CÓMO INICIAR UN NUEVO SERVICIO EN LA IGLESIA por Pbro. Vicente Castillo Jiménez. ®

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Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mateo 28:19

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La población urbana va en aumento cada día, México se encuentra entre los once países mas grandes del mundo , las grandes y pequeñas ciudades, sus colonias, nuevos fraccionamientos, zonas residenciales, un crecimiento impresionante, esto nos lleva a reflexionar un poco en la tarea de la misión de la iglesia. Mas del 80% de las iglesias en el mundo cuentan con menos de 100 personas .

En cuanto al crecimiento de la iglesia hay buenas noticias, existen lugares de adoración o templos abarrotados y muchos sobrepasan el 80% de su capacidad, algunos están al 100% en sus servicios dominicales, pero esto se complacen muchos ministros de culto definiéndolo como éxito. Muy pocos pastores se han arriesgado a abrir un segundo servicio, tal vez por lo que implica esta labor de trabajo, de mayor demanda, de ajustes, o en último de los casos el conformismo; pero la gran noticia es que si le preguntamos muchos pastores, dirían que si y están dispuestos a hacerlo.

Examinemos algunas razones válidas para iniciar nuevos servicios de fin de semana, domingo. Por ejemplo, el crecimiento de la iglesia es algo obvio y bíblico, Jesús lo Instituyó, ademas que es una práctica eclesiológica típica Asambleísta hacer otros servicios debido al crecimiento. En varias partes de México y Latinoamérica se observa este orden, además es práctico ya que da resultados cuando la iglesia está en constante crecimiento y eso da como resultado satisfacción por estar cumpliendo la parte que nos corresponde en cuanto a la gran comisión. Al contar con estos resultados tangibles estimula al pastor, su equipo, liderazgo y membresía al crecimiento permanente de la iglesia.

Amor y compasión: El combustible para abrir nuevos servicios.

Cuando observamos a cientos de personas que no tienen a Cristo y abrir una opción más en nuestros horarios para invitar a los amigos no creyentes y vecinos, demostramos amor y llenura del Espíritu Santo. Existen personas que se han mudado o sencillamente no tienen una iglesia. Teniendo en cuenta que hay diferentes tipos de personas, tal vez nuestro servicio clásico tenga algunas variaciones litúrgicas y podamos ofrecer alguna opción para otro tipo de personas.
De los grandes beneficios de abrir nuevos servicios es recibir la bendición de Dios como predicadores es que el mensaje que se entrega se hace más efectivo y disciplinado, ya que empezamos a predicar con más claridad por los tiempos que nos marcan los nuevos horarios.

Un nuevo servicio en la iglesia incrementa a más miembros y servidores comprometidos en vez de ser mero oyentes, calienta bancas, aprovechando las nuevas oportunidades de servir que se abren. La esencia de la misma iglesia no se pierde aunque se parte en dos o tres, pues es el mismo pastor y equipo que coordinan al nuevo liderazgo deseoso de servir a los miembros y a los nuevos invitados.
Con relación al tema de Plantación de iglesias, muchos ministros se entusiasman tanto en ir, con un equipo, comprar un terreno, invertir recursos, esfuerzos y demás que se olvidan que solamente con duplicar un servicio en su misma iglesia están plantando una iglesia más, allí mismo, con los líderes entrenados, ya hay un lugar o templo, sillas, adoración, atención a niños. ¿Tiene sentido?

La conformidad y el confort ministerial es el gran enemigo pues es un impedimento para el crecimiento de la iglesia local.

En realidad hay iglesias que no deberían implementar un nuevo servicio ya que su fin es preservar la comodidad, el estatus quo. Los pastores y líderes terminan el servicio satisfechos de que la iglesia “se llenó”, se van a comer rico y luego regresan a sus casas satisfechos de “haber cumplido” y así miden su crecimiento, año tras año.

Muchos líderes y miembros de la iglesia heredan y colaboran con esta idea errónea ya que no quieren compartir su ministerio porque les ha costado llegar hasta esa posición de honor y quieren preservar la tradición, retener el cargo año tras año y que nadie se los quite. Les llamo líderes embudo, ya que no dejan pasar a nadie, ni multiplicrase como líderes. A este tipo de lideres embudo les gusta tener “el balón” y no permiten que otros “metan gol”. Si salir del conford, y trabajar duro de producir otros servicios para cumplir la mision de Dios es el fin entonces debemos dar el paso adelante.

Suficientes excusas existen para no iniciar nuevos servicios.

Creo que el factor número uno para duplicar los servicios es el miedo al fracaso, la crítica, la brla, la vergüenza, que por cierto es algo cultural, ya que nuestros vecinos o compañeros se burlarán si “sale mal” por intentarlo. No hay cosa mas fuerte en nuestra cultura que nos duela de que aguien se burle de nosotros y se ria. Que caro sale ese temor al ridículo en cuanto a fallar, si nosotros no lanzamos otros lo harán.

Así que las excusas suergen tales como: “No tenemos las suficientes personas para un nuevo servicio”, “no estamos en crecimiento”, “nuestro templo no se ha llenado aun”, “no tenemos suficiente líderes o servidores”, “Hermanito estas viendo como estamos y quieres que partamos la iglesia, -¡Ni lo mande Dios!” Excusas que son válidas cuando se quiere.
Tenemos a nuestro alcance infinidad de talleres, capacitaciones, ministerios para crecer y nos hemos quedado estáticos, empachados de tanta estrategias y sistemas.

No tengamos miedo ni demos excusas para cumplir la misión de Dios. Me gusta ver como funcionan los grandes circos, que hay ocasiones que salen a dar su expectaculo de asi 90 aristas a una gradas para 2000 personas, habiendo solamente 40 personas presentes, que profesionalismo. ¿Por qué tener miedo a fracasar? Si Jesus dijo: -“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mateo 18:20).

¿Qué se necesita para iniciar un nuevo servicio o celebración en la iglesia?
Tener intimidad con Dios y orar con el equipo principal de la iglesia, para estar de acuerdo con este cambio, ya que Dios s agrada el crecimiento de Su iglesia. Muchas veces nuestra cultura latinoamericana y acomplejada por el mundo nos lleva a pensar que debemos “ser una superestrella carismática”, hacer señales y milagros y movimientos raros para que de repente empiece el “mover” de Dios; incluso pensamos que eso es para otro tipo de seres superiores a uno; hay muchos que les gusta criticar desde su comodo teclado cualquier iniciativa como francotiradores con estas “nuevas ideas”, a estos no se les hace caso, pues como se dice coloquialmente “ni pichan, ni cachan, y menos dejan batear, es por esto que se recomienda que solamente empiece, tenga fe, comprometase con Dios y la dirección divina del Espíritu Santo que le dará la guía suficiente según su caso.
Recuerde, deje los miedos, tenga fe, que si usted planta esta idea al equipo de líderes y miembros la tomaran gustosamente .

También, repito, no sucumba ante la presión o crítica de los demás: Mantenga la visión fresca, tenga en mente las exigencias físicas, que no va a ser fácil, surgirá más y más trabajo, por cierto, muy duro; decepciones psicológicas, al ver su espacio “medio vacío” en vez de “medio lleno”. Aguantar críticos internos y externos, personas que son crónicos resistentes al cambio, aguante a aquellos que piensan que es una división. No se olvide de los que siempre tienen una baja moral, “ya se cayó la asistencia”… “se los dije”… tenga fe en esos momentos. Y también de “aquellos amigos” que la “estarán pasando bien” mientras usted trabaja, ánimo, Dios lo ve y se goza por su trabajo, que usted verá coronado y con resultados de ser bendecido por Dios mismo, al rato esos amigos le dirán: -Te lo dije, que Dios te iba a bendecir, pero no te lo queria decir”.

¿Y qué tal si funciona…?
En Latinoamérica en promedio tenemos iglesias de 80 a 100 personas, es la barrera que no hemos podido romper, y para muchos, sospecho que es el miedo a ser bendecido por Dios. Tal vez ésta sería la gran pregunta: ¿Y si qué tal si crece mi iglesia?…
Que alegría si usted es un consagrado, visionario, estratega, comprometido, trabajador y empezará a moverse el pesado tren que nadie para… pero puede surgir otra pregunta más: ¿Podré controlarla? ¿Dónde voy a meter tanta gente? ¿Perderemos la iglesia que tenemos de tantos recuerdos? ¿Valdrá la pena?…
¡Claro que sí! Amén, Dios se goza y la cruz de Cristo cumple su propósito, además el impulso del Espíritu Santo cobra sentido.

Sin el afán de desanimar, pero más gente significa más problemas, más trabajo, pero debemos perder el miedo y empezar a delegar, a confiar a ver la gracia sobrenatural de los dones, ministerios, capacidades y riquezas que tiene la iglesia para su crecimiento. ¿Acaso no es lo que buscamos, que Dios extienda su reino?

La Resistencia al cambio
Algunas personas no sienten la necesidad de cambiar nunca, muchas personas prefieren la comodidad, algunos se aferran a los intereses creados en la iglesia, otros se resisten por nuevos líderes, por malas experiencias pasadas. Siempre el cambio es estresante, quita la paz y hasta el sueño, pero acaso el fracaso, ¿tambien no lo hace?.
Estemos conscientes de que algunas cosas que hacemos como iglesia son “vacas sagradas” y no se tocan, decidimos llevar la fiesta en paz, con “mucho ruido pero pocas nueces”, esperando por los siglos de los siglos hacer lo mismo esperando resultados diferentes.

Decídete a inciar nuevos servicos o celebraciones
Refuerce los ministerios esenciales: Evangelización, adoración, predicación, formación, atención a niños, enviar de vuelta a los entrenados a la comunidad y aun más allá para ganar a otros para Cristo.

¿Cómo hacerlo? Baje la visión despacio en cuatro pasos
1) Ore y platique, enseñe con su equipo, ejecutivo, e influyentes, hasta agotar dudas y estar de acuerdo.
2) A su equipo de trabajo, diáconos, líderes principales, enséñeles, ayunen, dirija a través del Espíritu Santo a sus líderes de la iglesia hasta que tomen la visión y clarifiquen sus dudas totalente.
3) Vierta el proyecto a la membresía, las veces que haga falta para que quede claro lo que se va a hacer.
4) Predique, anuncie, los nuevos servicios a toda la iglesia los domingos.
5) Realice una encuesta de horarios, modifique tiempos, ofrezca alternaivas de horarios.

Por último, desafíe a los que sirven en la actualidad a que se dupliquen. Encárgueles una lista de prospectos, reclútelos, entrénelos, póngalos a prueba a corto plazo, y haga nuevos líderes…

Como pastores, líderes denominacionales, tenemos el gran reto ante Dios: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mateo 28:19

Vicente Castillo Jiménez
Superintendente Distrito Veracruz
Pastor de la Iglesia Smirna, Una Comunidad de Amor
Coatepec, Veracruz. Marzo 2019.

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