EL LÍDER EN LA RESOLUCION DE CONFLICTOS — Pbro Jorge Canto Hernández

El mundo está lleno de discrepancias, intereses opuestos, diferencias culturales y educativas, disgustos, insultos, opiniones truncadas, perspectivas, metas no comunes. La iglesia es un ente, que si bien es diferente en muchos aspectos a cualquier organización del mundo, comparte puntos administrativos y de liderazgo en común con cualquier grupo social que implique interacción humana.

[avatar user=”jorgecantoh” size=”thumbnail” align=”right” /]

Desde bien temprano en la historia el arcantropo, Adán, tuvo que tomar una decisión como líder al enfrentar un conflicto: miró a su mujer, Eva, que había comido del fruto prohibido, y de quien la Biblia claramente dice que fue engañada, pero su esposo no (1 Timoteo 2:14), dando así —al sopesar las alternativas y decidirse mal por una de ellas— un derrotero a la humanidad que aún hoy se continúa pagando. Entonces, el manejo de crisis manifiesta el temple, el amor, la experiencia y las habilidades del líder en el desempeño de su toma de decisiones, es decir, nos indica en que” cree, que’ tan preparado esta” y de qué esta” hecho en realidad.

El conflicto emerge cuando los desacuerdos, las diferencias, los disgustos, la perspectiva, el carácter se confronta con una situación que no está en el rumbo o preferencia de una de las partes, en este caso del líder o del seguidor, del líder alfa con los líderes beta, o del pastor y el cuerpo ejecutivo. Este camino no se considera como “correcto”. Aunque muchas veces tal vez se deba a una simple cuestión de comunicación, ya existe entonces una situación de enfrentamiento.

Un conflicto evoluciona, se acrecienta, se alimenta si se le da oportunidad, tiempo e intransigencia:

Se personaliza: Sentimos que nos está afectando personalmente.

Se desborda: La disputa trasciende a la comunidad, la gente toma partido o se aleja para no involucrarse.

Se politiza: Al fallar todo el conflicto, se hace público, las autoridades mayores intervienen.

Consciente de ello, el líder debe saber qué hacer y no temer ante la situación que está frente a él. En síntesis, el conflicto puede ser negativo o positivo, es decir, si el guía es sabio y tiene pericia será aprovechado para el bien, tanto de la iglesia como el suyo propio. Por lo contrario, la falta de pericia y de sabiduría hará que termine en desastre o con daños irreparables. En todo caso el conflicto debe mirarse siempre como algo natural que surge en cualquier conglomerado humano y el enfrentarlo será un ejercicio cotidiano que potencializará las partes, siempre y cuando se termine bien.

Mary Parker Follet afirma que todo conflicto, como todo razonamiento en el mundo físico, es de suyo un obstáculo a la coordinación, pero que así como la fricción, puede ser aprovechada porque tiene la virtud de forzar a la mente a buscar soluciones que sean ventajosas a ambas partes. Para ese efecto, divide la forma de resolver los conflictos en tres:

a. Por dominación. Cuando una de las partes en conflicto obtiene todo lo que deseaba, con base en la pérdida correspondiente de la otra de sus pretensiones, en un juicio, una parte es condenada y la otra absuelta.

b. Por compromiso o conciliación. Cuando ambas partes solucionan su conflicto cediendo cada una parte de sus pretensiones: el arreglo en que dos partes en un pleito ceden parcialmente aquello a lo que creían tener derecho.

c. Por integración o coordinación. Cuando ambas partes logran realizar de manera íntegra sus pretensiones, aparentemente antagónicas o irreductibles, a base de un replanteamiento del problema que permite ver que la aparente disyuntiva no es completa (no se trata de “esto o aquello”, sino de que hay más posibilidades, insospechadas al principio), lo cual permite encontrar una solución satisfactoria para todos, en el pago de mayores salarios, porque es posible que éstos no disminuyan las utilidades del empresario, sino que se concedan con base en el logro de una mayor productividad.

CONTAMINANTES DEL CONFLICTO

Problemas

Existen varios factores que pueden enturbiar más una situación de conflicto y que se deben aprender a manejar para poder resolver con mayor prontitud las crisis que se tienen o se avecinan. Conocerlas nos permitirán evitarlas.

  1. Negativismo:
    No, No se puede, no quiero , no hablaré con él,  “no cedere’”.
  2. Expectativas irrealistas
    “Ahora mismo”, “lo más pronto posible”, “cuando yo diga”.
  3. Comunicación deficiente
    Siempre es mejor hablar cara a cara, en un punto neutral con excelente acústica e iluminación, con los puntos claros sobre la mesa.
  4. Estresores personales
    Conflictos en casa, enfermedades, problemas económicos.
  5. Falta de apoyo y confianza
    Nadie parece interesarle, nadie cree en el otro.
  6. Síndrome de “a mi manera”:
    “Se resuelve el conflicto si yo lo digo, como yo lo digo , tengo tantos años en esto que deben simplemente hacer lo que yo diga. . .”
  7. Síndrome del “salvador” (o “del mesías”)
    “Sólo yo lo puedo resolver , sólo él tiene la sabiduría”.

Estos siete puntos pueden ampliarse, pero saber que existen nos permitirán cambiar cada uno para lograr manejar cualquier conflicto.

EVITANDO LAS DIVISIONES

Un enemigo declarado del crecimiento sano de las iglesias es la división. Las divisiones afectan a casi cualquier familia en el mundo. Especialmente se dan en tiempos de crisis. Pero es importante notar que no en todas redunda en la fragmentación, muchas veces ésta une a una iglesia.

Como líderes visionarios debemos atender algunos factores que pudieran determinar divisiones y estar alertas a ellas.

  1. Cuando la congregación viene de un origen cismático, tenderá a repetir el ciclo tarde o temprano.
  2. Cuando el líder viene de un origen cismático, hay probabilidades de que repita el ciclo, tarde o temprano.
  3. Cuando se descuida el Vínculo del líder de alto rango con los líderes de rango medio. Si usted deja el contacto con líderes de área, tarde o temprano estos pueden sentirse olvidados y no tomados en cuenta. Esta sensación se trasmite a su gente y eventualmente puede formar un malestar que pudiera concluir en una división.
  4. Cuando un grupo o un líder deja de dar informes. Si al pedirlos, el grupo o el líder rechazan la petición, deben ser atendidos para solventar toda molestia. Si se arremete contra ellos o se les sanciona, se incrementará el malestar y la actitud separatista.
  5. Cuando se está invitando a líderes ajenos a la organización o iglesia para ministrar sin la autorización o consentimiento de la iglesia o pastor. La primera vez puede deberse a un error de comunicación o inexperiencia, la segunda vez, después de la corrección, es rebeldía.  Tome cartas en el asunto antes que se produzca un amotinamiento.
  6. Cuando un grupo o un líder de rango medio celebra sin autorización o en secreto actividades simultáneas y paralelas a las de la iglesia madre. Si un grupo celebra actividades paralelas.” a las de la iglesia madre, puede estar dando señales de tener planes propios. Hay que estar pendientes.
  7. Cuando el líder a cargo de un grupo prefiere la consejería o mentoría de un ministro fuera de su propio núcleo eclesial. Esta es una actitud que demuestra un desligamiento de su casa, de su hogar. Se debe entrevistar con el delegado en cuestión y dirigirlo hacía la propia mentoría evitando la ajena.
  8. Cuando se ataca al líder medio en público. Si constantemente un líder superior ataca a sus subalternos ante su gente, terminará haciendo parecer una víctima al ofendido y alejará de sí a gente buena y sincera. No haga mártires, sea honesto, si necesita hablar con alguien subalterno es mejor hacerlo en privado.

La Biblia nos habla de un tal Diótrefes, que hablaba mal de los líderes, le gustaba imponerse a la autoridad establecida, y expulsaba a los que sí querían trabajar: He escrito algunas líneas a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le encanta ser el primero entre ellos, no nos recibe. Por eso, si voy no dejaré de reprocharle su comportamiento, ya que, con palabras malintencionadas, habla contra nosotros sólo por hablar. Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos, y a quienes quieren hacerlo, no los deja y los expulsa (3 juan 1:9).

Diótrefres ahuyentaba a los que querían apoyar a juan, estorbaba la obra del apóstol. Incluso expulsaba a todos los que se le oponían. Además, no sólo expulsaba a la gente creativa, sino también a las ideas, a las propuestas, a las innovaciones. ¿Qué se debe de hacer con los Diótrefes de hoy en día en la congregación? Debemos apartarlos de la influencia que tienen sobre otros. Confrontarlos y ubicarlos en el lugar que verdaderamente se merecen. No lo olvide.

NEGOCIACIÓN Y ACUERDO

Dijo Akio Morita, co-fundador de Sony: Los negocios son la guerra. Y en el mundo secular esto puede ser verdad. Sin embargo en la Iglesia del Señor se debe desarrollar, como en ningún otro grupo, el arte de la negociación, es decir, cuando surge una crisis o conflicto el líder debe aprender a lograr pasar de un no a un sí en el nombre del Señor.

En las negociaciones a veces se pierde, a veces se gana, y a veces pierden todos. Lo mejor, en el camino del Señor es que todos ganen. Es decir, que al final el beneficio sea para cada una de las partes. Así que aprendamos a negociar con honestidad y con eficiencia. Entonces la negociación puede desarrollarse del siguiente modo:

  1. Conduzca a un acuerdo sabio y prudente.
  2. Sea eficiente.
  3. Mejore o, al menos, no dañe la relación existente entre las partes.
  4. Separe. Es decir, no involucremos a la persona con la que negociamos con el problema en si, de lo contrario, en lugar de estar resolviendo un conflicto estaremos luchando contra un individuo, con los amigos del individuo, con la familia del individuo, con la iglesia del individuo, y así ad infinitum.
  5. Sacrifique su personalidad, no se trata de que yo gane o pierda.
  6. Busque un método eficiente de comunicación. El lugar, el día, la hora o los testigos ayudarán o perjudicarán en el conflicto.
  7. Use un buen tono de voz. No grite, no sea sarcástico, tenga una voz conciliatoria y siempre sazonada con sal (Colosenses 4:6).
  8. Busque soluciones creativas. Quizá nuestra postura no sea la correcta, quizá la del otro tampoco. Si colaboramos podremos lograr que todos ganen.
  9. Sea honesto. La honestidad habla por sí sola. Si alguna de las partes cree que se le está engañando difícilmente se llegará a un acuerdo. Además, quien es honesto tiene más peso ala hora de negociar en un conflicto.
  10. Cumpla su palabra. Si se llegó a un punto de conciliación se debe cumplir la parte que corresponde, independientemente si eso lesiona o si el otro aparentemente salió ganando. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia (Salmos 15:4).
  11. Pida consejo a gente sabia. La opinión de gente madura y piadosa nos beneficiará. Sin dirección, la nación fracasa;el éxito depende de los muchos consejeros (Proverbios 11:14 Biblia al Día).

Aprender a Vivir enfrentando conflictos es mejor que esconder la cabeza como avestruz. La Biblia nos muestra que debemos tener hombres fieles que tengan la calidad necesaria, que sean capaces de instruir a otros con personalidad, con carácter. (1 Timoteo 2:2).

Los conflictos nos modelan y prueban de qué estamos hechos realmente. Desde que existen hombres siempre hubo que solventar situaciones de crisis, reducir conflictos, solucionar problemas. Todo para la gloria de Dios y de su Reino.

fuente: transcrito del libro Manual de Liderazgo – Num 5

Acerca de: Pbro. Jorge Canto Hernández

Foto del avatar
El Pbro Canto es lider nacional del Concilio desde hace varios años, en 2019-2020 es electo Superintendente General, ademas de ser un Pastor y Ministro destacado en México, cuenta con Estudios teológicos y es promotor de la educación cristiana en su iglesia y su Distrito. Hombre valiente y de buen carácter.

Mira esto también

¿Jesús fue al Infierno entre su muerte y resurrección? por Pbro. Edelmiro Gonzalez

¿Jesús fue al Infierno entre su muerte y resurrección? Hay una gran confusión respecto a …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *