Estudio sobra LA IDEOLOGIA DE GENERO ideal para pastores y líderes de iglesia

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Recientemente, la Alianza Evangélica Española publicó un documento como respuesta a uno de los temas más can­dentes en la actualidad, la ideología de género. Su autor, Juan Várela advierte al respecto: …los pilares de la civilización Oc­cidental están siendo removidos, las bases judeocristianas de Europa y Occidente están siendo negadas, mientras los nuevos conceptos del marxismo cultural y déla ideología de género están siendo impuestos en las políticas de la mayoría de sus países. Nunca en la historia de la humanidad… se había logrado imponer a extremos como los que

hoy empezamos a vivir, una ideología con pretensiones de destruir al ser humano en sus bases ontológicas y crear una nueva civilización de seres mutantes capaces de redefinirse y reinventarse al capricho objetivo de cada individuo1.

Veamos entonces, qué es la ideología de género, y por qué cons­tituye una amenaza el modelo bíblico de la familia; definamos también cuál debe ser nuestra posición al respecto.

I. DEFINICIÓN Y ORIGEN DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

1. Que es la ideología de genero

Una ideología, según la RAE, es un conjunto de ideas fundamen­tales que caracteriza el ‘pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etcétera2. En ocasiones las ideologías se implantan a través del diálogo; otras veces se imponen por medio de la violencia. Asimismo, algunas suelen servir como instrumento de control social.

La ideología de género es, como su nombre lo indica, una ideo­logía que niega las diferencias entre el hombre y la mujer. Según esta idea, tales diferencias son construcciones sociales debido a estereotipos impuestos a lo largo de la historia.

La ideología de género establece una diferencia entre el sexo y el género. De esta manera, el género de una persona depende de su autopercepción y puede ser distinto de su sexo biológico. De modo que para quienes abrazan estas teorías, es posible que existan “mujeres” con un órgano masculino y viceversa, a pesar de que no existe ningún fundamento científico para semejante idea.

2. Las bases de la ideología de genero

Este asombroso cambio de concepción, aunque de época recien­te, finca sus bases en tres corrientes de pensamiento:

a. El existencialismo ateo, el cual fue planteado en la filosofía de Simone de Beauvoir, profesora y escritora, a quien se le ha consi­derado una de las fundadoras del feminismo. En su libro El segun­do sexo, afirmaba que “la mujer”, tal como la definía la sociedad, era una construcción cultural: No se nace mujer: se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica de femenino 34.

b. La teoría queer, que surgió como resultado de la revolución se­xual y del feminismo. Una de sus principales exponentes es Judith Butler, quien afirma que el género y la sexualidad son construc­ciones culturales impuestas; para ella, la “anatomía” y el “sexo” no existen sin un marco cultural. Pero también tiene antecedentes en el pensamiento de la filósofa Monique Wittig quien afirmaba que la “opresión de la mujer”y la “opresión de la homosexualidad” son efectos de una misma causa: un régimen político de “heterosexualidad obligatoria -4.

c. “El marxismo cultural”, según lo definen autores como Agustín Laje y Nicolás Márquez (El libro negro de la nueva izquierda). Ellos afirman que detrás de la ideología de género se encuentra esta corriente, la cual propone una revolución social, política y cultural en contra del sistema de valores tradicional. Según Laje, esos nuevos movimientos que el socialismo del siglo XXI debe hegemonizar son fundamentalmente los indigenistas, ecologistas, derechohumanistas, y … las feministas y los homosexualistas, eufemísticamente representados por lo que se ha dado en conocer como la “ideología de género”5.

II. LA AGENDA DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

i. Estrategias y acciones

Pablo advierte a Timoteo: También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos (2 Timoteo 3:1). Dice la sabiduría popular: guerra avisada no mata soldado. El apóstol ex­horta a su discípulo a no ignorar los peligros que se avecinan. De igual modo, no se puede permanecer indiferente a lo que sucede alrededor, más si ello afecta a los valores bíblicos recibidos.

Los cañones de la ideología de género apuntan directamente a la familia tradicional, pues se considera que ésta es parte de un sistema opresor. Buscan imponer nuevos modelos familiares, pro­ mueven la cultura LGBTTTI y un feminismo radical. A la par, condenan los valores cristianos y los tachan de obsoletos. Otras acciones apoyadas por este movimiento son la lucha a favor de que las mujeres tengan acceso al aborto de manera legal y gratuita. Es un hecho que también han intervenido en los textos escolares para implantar en los pequeños su ideología, y han promovido leyes que castiguen a quienes se pronuncien en contra de sus ideas —bajo el cargo de “homofobia”— o a grupos religiosos que intenten realizar “terapias de conversión de género”.

Asimismo, han querido implantar lo que llaman un “lenguaje in­clusivo”, que consiste en un vocabulario atípico que busca que­brar el modo de hablar tradicional, al cual califican de anticuado, pero sobre todo de estrecho, opresivo y discriminatorio. Comen­zaron rechazando el uso del masculino plural para generalizar y utilizaban de manera explícita ambos géneros (por ejemplo, todas

y todos, en lugar de simplemente todos). Luego decidieron valerse de la arroba (tod@s). Finalmente, han tratado de imponer el uso de la letra x (tocbcs), o la e (todes), por considerar que algunos no se identifican con ninguno de los dos géneros. Sin embargo, la Real Academia de la Lengua Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española se han pronunciado contra esta imposición en el lenguaje.

2. Efectos en America Latina

Con el apoyo y financiamiento de gobiernos, agencias, ONG’s, organismos internacionales, instituciones y medios de comunica­ción, han conseguido algunos logros. Por ejemplo, en 2010 Argen­tina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en aprobar los matrimonios igualitarios y la adopción homoparental en todo su territorio. En Brasil se dio una resolución que obliga a los notarios del país a celebrar la ceremonia civil si una pareja del mismo sexo lo pide. En el caso de nuestro país, en la Ciudad de México está permitido el aborto sin restricciones y el cambio de nombre e identidad de género; en varios estados también se han legalizado los matrimonios entre parejas del mismo sexo.

III. Evaluación de la ideología de género

1. Carece de sustento académico

La afirmación de que el género es una construcción social y puede diferir del sexo biológico contradice totalmente la ciencia. Cathe­rine Scheraldi y Miguel Núñez escriben: …la biología, la embrio­logía y la genética demuestran que sólo hay dos sexos. Esta noción de que el género es independiente del sexo biológico se considera precisamente una ideología porque no está basada en la ciencia6. No existe ningún fundamento para afirmar que las personas son ‘neu­tros” al nacer y luego pueden elegir entre ser mujeres, hombres, o cualquier otra opción.

En vista de que esa fraseología fabricada para sostener la teoría del género carece de certeza científica, racional y lingüística, su vocabulario y contenido resultan inútiles, huecos e inapropiados.

2. Distorsiona el diseño divino

La Escritura es categórica al afirmar la existencia de sólo dos se­xos: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó (Génesis 1:27). En cambio, estos voceros de esta nueva ideología pugnan las normas que el Altí­simo asignó acerca del vínculo nupcial. Han inventado todo un universo de iconografías torcidas sobre la vida hogareña para así desmantelar el escenario pintado por Dios en el Edén.

La expresión hombre (del heb. adam), se refiere a la humanidad en general, hombres y mujeres (en Números 31:35, por ejemplo, se usa nefesh adam y sólo se refiere a las mujeres). Ambos son iguales en cuanto a que han sido hechos a imagen y semejanza divina. Pero luego aparecen dos vocablos, varón y hembra, los cuales sir­ ven para determinar el sexo que corresponde a cada uno; así que desde la creación divina hallamos solamente dos géneros. Estas dos palabras provienen de los términos hebreos zakar y neqebah; el primero también se traduce como “macho” cuando se refiere a los animales (Exodo 12:5). Así que ambos aluden a las distincio­nes de lo masculino y lo femenino respectivamente.

Luego de que Dios creara a la mujer, Adán expresó: …ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada (Génesis 2:23). Ahora los dos términos hebreos son ishah (varona, mujer) e ish (varón). Según el pastor Wenceslao Ramírez, aquí ya no estamos solamente ante el hecho biológico, lo masculino y lo femenino, sino ante la diferenciación personal, varón y mujer, que surge como con­ secuencia de la diferenciación biológica y sexual. Por lo tanto, hay una continuidad e identidad entre lo masculino y el varón, como… entre lo femenino y la mujer. Es decir, la correlación entre lo bio­lógico, sexual y personal es total. Quien es zakar es ish y quien es neqebah es ishah (protestantedigital.com).

La causa del extravío del hombre está en el pecado. Lo bueno y perfecto que Dios instituyó, el ser humano ha querido destruirlo. El apóstol Pablo señala que los hombres rechazaron la revelación divina y no quisieron obedecer ni honrar a su Creador: Pues ha­biendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamien­tos, y su necio corazón fue entenebrecido. En consecuencia, su mente se extravió, y aumentaron sus maldades y perversiones (Romanos 1:21-32).

IV La postura de la iglesia FRENTE A LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

i. Mantenerse firmes en la fe

Conviene traer a memoria que desde fecha temprana las primitivas comunidades de cre­ yentes no vacilaron en tachar de pecaminosas las tendencias de este tipo.

Lo dicho hasta aquí lleva a preguntar: ¿Cómo ha de responder la iglesia ante el embate de la ideología de género? En primer lugar, se ha de dejar en claro que el creyente debe estar en contra del maltrato y la discriminación. De

ningún modo se han de apoyar actitudes de burla y desprecio ha­cia las personas, independientemente de su conducta. Antes que nada, el mandato bíblico exhorta a manifestar el amor de Dios a todos. Tómese en cuenta el resumen de la ley que hizo Jesús: Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos (Marcos 12:30, 31).

Esto, sin embargo, no significa que deba aceptarse aquello que claramente contradice la Escritura. Amar a las personas no signifi­ca necesariamente estar de acuerdo con ellas en todo. La Palabra exhorta a no dejarse llevar por filosofías que no se afinquen en Cristo (Colosenses 2:8). Ante las propuestas de la ideología de género, es importante reafirmar los valores bíblicos respecto a la familia y el matrimonio, el respeto a la vida desde su concepción, y la pureza sexual. A la vez, conviene seguir cumpliendo la gran comisión, y anunciar el evangelio que transforma y restaura las vidas.

Tal como escribe Varela: Dios nos creó hombre y mujer, esto no es forzado es natural, y como ley natural sólo ‘podemos reconocer al ser humano en su género y sexo como hombre y mujer. Las cosas en el orden natural funcionan de una manera predeterminada, y no debe­ríamos tener la pretensión ni la osadía de cambiar la realidad

2. Salvaguardar la familia

Otra forma de contrarrestar las nuevas corrientes es enfocarse en la responsabilidad hacia la familia. Dios ordenó que fuese en el hogar donde se trasmitiera la fe de una generación a otra (Deuteronomio 6:6, 7; 2 Timoteo 3:14, 15). La responsabilidad de todos los padres cristianos es enseñar las verdades bíblicas a sus hijos, a fin de que se mantengan fieles a la Escritura y perseveren en la verdad. No ha de olvidarse, además, que los hijos son el blanco principal de los propulsores de estas ideologías. Debe invertirse suficiente tiempo para dialogar con ellos e instruirlos sobre el en­ foque bíblico respecto a la sexualidad.

En su libro Dios y el debate transgénero, Walker presenta una guía de cómo explicar a un niño de diez años el tema de la ideología de género, esto es importante porque es responsabilidad solo de los padres hacerlo. El punto que destaca en primer lugar es; (1) Las personas ven la realidad de diferentes maneras, y los cristianos ba­samos nuestra visión de la realidad en lo que la Biblia enseña sobre el mundo, porque está escrita por el Dios que nos creó…8 Al final de la lista hace un comentario oportuno a cada padre: No evadas preguntas importantes sobre la identidad sexual y de género sólo por­ que tu hijo preadolescente o adolescente hace preguntas escabrosas y difíciles… Es en ese momento cuanto tu hijo necesita tu mayor atención, tu confianza y tu afirmación. El deber de todo padre cristiano es salvaguardar a su familia.

CONCLUSION

El mundo quiere imponer sus propios valores. Su corriente va en contra de la voluntad divina y se opone a la Palabra. De ahí se entiende que esta filosofía constituye una amenaza letal para la iglesia. Quiere cancelar la vigencia del molde divino sobre el ho­gar. El reto que plantea es más complejo de lo que parece.

Pero el creyente ha sido llamado a someterse a la verdad eterna. La doctrina bíblica produce un estilo de vida y un conjunto de valores que se contraponen al sistema pagano.

Ante las imposiciones de los impulsores de la ideología de género, el cristiano no debe callar la verdad de la Escritura. Tampoco ha de renunciar a la misión de proclamar el evangelio. Ha de mostrar un amor genuino y un sincero interés por todas las personas, in­dependientemente del estilo de vida que lleven, pero ha de man­ tenerse firme en sus principios. Si el mundo no se avergüenza de proclamar sus ideas, ¿por qué el creyente habría de esconder sus valores santos?

fuente: leccion 2,
del libro salvaguardando nuestra sana doctrina

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