COMO SER MEJORES OYENTES DE LA PREDICACIÓN EN NUESTRA IGLESIA LOCAL
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17
La predicación es el acto más importante de nuestro culto pentecostés. Es sin duda un elemento irremplazable en nuestras iglesias, por lo que la preparación del sermón por parte del predicador es de suma importancia para poder lograr una predicación precisa, clara y fiel para la congregación, pero así como el predicador tiene la tarea de prepararse en tan sagrado deber, también es necesario que como creyentes, seamos mejores oyentes de esa predicación que proviene del mismo Dios a través de sus siervos.
Temo que muchos de nosotros como oyentes, salimos de nuestro servicio dominical, muchas veces decepcionados porque la predicación de nuestro pastor, “no nos gustó” o “no fue lo que esperábamos”, si bien es cierto que muchos de nuestros consiervos necesitan mayor energía y entereza a la hora de predicar, también es cierto que muchas veces tiene que ver con la mala actitud con la que vamos a la iglesia, por lo que esto afectara la percepción del sermón y por lo tanto no podremos “sacar todo el jugo” del mensaje.
Quiero compartirte algunos consejos que considero serán de mucha ayuda para que puedas convertirte en un mejor oyente de los mensajes predicados cada semana en tu iglesia local.
1.- Ora a Dios durante la semana
Tenemos el deber de orar todo el tiempo. En este caso debemos orar por la iglesia, debemos orar por nuestro pastor y que él pueda ser usado con poder a través de la predicación, que la predicación llegue al corazón del pecador para salvación, y para los que ya somos salvos pueda ser para santificación.
2.- Prepara tu cuerpo durmiendo bien el sábado por la noche.
Aunque parezca que esto no tiene gran relevancia, el descanso físico también es necesario para poder amanecer fortalecido, y con el ánimo de escuchar la palabra de Dios. Si a veces en lo secular, nos preparamos en diferentes aspectos desde un dia antes, porque no hacerlo también cuando vamos a ir al servicio de nuestra iglesia.
3.- Esfuérzate por no distraerte durante el servicio.
Para poder vencer todo tipo de distracción que pueda obstaculizar que recibamos el mensaje del Señor, necesitamos en primer lugar sentarnos lo más enfrente posible y esto implica llegar temprano, ya que si nos sentamos hasta atrás será más fácil distraernos porque estaremos observando lo que los demás están haciendo. También es importante apagar el celular o al menos ponerlo en “modo silencio”, porque muchas veces tenemos la tentación de querer acudir a las redes sociales y con ello no estar atento a la predicación.
4.- Toma notas de la predicación.
Si tomas notas de la predicación será más fácil tener la mayor atención al mensaje, además de que podrás aprender mucho más, que si solo te sientas a escuchar. Vale la pena esforzarse por comprar un cuaderno especial de notas para los mensajes, o en su defecto usar de la tecnología como el celular o la Tablet, pero siempre con el debido cuidado de no distraernos.
5.- Obedece en humildad lo que has aprendido.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Santiago 1:22
No hay nada peor que une vez que escuchamos el consejo de Dios para nuestras vidas, no estemos dispuestos a ser obedientes y atender a las implicaciones del mensaje. Debemos tener humildad para poder pedir perdón a Dios, perdón a nuestra familia o quien fuese necesario, pero también debe existir la disposición al arrepentimiento de nuestro pecado. Solamente así, podremos ser excelentes oyentes de la predicación que escuchamos semana a semana, porque de esta manera estamos evitando que nuestro corazón siga endureciéndose por causa del pecado. Permitamos que el Espiritu Santo siga moldeando nuestras vidas, y siga enseñándonos y guiándonos a toda verdad.
Es mi oración que el Señor transforme nuestros corazones para que podamos escuchar su palabra con la actitud correcta. ¡Y que hoy y siempre sea nuestro Dios glorificado a través de la vida de su iglesia!
Por: Pastor Israel Vega Olivares