Al término de los siete años de construcción del tem plo, toda la comunidad de Israel se reunió para cele brar su finalización y dedicarlo a Dios. La oración de dedicación de Salomón es rica en principios que podemos aplicar hoy, incluida la prioridad de la oración y la alabanza, la importancia de la humildad y la necesidad de obedecer a Dios en todo.
¿Cuál es su «lugar de descanso»?
Las personas a menudo se refieren a un «lugar de descanso» para describir un sitio al que van o algo que hacen cuando se sienten abrumados o agobiados por las presiones que enfrentamos en la vida. ¿Cuáles son algunos lugares a los que podría ir o cosas que podría hacer para distraerse de los afanes de la vida?
Este estudio ofrece una visión detallada de lo que significa morar en la presencia de Dios. Meditaremos tanto en la gloriosa manifestación de la presencia de Dios como en la respuesta humana a su presencia. Como creyentes del Nuevo Testamento podemos aprender mucho de la dedicación del templo.
Parte 1 – La oración de alabanza de Salomón
□ Las promesas de Dios 2 Crónicas 6:1-6
La dedicación del templo que se registra en 2 Crónicas fue un tiempo de oración y alabanza. Los libros de Crónicas fueron escritos después del regreso del exilio en Babilonia (aproximadamente 450-420 a.C.). Cuentan la historia de Israel y Judá, pero se enfocan en el desarrollo espiritual del pueblo, y prestan más atención a la Ley y al sacerdocio que a detalles
específicos sobre reyes y gobiernos. También se enfocan en la gran esperanza de Israel en Dios, especialmente que sus promesas perdurarán y finalmente se cumplirán en el Mesías, descendiente de David. Las palabras de alabanza y oración de Salomón en la dedicación del templo reflejan la esperanza de esta gran promesa.
Salomón comenzó su expresión de alabanza respondiendo a la presencia de la nube en 2 Crónicas 5:14 (véase 6:1,2). Dios se había manifestado a su pueblo en una nube varias veces en el pasado (véanse Éxodo 20:21; Deuteronomio 4:11; 5:22), pero la intención de Salomón era que este templo fuera eterno. Él explicó que la presencia de Dios llenando el templo confirmaba las promesas a David (2 Crónicas 6:3-6).
□ Honrar el nombre del Señor 2 Crónicas 6:7-11
Salomón expresó el propósito del templo: «David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel» (2 Crónicas 6:7; «…para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel», ntv). La palabra hebrea traducida como «nombre» significa mucho más que una forma de identificar a alguien. Está directamente relacionada con el renombre, la fama y la reputación de una persona. Cuando 2 Crónicas 6:7 habla de honrar el nombre del Señor, incluye el sentido de proclamar la excelencia y la dignidad del Señor y su superio ridad sobre todos los demás dioses (véanse Éxodo 18:11; Salmo 135:5). Esta comprensión del «nombre del Señor» puede guiarnos en nuestra alabanza y oración, nuestro servicio al Señor, e incluso nuestra comprensión de las Escrituras.
Salomón entendía que él era parte del cumplimiento de la promesa de Dios a David (véase 2 Samuel 7:5-16). El momento culminante de este gran día fue cuando el arca del pacto ocupó su lugar apropiado en el templo (2 Crónicas 6:11). Dios ahora moraría con su pueblo, tal como Él había dicho.
Dios siempre cumple sus promesas. A menudo olvidamos que la comprensión de Dios del tiempo es muy diferente de la nuestra. A veces las cosas no suceden como creemos que deberían o como deseamos que sucedan. Pero eso no significa que la promesa se retrase. El plan de Dios se desarrolla conforme a Su tiempo. Nuestro papel es glorificar y honrar el nombre del Señor con nuestras palabras y nuestras acciones.
Parte 2-La oración de dedicación de Salomón
□ Salomón dirigió al pueblo en oración 2 Crónicas 6:12-21
Salomón se puso de pie y extendió sus manos para orar (2 Crónicas 6:12,13). Orar de pie, levantar las manos y arrodillarse se describe en otras partes del Antiguo Testamento (véanse Nehemías 9:1-3; Salmos 95:6; 141:2). Estas posiciones proyectaban actitudes de sumisión a Dios, respeto por su poder y gloria, y reconocimiento de su soberanía. Pode mos aprender de Salomón. Si bien es posible que no oremos como él oró, es vital que también transmitamos respeto por Dios y sumisión a Él.
Salomón reconoció la fidelidad de Dios y lo exaltó por lo que había hecho (2 Crónicas 6:14-17). Destacó la naturaleza continua de las promesas de Dios, y enfatizó nuevamente que Dios guarda su pacto y muestra su amor inagotable a «tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón» (v. 14). Cuidar nuestro comportamiento (v. 16) y obedecer fiel mente a Dios son mandamientos constantes a través de su Palabra.
Salomón preguntó: «¿Es verdad que Dios habitará con el hombre en la tierra?» (v. 18). Sin duda, Dios no puede limitarse a un edificio cuando, como escribió Isaías más de dos cientos años después, los cielos son su trono y la tierra el estrado de sus pies (véase Isaías 66:1,2). Sin embargo, el rey sabía que habitar entre Su pueblo era parte del plan de Dios. Salomón oró con humildad, pidiéndole al Señor que escuchara «el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel» (v. 21), y buscó el perdón aun en esta oración pública. Nosotros también oremos con humildad, reconociendo nuestra necesidad de Dios.
□ «SI…entonces» 2 Crónicas 6:22-42
Salomón ofrece siete escenarios que deberían llevar al pueblo a buscar a Dios. Él los usa para enseñarles cómo vivir (v. 27) y santificarlos delante del Señor, (v. 31). Todos contienen la misma petición al Señor: «Tú oirás en los cielos».
He aquí los escenarios y las peticiones de Salomón:
1. Si alguien peca contra su prójimo y se le exige juramento de inocencia, entonces
Dios juzgará entre el culpable y el inocente (w. 22,23).
- Si el pueblo de Dios es derrotado ante los enemigos a causa del pecado, y se arre piente, entonces Dios lo perdonará y lo hará volver a su tierra (w. 24,25).
- Si llega la sequía como castigo por el pecado y se arrepienten, entonces Dios los perdonará, les enseñará el buen camino y enviara la lluvia (w. 26,27).
- Si otras calamidades vienen sobre el pueblo a causa del pecado y el pueblo se arre piente, entonces Dios lo perdonará, pero también le dará lo que merece para que le tema y ande en sus caminos (w. 28-31).
- Si los extranjeros oyen del Señor y se vuelven a Él en oración, entonces Dios los oirá y les responderá para que toda la tierra conozca y tema al Señor (w. 32,33).
- Si el pueblo de Dios después de orar va a la guerra en obediencia a Él, entonces Dios oirá sus oraciones y lo defenderá (w. 34,35).
- Si el pueblo de Dios peca contra Él y es enviado al exilio, pero se vuelve a Dios«de todo su corazón», entonces Dios lo perdonará y lo defenderá (w. 36-39).
Estos temas son pertinentes hoy: la realidad del pecado, el arrepentimiento, el deseo de que Dios escuche y perdone, y el perdón de Dios extendido a los extranjeros. Así como Salomón, seríamos sabios si priorizamos la oración y lo invitamos a morar en nosotros.
Parte 3-EI pueblo responde; Dios habla
□ La gloria del Señor llenó el Templo 2 Crónicas 7:1-10
Al final de la oración de Salomón, «descendió fuego de los cielos» y consumió los sacri ficios (2 Crónicas 7:1). La aparición de fuego significaba el poder soberano de Dios, y no era inusual cuando Dios manifestaba su presencia.
La manifestación de la gloria de Dios fue tan grande que los sacerdotes no pudieron entrar al templo (2 Crónicas 7:2,3). El pueblo cayó de rodillas en adoración y reconoci miento de la bondad de Dios. La palabra traducida como «misericordia» (2 Crónicas 7:6) es un término hebreo importante que con mayor frecuencia identifica el pacto de amor y fidelidad de Dios con su pueblo. (Esta palabra «misericordia» también es común en este tipo de escenarios de adoración en el Antiguo Testamento.) La gloria y la presencia de Dios le recuerdan al pueblo Su fidelidad, amor y misericordia, invitando a una profunda reflexión sobre quién es Él y lo que Él hace.
Esta escena fue seguida por sacrificios y cantos de adoración (w. 4-7), y la Fiesta de los Tabernáculos—siete días de fiesta por la cosecha en los que honraban a Dios por su provisión (w. 8,9). Posteriormente, la gente viajaba de regreso a sus hogares regocijándose en la bondad de Dios (v. 10).
□ Humíllense ante Dios y oren 2 Crónicas 7:11-22
Las bendiciones de Dios sobre Israel dependían de su respuesta fiel a Él. Somos el pueblo de Dios hoy, representándolo en este mundo y llamados a la fidelidad y la obediencia. Dios permite desafíos en nuestra vida para recordarnos nuestra dependencia de Él y nuestro amor por Él. A veces es difícil aun reconocer que nos hemos desviado, pero sabemos que a través del arrepentimiento podemos ser restaurados a Él.
¿Qué nos dice Dios?
Dios nos llama a experimentar su presencia. Ore que Dios le revele cualquier cosa que pueda distraerlo de su relación con Él.