Debemos recordar que el hecho de que hoy existan excesos sobre el tema del diezmo como sostenimiento de la obra de Dios, no anula que existe una verdad totalmente bíblica. Para conocer cuál es el trasfondo sobre como inicia el sostenimiento de la obra de Dios, debemos acudir al antiguo testamento, donde Dios empieza a instaurar leyes morales y ceremoniales sobre el pueblo de Israel, y dentro de ellas encontramos que la ley exigía los diezmos, las ofrendas y las primicias, para ser utilizadas principalmente para dos cosas:
1.- Para la manutención del templo. Éxodo 30:16
“Y tomaras de los hijos de Israel el dinero para las expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión”
2.- Para el sostenimiento de los sacerdotes y los levitas. Malaquías 3:10
Esta tribu no recibió herencia de parte de Dios, y Dios les dijo “yo soy su herencia”. Y como ellos no tenían tierra, ¿cómo iban a poder obtener las cosas elementales para la vida? Por medio de las ofrendas, diezmos y primicias, y esa fue la manera en que Dios proveyó para ellos. En Malaquías 3:10 menciona la palabra alfolí que significa casa o habitación, y en esa casa Dios ordena: “Y halla alimento” ¿Para quién? Para los sacerdotes.
Pero ahora en el nuevo testamento, ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia, y lamentablemente cometemos el error de pensar que la gracia exige menos que la ley, Que en la gracia tu puedes fallar y no pasa nada, pides perdón a Dios, y como quiera te perdona. Que equivocados estamos porque ahora bajo la gracia, Dios nos pide todo, El pide que lo amemos con todo el corazón, con toda la mente, con toda el alma, y con todas las fuerzas.
Entonces bajo la gracia sembramos generosamente, porque generosamente podremos cosechar. Bajo la gracia el cristiano da, pero no da con tristeza, en la ley daba igual si lo dabas enojado o triste, lo que importaba era cumplir, pero ahora no solo es cumplir, sino que Dios ama, al que cumple, pero cumple con alegría. Por lo tanto bajo la gracia EL DIEZMO ES LA EXPECTATIVA MÍNIMA QUE DIOS ESPERA DE CADA UNO DE NOSOTROS.
Aun con todo esto, hay muchos creyentes que no tienen el mínimo interés de DAR, para el sostén de la obra de Dios. Y creo que no hay generosidad por la simple razón de que nuestros intereses no están en la obra de Dios, no nos interesa que el poder del evangelio se siga estableciendo en nuestra ciudad, y que más gente sea salvada de la condenación, no porque como “ya soy salvado ya no me interesa lo demás” y esto debe empezar a cambiar en la iglesia de hoy. Y por otra parte creo que los pastores hemos provocado esto inventando un montón de tonterías con tal de que la gente ofrende y diezme, “diciéndole a la gente que se va a ir al infierno si no da”, y esto no es así, la única forma de convencer al pueblo de su responsabilidad de ser GENEROSOS con la obra de Dios, en primer lugar es exponiendo fielmente la palabra de Dios y también siendo ejemplo de fidelidad cada uno de los pastores.
Existen algunos pasajes en el Nuevo Testamento donde el apóstol Pablo aborda este tema de una manera magistral.
- 1 Timoteo 5:17-18 Es un pasaje que nos da mayor luz en cuanto a este asunto. La recomendación paulina es evidente allí, es necesario tener como dignos de doble honor (investidura y sostén económico) a los que trabajan en predicar y enseñar. El verso 18 abrirá los ojos y la mente de aquellos que piensan que diezmar, ofrendar y dar primicias es cosa del pasado, porque Pablo cito Deuteronomio 25:4
- 1 Corintios 9:1-14 Esta porción bíblica es una disertación escrita de parte de Pablo donde expone sus derechos como apóstol, es evidente en estos pasajes que la defensa no solo la hace para él, sino para que todo aquel que “anuncia el evangelio, viva del evangelio”v14. Hay que reconocer que el verso 12 revela que el apóstol decidió no usar este derecho, pero en ningún momento anula este derecho para que pueda ser usado por los que predican el evangelio y apacientan la grey de Dios.
- Gálatas 6:6 La versión “Dios habla hoy” de este pasaje es aún más revelador: “El que recibe instrucción en el mensaje del evangelio, debe compartir con su maestro toda clase de bienes”
- Filipenses 4:10-19 La iglesia de Filipos era un iglesia que se caracterizaba por su bondad para con el apóstol Pablo, es por ello que el siervo de Dios usa las líneas finales de esta carta para alabar su generosidad para con él. Este pasaje revela entre otras cosas, que el apóstol estaba pasando por gran tribulación y la iglesia estaba enterada de ello, por lo que no duda de enviar al apóstol ofrenda que fuera de ayuda para su necesidad (v14), también revela que había recibido ofrendas abundantes de parte de esta iglesia en diversas ocasiones v16. Pero lo que más me impacta es la manera en que Pablo describe la generosidad de la iglesia, diciendo que era: olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. ¡Que maravillosa verdad! Evidentemente Pablo había recibido lo que los Filipenses habían enviado, pero el da por hecho que esa ofrenda la había recibido nuestro Dios como un “olor fragante” y no termina allí, el verso 19 culmina con una poderosa promesa de parte de Dios, donde Pablo asegura que el suplirá nuestra necesidad, esta promesa era fruto de su ¡abundante generosidad!.. “Mi Dios pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” Amen.