¿PERFECTOS?
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5:48.
Sed, es imperativo. La naturaleza como la magnitud muestran la realidad de cada uno según es en verdad. Ser mas que hacer. No se trata de medirse comparativamente con otros. Sino más bien se trata de manifestar de manera cabal su voluntad en esta vida. En este caso, es una demostración del poder de Dios, porque muestra que su Palabra no falla. Aún bajo el filtro de nuestros errores, Él todavía nos ve perfectos.
Se percibe la perfección como una experiencia en la naturaleza del nuevo nacimiento y que va alcanzando su punto de madurez de acuerdo con la manifestación de Dios en la vida del creyente. No ha de verse como un fin en sí mismo, para la vanagloria de quien lo presume, sino como la expresión de pureza y santidad, en la muestra de un corazón lleno de amor, en constante crecimiento tras la estatura y la medida establecida por Dios para cada uno.
Pues, es la acción de la causa, hoy. Momentáneo, gradual, perfectible. Pastoralmente tenemos una obra inacabada. Frente al éxito o fracaso de alguien, mi Padre preguntaba ¿Quién fue su pastor? ¿Quién se sentó con él, por lo menos 16 horas? ¿Dónde aprendió lo que hace? ¿Quién le enseñó? La cura de almas siempre muestra a las inconstantes sufriendo por la terca necedad de querer ser lo que no son y hacer lo que no ha de hacerse.
Él nos manda a nosotros ser perfectos, porque él lo es. En el taller de la vida el que tiene las herramientas las usa para arreglar los muebles de otros y se olvida de los propios. Esta ocasión Jesús nos manda a una misión imposible, humanamente hablando. Que no seamos la casa del jabonero, ni del herrero, sino que nos apliquemos a nosotros mismos el poder de su Palabra.
El Padre está en su trono. Toda la verticalidad de su poder y autoridad viene hacia nosotros a través de su justicia, amor, verdad y misericordia. Es posible ser salvos, es posible tener acceso a la provisión que viene de él por medio de Cristo. ¡Gloria a Dios! Torres Amat traduce: Imitándole en cuanto podáis. O sea Dios no nos pide hacer lo imposible, porque en todo caso esa es su especialidad.
