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Pbro. Raymundo Cantero Hernández (por Samuel Vázquez S. )
Una de las experiencias más enriquecedoras de estudiar en el Isum en los años noventas del siglo pasado y de principios de este siglo era ser alumno del Pbro. Raymundo Cantero. En cualquiera de las materias que impartía tenia una gran parcelación y metodología pedagógica. Hasta las materias más aburridas para mi opinión y que pensaba que me iban a hartar, si el profesor era Raymundo, estaba garantizada la innovación y una buena enseñanza, que quitaba el sueño si la clase era temprano, o el sopor de las últimas horas de un curso tan fuerte o intensivo como lo era el Isum.
Cantero, como se le decía, fue profesor de carrera, pero en el aspecto educacional eclesiástico formado y sus talentos descubierto por los meros, meros padres del Isum Internacional, David Grams, Floyd Woodworth, Samuel Balius, y Roy Smeya. Ellos conforme su filosofa de incorporar latinoamericanos al programa de Isum vieron sus capacidades, confiaron en su talento y lo apoyaron hasta ser parte de su mesa de trabajo internacional. Era muy curioso escucharlo hablar con las dos camisetas, a veces decía “nosotros como el Isum internacional”, o bien decía “como parte de la iglesia nacional”. Hoy es un más fácil dar clases, con todos respeto lo digo, pero una buena recomendación o una buena palanca mata capacidad. En su caso no fue así, fue su capacidad en el aula lo que lo llevó a ser profesor en su propia tierra y a viajar enseñando por toda América latina. De hecho cuando vino una crisis muy fuerte en el Isum internacional, en el momento en que los misioneros norteamericanos fundadores pasaron al retiro como misioneros y las ofrendas misioneras y donaciones que sostenían el Isum internacional bajaron, y se veía venir una gran crisis, Raymundo y otros de sus colegas contemporáneos maestros y los misioneros que tomaron la estafeta de los pioneros trabajaron fuertemente para que esto no pasara.
No exagero si digo que Raymundo Cantero tiene un mérito muy grande en la valorizaron del ministerio de la enseñanza en las Asambleas de Dios de Mexico. Él demostró quizá sin decirlo expresamente que ese ministerio no tenía porque ser la cenicienta de la iglesia, al contrario, que tenía gran razón de ser. Entre los ministerios más relucientes que el de maestro o educador, como los evangelistas de antaño y los misioneros de ahora, Cantero enarboló la bandera de la enseñanza, impactando a cientos de ministros y por consiguiente a sus iglesias. Que regresaron después del Isum a dar clases motivados por sus enseñanzas a los institutos bíblicos y a sus iglesias.
Hoy todo el mundo cree o por conveniencia lo asumen, que los estudios intensivos y tareas a distancia son buenos, eclesiásticamente en el Concilio en México hace unas décadas no. Los ‘puristas” por decirlo de una manera positiva, decían que no servía para nada, que no era académicamente aceptable e incluso menospreciaban los logros académicos de quienes estudiaban en Isum. Decían a los egresados de Isum no los acepta ninguna universidad seria en los Estados Unidos. También decían que el SEC no es una institución académica acreditada. Cantero luchó también contra ese estigma, nunca le dio importancia y creo que tuvo la razón. Hoy quienes enarbolaban la bandera “purista” se ven beneficiados por los egesados de seminario del Isum. Fue una lucha ideológica, como decía visionariamente el Pbro. Alfonso de los Reyes, para llevar los estudios a todos los ámbitos ministeriales. Y esa masificación ha fructificado a cientos. De otra manera muchos no hubieran pisado un Isum al menos. Lo mismo te tocaba de compañero alguien quien apenas sabía leer y escribir pero con un gran espíritu de superación que alguien con un post grado.
Lo tuve de maestro en dos ocasiones, la primera fue en Villahermosa, Tab., en un seminario que tomamos en el Seminario Presbiteriano en el año 1992, la segunda vez en el IBAO en Oaxaca, en el año 1999. En la primera ocasión impartió la materia Métodos de Investigación, o algo así se llamaba, había equipos de trabajo y con nosotros utilizó una técnica o dinámica de grupo que cada vez que la recuerdo me carcajeo solo, a mi equipo nos tocó exponer sobre él método histórico, en privado nos dio las instrucciones, uno de nosotros tenía que sentirse mal y a la hora de la clase caer como infartado o muerto, con el consiguiente escándalo. Escogimos para que se “muriera” a Arturo Morales de Oaxaca, quien desde una noche antes anunció a todos que se sentía “muy mal”, y lo “llevamos al médico” en la noche, cam iba renqueando y apretándose el estómago de “dolor”, la verdad es que nos fuimos a los tacos. Al otro día a plena clase Arturo daba muestras de seguir mal, ya en la clase y a una señal de Cantero, le dio su patatús a Arturo y cayó “fulminado”. Los compañeros se levantaron a orar y a reprender los males, algunos todos espantados otros como incrédulos, Arturo hizo una actuación digna de un premio Oscar, expiró actoralmente. Y nosotros, apartamos a todos, para que le “diera el aire”, luego lo levantamos así “privado de sus sentidos” cargándolo de las manos y los pies y entonces aplicamos el método histórico. Empezamos a indagar quién era Arturo, quien para esto previamente había escrito en papelitos sus datos históricos los tenía repartidos en sus bolsas, zapatos, calcetines. No se como pudimos aguantar la risa. Ese era Cantero. Quien sabe a cuántas generaciones les hizo lo mismo. No faltó quien se quejara de la rudeza del método. Sobre todos los que se muy asustados se habían levantado a orar e imponer manos sobre Arturo.
Ahí mismo nos hizo otra, puso un examen, no recuerdo si era a la quincena o al fin de la primera semana, pero nos repartió el examen, y comenzando expulsó a Saúl Salce, a Enrique Andaverde y creo a Inmar Valle, por estarse copiando dijo Cantero, a los dos minutos me expulsó, me quitó el examen y me molestó. Quise alegar con él y no admitió réplica, salí enojado, habloteando contra la injusticia que acababa de cometer contra mi. Y nos mandó a hablar con el profesor David Morales de Bolivia, quien muy serio y luego riéndose nos dijo que a nombre del profesor Cantero nos comunicaba que estábamos exentos de presentar el examen. Bendito Cantero. Y que no dijéramos nada.
Siempre en la última hora clase de sus materias según el plan de curso había un tema: “rayársela al maestro”, que no era otra cosa que al finalizar el curso todos debían pasar a firmar la camiseta o playera que llevaba puesto. No se cuanta de esas llegó a guardar, porque daba al año varios seminarios.
Alguna veces fui a Matamoros y fue mi anfitrión, siempre atento, respetuoso, me habrá llevado alguna vez a Bronsville, Texas. Tenía un estilo personal y único de ser, como entre formal, ceremonioso y chistoso. De seguro por todo el continente pero sobre todo en México sus alumnos tienen grandes recuerdos de él. Yo coincido con quienes han escrito que fue uno de los mejores sino es que el mejor maestro mexicano de la historia del Isum. Alguna vez le correspondí como anfitrión como la ocasión que fuimos a ver al estadio Azteca a sus Águilas del América y que narré en un post anterior en cuanto conocí la noticia de que se enfermó.
Hoy descansa de sus enfermedades y de sus trabajos en los brazos de su Señor. El Señor conforte a su familia, a sus amigos y alumnos.
Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Daniel 12:3.
(La imagen que acompaña este escrito fue publicada, tal cual está editada en el muro del Hno. Cantero el 18 de abril del 2021)
post: tomado del muro del pastor Samuel Vázquez.