EL PREDICADOR QUE OPINA SOBRE POLÍTICA,
Es criticado, y se le tendrá como político: pero hay quienes no hablan nada de política sino que viven haciéndola. Si política es el arte de gobernar entonces todos somos políticos, y de los “intereses” nadie podrá desligarse.
La naturaleza arrastra, instintivamente a todos los hombres a encausar sus intereses a la política, pero de eso no todos están conscientes.
La política por sí sola, no es mala; suele ser el “político” quien la hace vil ante los hombres.
La exhibición de acciones mediante videos, escritos, o audios públicos no requisitados, además de las dádivas económicas, o el patrocinio de fiestas, desayunos, becas etc, coincidente con la proximidad de elecciones, significa, proselitismo promocional, de aspiraciones no declaradas, para obtener la ocupación de un cargo. Detrás de un acto bondadoso puede haber un interés político.
Naturalmente qué hay diferencia con un gobierno ya en función, quién tiene por lógico, que dar a conocer los avances de su administración, de acuerdo a la línea política y sistema de gobierno que mantenga.
El artículo XII de nuestra Constitución Eclesiástica descalifica las prácticas proselitistas; pero como se enfocó contra un “proselitismo abierto” entonces, la estrategia es el disimulo y promoción indirecta, por medio de aduladores, comprometidos por amistad, compañerismo o espacios prometidos. Y ¿quien abiertamente solicitará voten por el?la Constitución lo prohíbe, pero aprovechan alguna función oficial para “brillar” sin que declararen la pretensión de ser directivo regional, distrital o nacional? Recuerdo a un directivo que desde un año antes del Concilio de Chihuahua nos decía, que el período del cargo que tenía estaba por finalizar. El mensaje subliminal era: soy “elegible” para un cargo de la Directiva General del Concilio.
Los que esto hacen, ¿tendrán hambre por servir, o servirse?
Tienen amor a la A.R. ¿ o a la ganancia que se devenga en el cargo ? La compra de conciencias mediante dádivas, convierte al votante en “deudor” del político, cuando debiera ser al contrario; el político debe sentirse en deuda con el pueblo. Y trabajar por la justicia y por mejorar la condición de vida del ciudadano. Así pagará y redituará a quienes lo llevaron al poder. Con todo respeto recomiendo a los Presbiterios distritales y el General, no permitir se viole la Constitución con “proselitismos”
