Jesús es la razón de la navidad.
Su nacimiento fue de un pobre desamparado, hijo de peregrinos migrantes, sin lugar propio donde nacer, ni siquiera la más pobre cuna estuvo al alcance de sus padres.
Siendo el Rey de reyes se despojó de todo.
El que tenía todo, probó lo que era no tener nada. Por eso entiende y abraza al enfermo, al desamparado, al necesitado, al migrante, al huérfano, a la viuda, al viudo, al que esta solo, al que no tiene techo propio, al que no tiene ni que comer, al que tiene frío y no tiene con que taparse, al que está deprimido, al que no tiene esperanza, al que está vacío, al que siente en más vil ser humano y el peor pecador. Pero también entiende y abraza al que tiene todo y no le falta nada, al que ha sido muy bendecido e incluso tiene misericordia y abraza al que presume sus bienes sin desparpajo. Aunque creas que no tienes algo porque celebrar, su encarnación es la razón del festejo y la celebración. En este año tan diferente, tan duro para todos, les mando un abrazo y les deseo una ¡Feliz Navidad!
del muro del pastor Samuel.