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jueves, octubre 10, 2024
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POSDATA -- Por Daniel de los Reyes Villarreal

POSDATA
AL PBRO. GUILLERMO FUENTES ORTÍZ.

El avivamiento inició en 1918 en Tamaulipas. Los íconos fueron Modesto Escobedo, Felipe Douglas y Miguel Guillén. 1921 en la Ciudad de México con Anna Sanders, Juanita Medellín, David Ruesga y Rubén J. Arévalo. 1922 en Coahuila con Cesáreo Burciaga y Nuevo León con Rodolfo C. Orozco.

Antes casi pegado en tiempo a Azuza el fuego había llegado a Sonora. Mientras el México bronco se desataba y los batallones de la revolución salían humeantes a la toma de las ciudades, Las Asambleas de Dios hacían su arribo a los pueblos de la patria que él nos dio.

El movimiento realizó su primera Convención en 1929, debía encabezarlo David Ruesga, pero no le alcanzó, las alternativas del momento lo hicieron quedarse en la retaguardia de la comodidad del recuerdo de un avivamiento y tuvo que encabezar el nuevo momento nuestro Apóstol Rodolfo C. Orozco, él tuvo la sustancia exacta para sentar las bases de lo que vendría. Una década completa le llevó lograrlo formando bajo su regazo a Rubén J. Arévalo, Juan C. Orozco,  y otros.  Al tiempo que los caudillos entregaban las armas y se levantaban las instituciones de la revolución, nuestra expansión asambleísta sentó sus reales en las ciudades más importantes del país.

Arévalo dio continuidad y expandió la Pasión Misionera mediante la formación de una generación de conquista, era uno para cada ciudad, no daba para más la campiña. Pero él lo hizo y muy bien. Redactó el original de nuestra carta magna y compuso los himnos cual lemas para las batallas. Dejó el paso a la tromba de crecimiento que venía.  El nivel de la organización tardaría 21 años en llegar, cuando en 1950 se cimbró la obra nacional bajo el liderazgo de Juan C. Orozco. Se rodeó de grandes para esa época, tales como José Cavazos, José María Duarte y Pecina, Rafael Ayala, German Wisser Barrueta.

Los Orozco y Arévalo fueron los trascabos que abrieron las avenidas por donde circularíamos. Fuentes fue el ingeniero que diseño los cordones, las banquetas, los edificios cual graneros para la gran cosecha que llegaba entonces. El modernismo social, político e ideológico había tomado al México transformado por una revolución que deseaba emancipar el desarrollo industrial, tecnológico y educativo. Las conmociones sociales iniciadas por los radicalismos sindicales y guerrilleros decantaron en la esfera estudiantil siendo esta la que provocó el parte aguas del modernismo con el postmodernismo en nuestro país.

La aceptación del evangelicalismo fue una lucha en USA por Zimmeran y en México por Arévalo y Orozco. El gran dilema, ser evangélicos o ser una secta mas que se pierde sin credo, sin gobierno, sin liturgia y sin factores de entendimiento. Eso provocó entre los 60’s y 70’s una lucha dentro de lo que fue un avivamiento. El lío de darle libertad al Espíritu o ser solo pentecostales de nombre, cesacionistas de costumbre,  dueños de nada en los espacios eclesiales o incluso reformados o reformacionales. La relación con los líderes denominacionales de la época fue crucial.

<-1994" class="gmedia-singlepic " title="8B3ABD2F-C80C-4191-81E0-819AF5C765AD" src="https://asambleasmex.com/old///wp-content/grand-media/image/thumb/8B3ABD2F-C80C-4191-81E0-819AF5C765AD.jpeg" alt="8B3ABD2F-C80C-4191-81E0-819AF5C765AD" width="300" height="385" /> Guillero Fuentes O

20 años ilustran como la institución fue dirigida por el hermano Fuentes, él lo hizo, le dio al ministerio un modelo de familia, digno en demanda de la hora. Tres grandes distritos convertidos en 4 en la primera década de su administración. Ir más allá fue el desafío que no se pudo contener, el norte logró pacíficamente su transformación en dos.

¿Todo de golpe y la escisión o todo poco a poco según se necesite? Los años 70’s hicieron ver la fuerza de una organización lista para la toma total del país. Para el desarrollo de la institución que creyó, sin él, la sustancia de la historia sigue, somos nosotros los que debemos tomar el legado y hacer lo que sigue frente a tanta riqueza.

El 74 en Ciudad Juárez mostró la necesidad de reestructurar. ¿Más distritos o más concilios? Todo parecería salirse de control. Hasta la anécdota aquella de don Cuco, el muñequito de Cristóbal Ceniceros. A instancias de Fernando Nieto y la bendición de la Directiva General, previa presentación en privado; Lo llevaron a la reunión para mostrar cómo era útil para las Escuelas Dominicales y la enseñanza de los niños. En eso estaban cuando el hermano Aniceto Gómez se levantó para protestar por el pecado de ventriloquía; el muñequito se le quedó mirando, movió cejas y pestañas, preguntando ¿Quién es este mono? A lo que Cheto respondió: ¡Tu abuela! Don Cuquito dijo: ¿y estos son los ministros? ¡Por eso no voy a la Escuela dominical!

El 76 en la ciudad de México fue crucial. En medio de sermones de Melvin Hodges  y otros, se inició el proceso de la reestructuración y para algunos  la amenaza del alfolí. Un tema que acabaría por bifurcar a una parte del ministerio inconforme con una idea  de esa clase. La mentalidad de la iglesia mexicana no estaba lista para administrar los diezmos del alfolí en una caja de ofrenderos cuando toda la vida los habían consagrado en las manos del siervo de Dios en funciones en cada congregación. Lo único que al momento era necesario fue la reestructuración geográfica de los distritos para privilegiar el crecimiento sostenido.

El 78 en Mérida pasó sin pena ni gloria, dejamos de ser reverendos para ser presbíteros a partir de Ministro Licenciado. La intentona de darle a la mujer parte de sus derechos fue rechazado por completo y no adquirió ciudadanía hasta el año 2000 en una decisión con muchas interrogantes para la presidencia, producto de la precocidad del momento.

<-1997" class="gmedia-singlepic " title="BED77D5D-B022-45BA-AB3C-DC72D8295D65" src="https://asambleasmex.com/old///wp-content/grand-media/image/thumb/BED77D5D-B022-45BA-AB3C-DC72D8295D65.jpeg" alt="BED77D5D-B022-45BA-AB3C-DC72D8295D65" width="300" height="464" /> Pbro. Guillermo Fuentes Ortíz

El 79 en Guadalajara detonó la reestructuración del Central y fue el pivote del crecimiento. El auditorio de la universidad fue el escenario para continuar las discusiones sobre la manera de reorganizar los dos nuevos distritos. Se mandató en una confusa aprobación de la discusión como si fuese la moción definitiva y ya no se regresó al postulado completo, al final ese fue uno de los argumentos esgrimidos en contra de la decisión.    

El 80 en Cd. Victoria Tamaulipas y Saltillo Coahuila fue la estrujante e impostergable decisión que dio paso a la formación de dos distritos de uno. La formación de un grupo de protesta en la convención de Distrito dio pie a posponer la ejecución del mandato conciliar, por lo cual se acudió al Concilio para saber acerca de la ratificación. Allí no hubo marcha atrás, frente a todas las amenazas se dio paso a la elección de los directivos de los dos distritos. Surgiendo así el Interoceánico.

El liderazgo de 20 años llegó a su clímax final con expresiones férreas de las cuales dos generaciones fueron sobrevoladas, lo cual dio paso a un ejercicio de liderazgo sándwich y exprés. La ebullición del 81 mostró lo difícil que sería transformar la organización luego de un anquilosamiento producto de la costumbre y la ausencia de cambio. Lo único que sostiene a las instituciones en estos vendavales son la misión, la visión y los líderes entendidos en ambas definiciones.

Frente a la posibilidad de la intermitencia en el poder se fue el hermano Fuentes. Todavía acompañó a las Asambleas por 37 años. Donde vio pasar 5 nuevos superintendentes. Fiel a su forma pidió la palabra siempre que pudo y dijo de frente todo lo que quiso decir. Con él se podía discrepar y discutir; difícilmente negociar. Esa parte final es el reflejo de un hombre firme y fuerte. Sus memorias autobiográficas circulan ya, lo que viene es la otra versión y al final, la leyenda, esa nunca acabará de escribirse.

En la medida que las instituciones crecen sus líderes son personas normales, prudentes, respetados, controlados, y su tarea es realizar consensos. Pueden ser famosos o casi desconocidos. Hay visión de largo plazo a través del traspaso trans generacional del mando.  En cambio en las organizaciones subdesarrolladas sus líderes se hacen notables por sus aciertos o espurios por sus errores y tratan de perpetuarse en el poder a base de dictaduras. Las crisis son recurrentes como medida de control, lo cual no es deseable.

Lo ideal es llegar a las posiciones para mejorar el estado de la gente y limitar el poder. Los éxitos o fracasos del pasado no garantizan el futuro. No todo lo viejo es malo y no todo lo nuevo es bueno. ¿Qué sigue? Poner en la mesa una articulación definida de la iglesia celular a la que aspiramos. Las reformas estructurales que logren articular las misiones, la educación y el evangelismo desde la perspectiva ejecutiva que se necesita.

El avance a la expresión de los nuevos liderazgos. Tener el elemento proactivo para generar sinergias desde la institucionalidad a las nuevas formas de desarrollo socio eclesial que se avecina. Crear nuevos movimientos que generen respuestas a las demandas de lo que hoy comienza a circular sin perder nuestra identidad, este es el verdadero reto.

<-1990" class="gmedia-singlepic alignleft" title="B52A970E-D128-4519-A1E8-B32F58FFEBD5" src="https://asambleasmex.com/old///wp-content/grand-media/image/thumb/B52A970E-D128-4519-A1E8-B32F58FFEBD5.jpeg" alt="B52A970E-D128-4519-A1E8-B32F58FFEBD5" width="448" height="300" />Transformar los congresos en celebraciones y lo que viene. Generar las herramientas para el desafiante desarrollo que traspasará al anarquismo radical del momento. Posicionar nuestra editorial en los nuevos desafíos tecnológicos y plataformas de contenido. Generar los espacios adecuados para el desarrollo del nuevo esquema Departamentos-sociedades-ministerios-carteras, antes que la realidad rebase y sea complicado ofrecer lo que se requiere al momento y no cuando haya mil opciones en el medio.

Lo anterior solo pueden hacerlo los estadistas, los que han probado por la experiencia y la relación con las nuevas generaciones como crear las condiciones para el cambio que se necesita, porque no se trata de cambiar por cambiar. Muchas de las practicas que rechazamos al final del siglo pasado y ahora al inicio de este ya no son amenazas, quedaron obsoletas  para quienes las inventaron y andan buscando qué nuevas revelaciones mostrar.

Nosotros probamos por la experiencia de nuestros líderes no solo a tener respuestas, generamos expectativas y avances inéditos e inesperados que sorprendieron al mundo eclesial. De manera proactiva ahora nuevos desafíos nos esperan. ¿Dónde están los Elías de Dios? ¿Dónde están los Pablo de hoy? ¿Dónde están los Arévalo del XXI? ¿Y los Orozco? ¿Y los Fuentes?  No tengo dudas que Dios ya los tiene preparados, como lo ha hecho a lo largo de la brillante historia de las Asambleas de Dios en México, y con ello el futuro que nos espera será glorioso y esperanzador.

fuente: Pbro. Daniel de los Reyes V.
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Pbro. Daniel De Los Reyes Villarreal
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Pastor, Maestro, Líder y Escritor, ha sido líder de las Asambleas de Dios en México. Fue superintendente general del Concilio.

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