Cuando se pasa por la pena y el luto
“La exposición de tus palabras alumbra.”
Salmo 119:130
El dolor alcanza a cada vida. Seres queridos mueren. Hogares se deshacen. Accidentes trágicos, desastres naturales inesperados, enfermedades mortales, conflictos internacionales . . . todos traen pena incalculable. ¿Cómo podemos seguir creciendo durante los tiempos más difíciles de nuestras vidas, cuando nos sentimos tan abandonados por Dios? ¿Qué promesas bíblicas proveen el consejo divino para los que están llorando la pérdida de un ser querido? Aquí hay algunas respuestas alentadoras.
Promesas para los tiempos de pena y de luto
“Me gozaré y alegraré en tu misericordia, porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias”. Salmo 31:7
“Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y ale- gría, y el dolor y el gemido huirán”. Isaías 51:11
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
1 Pedro 5:7
Principios para enfrentar la pena
- Tome el tiempo necesario para llorar una pérdida. (Eclesiastés 3:1-8)
- No debe sentir vergüenza o culpabilidad por estar llorando una pérdida. Es posible que usted empiece a injustamente echarse la culpa por el problema o a echársela a otras personas. (1 Juan 3:20)
- Entienda que usted puede sentir enojo hacia Dios, echándole la culpa por lo que ha pasa- do. Permita que su enojo abra su corazón, y escuche la voz de Dios.
(Salmo 43; Salmo 30:5)
- Exprese sus sentimientos a Dios en forma honesta. No suprima sus verdaderos sentimientos. (Salmo 77:1-14; Salmo 34:18; Isaías 53:4-5; Salmo 147:3)
- Acepte por fe la promesa de la presencia de Dios. Su pena le puede acercar más a Dios. (Isaías 43:1-2; Lamentaciones 3:21-25)
- Invierta su vida en el presente y en el futuro.
(Filipenses 3:13-15)
- Recuerde que aunque la vida no es justa, Dios sí es justo. Llegará el día cuando él hará todas la cosas nuevas.
(Apocalipsis 21:4-5)