El Romance en el Pastorado — por Daniel de los Reyes V.

Recomendaba el Pbro. Manuel Bustamante: Díganle cosas bonitas a sus esposas cuando estén con ellas.

El charro Ceniceros dice: Dios no se enoja contigo porque le dices cosas bonitas a tu esposa. A la vecina es a la que no debes halagar.

Juanita Murillo dijo: ¡Que nadie te arregle la corbata! Para eso está tu esposa.

Bien dijo el cantor: Quiero correr por los campos contigo, quiero tomar tu mano y caminar, quiero tocar tu cabello movido por el viento, yo quiero escucharte decir que me amas.

Como dice el romancero mexicano: Toda una vida, me estaría contigo, no me importa en qué forma, ni donde ni cuando, pero junto a ti. Hay ríos avasallantes que amenazan desbordarse y arrastrar lo que con el tiempo se cultivó. Ni lo ahogarán los ríos: es como si Salomón le dijera a la amada: Aunque nos estuviéramos ahogando, siendo arrastrados por alguna corriente de un río, nuestro amor no se ahogaría.

La expresión salomónica también se traduce como: ni arrastrarlo los ríos o tampoco los ríos podrán extinguirlo.

Como dijo el poeta español: Un amor como el mío no se puede ahogar como una piedra en el río, y no se puede quemar porque está hecho de fuego.

El matrimonio tiene como enemigos algunos ríos torrenciales, con impetuosas corrientes que tratarán de ahogar el amor que deben tener el uno por el otro: El río del amor como sentimiento. Recuerden: ¡Es más que eso!

Hay que hacer de la relación matrimonial algo más alto y sublime. El río de la monotonía. Hay que renovarse continuamente. Mientras la mente viva, la pasión se encienda y las fantasías no rebasen la moral cristiana, hay que re inventarse cada ma- ñana para que al caer la tarde el ramo de rosas adorne el dicho de la verdad. El río del descuido espiritual. Hay que velar sin cesar. La devoción es necesaria para mantener la llama del hogar.

Entre más amamos a Dios la pasión del romance con el cónyuge crece. El río del legalismo. ¡Tiene que ser como yo digo! Ah ah, las imposiciones; como lastiman la libertad de una relación genuina y espontánea que ha de madurar al paso de los tiempos para ser ejemplo digno de imitar.

Como dije en Mérida, lo recuerdo ahora: Me quedo en los brazos de mi amada, la mujer de mis sueños, la dueña de mi corazón. Aquella que miró el sol y se reflejó en mí. Malena, me quedo en tus brazos que me esfuerzan, en tus labios que me encienden, en el nido de tu amor, el remanso de paz que la vida ha querido darnos y Dios ha bendecido con su dulce presencia.

Me quedo a tu lado, los sueños siguen, la visión se cristaliza, la pasión no cede, el fuego arde aún y los retoños nos avisan que el relevo viene fuerte para cumplir su cometido. Será como lo previmos, al final del camino de la mano solos tú y yo; será lo que soñamos

fuente: Aviva 2011

Acerca de: Pbro. Daniel De Los Reyes Villarreal

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Pastor, Maestro, Líder y Escritor, ha sido líder de las Asambleas de Dios en México. Fue superintendente general del Concilio.

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