estas prácticas de consumo desmedido ponen en peligro tanto las relaciones sociales como las espirituales. ya que se pone en evidencia el testimonio cristiano ante la sociedad a la cual deberíamos impactar con nuestros actos.
Mientras que el consumismo se ve como un problema en la sociedad. hay otros que pretenden maquillar la dimensión del problema. en especial las fábricas productoras y centros comerciales. que quieren que las personas consuman sus productos a gran escala Sin embargo. no se puede dejar de considerar que el consumismo es egoísta. ya que nace de un corazón egocéntrico que sirve para fortalecer su mismo ego; cambia la identidad de la persona favoreciendo la causa consumista. sin valores que la frenen y envueltas en un circulo ansioso de la búsqueda de satisfacción. Definitivamente. la mentalidad de acumular sin limite, proviene del pecado: has acumulado riquezas… y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón (Ezequiel 28:4. 5).
lll.CONSUMO RESPONSABLE
En el Antiguo Testamento, concretamente en Génesis, se nos narra a partir de imágenes el origen de los bienes: el mundo. el hombre. la humanidad, la naturaleza Dios es el creador de todo y el hombre es el bien mayor en el mundo y en la naturaleza; sin embargo. esta superioridad no le capacita ni le da derecho al ser humano para ejercer un dominio salvaje de los beneficios que recibe.
Los hombres tienen el derecho primario de usar todos los medios disponibles para la vida. sin olvidar que como seres humanos somos los administradores de ellos y debemos usarlos y consumirlos. pues el dueño soberano de todo es Dios.
En el Nuevo Testamento, en los evangelios, Jesús no se presenta como un maestro de austeridad y moderación.Al contrario de Juan el Bautista. que ni comía ni bebía (Mateo 11:18).
Jesucristo aparece frecuentemente participando en banquetes, de manera que lo acusan de ser un comilón y bebedor de vino (Mateo 11 : 19 ; Lucas 7:34). El no centró su mensaje en la pobreza y el desentendimiento de los bienes de este mundo. sino que se empeñó en predicar el gozo del reino de Dios, que es como un gran banquete. Queda claro que el Señor no vivió apegado a las riquezas de este mundo ni a la preocupación material por el futuro.Todas las cosas vendrán por añadidura porque el deber de un creyente es buscar el reino de Dios y su justicia (Mateo 63 1-33).
La vida plena, según el evangelio de Jesucristo. nos invita a ser la luz del mundo y la sal de la tierra (Mateo 5:13-16). sin que dependamos de la opresión “idolátrica” de este mundo. Con respecto al consumismo, como cristianos estamos convocados a caminar conforme a lo que Dios quiere en nuestra vida y en nuestra sociedad: ser responsables y justos con nuestros hermanos más pobres; ajustarnos a los recursos del planeta; mostrar soberanía sobre los actos propios de consumo y tener un espíritu de solidaridad. Es esencial cambiar el estilo de vida. Debemos practicar la simplicidad voluntaria. evidente en la sencillez en el vestir. en la austeridad en el comer, en un consumo responsable. Hay que desarrollar una actitud crítica ante el bombardeo de la publicidad y la implantación de modelos de consumo. Asimismo. hemos de buscar la equidad. y proteger los recursos naturales para garantizar las oportunidades de desarrollo a las generaciones futuras.
CONCLUSIÓN
La influencia del materialismo está acabando con la armonia de la iglesia, pues poco a poco está ganando la batalla de la visión original de Cristo y de la proclamación del evangelio de la salvación. Jesús se había referido a esta situación reprimiendo al rico insensato: guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee (Lucas |2:|5).
En la medida que el individuo deje de pensar en si mismos, se dará cuenta de los problemas que existen a su alrededor y se involucrará para resolverlos. Una iglesia con sana doctrina se despoja.del yo. para pensar en los demás: tenían en común todas las cosas… y lo repartían a todos según la necesidad de cada una (Hechos 2:44, 45). Pongamos en práctica estos modelos bíblicos, que nos ayudan a pensar en un Dios muy diferente a la cultura y sociedad en la que vivimos en la actualidad.