Enfrentando el desánimo , “La exposición de tus palabras alumbra.”
Salmo 119:130
El desánimo es un mal del cual todos sufrimos a veces durante el transcurso de nuestras vidas. Igual como cuando nos resfriamos, todos nos “contagiamos” alguna vez u otra. Los personajes bíblicos también enfrentaron períodos de desáni- mo. Su fe pasó por pruebas severas. Tuvieron sus días sombríos. Jacob estuvo andando muy lejos de la casa. Moisés pasó sus largas noches en el desierto. Elías se escondió en una cueva, solo y desanimado. El mundo de los discípulos se deshizo después de la crucifixión. En cada caso, Dios estaba ahí. Y él está con nosotros en nuestros momentos “bajos”. Aquí hay algunos principios bíblicos para ayudarle durante los momentos difíciles en su vida.
Promesas para los momentos de desánimo
“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón”. Salmo 31:24
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. Josué 1:9
“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”. Génesis 28:15.
Principios para enfrentar el desánimo
- Reconozca que Dios no es el autor del desánimo.
- Pregúntese por qué se siente desanimado/a.
- A veces el desánimo puede ser el resultado del cansancio, del exceso de trabajo, de tensión, o de alguna otra dolencia o enfermedad física.
(1 Reyes 19:1-13) - A veces el desánimo puede ser causado por la culpabilidad o el pecado sin confesar.
(1 Juan 2:1-13; Salmo 51) - A veces el desánimo puede ser causado por la ambición no realizada o por ilusiones incumplidas. (Salmo 107:9; Salmo 37:4)
- A veces el desánimo puede ser causado por la reacción de otras personas hacia nosotros o por las injusticias de la vida.
(1 Pedro 3:9-11; Isaías 48:10)
- A veces el desánimo puede ser el resultado del cansancio, del exceso de trabajo, de tensión, o de alguna otra dolencia o enfermedad física.
- Cualquiera que sea la causa de su desánimo, entrégueselo a Dios. (Salmo 118:6, 8, 14, 17)
- Acepte por fe que Dios usará pruebas y aflicciones para traerle más cerca a él. (Salmo 119:67, 71; Salmo 62:8; Filipenses 1:12)
- Acuérdese que en general, el desánimo es
solamente temporario. Mire más allá de su
desilución, a la mano de Dios en su futuro.
(2 Corintios 4:16-18)
- Reconozca que a pesar de sus sentimientos, Dios todavía está en control y todas las cosas obrarán para bien. (Romanos 8:28)
- Alabe a Dios en medio de sus sentimien- tos de desánimo. Enfóquese en las bendiciones positivas que Dios le ha dado. Haga una lista de esas bendiciones. Regocíjese por ellas en oración. A medida que lo haga, Dios obrará maravillas. (Filipenses 4:4; Salmo 118:1; Salmo 113:3; Salmo 59:16; Efesios 5:19-20)