JUAN C.OROZCO, LIDERAZGO QUE DEJA HUELLA
Vamos a conocer a un hombre ordinario y normal: mexicano de nacionalidad, pero universal en su historia.
…que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos (2 Corintios 4:8-9).
De corazón noble, entregado y apasionado para todo lo que hacia, Juan C. Orozco es de esas personas que no pueden ser olvidadas tan fácilmente, Desde pequeño se notaba su carisma natural, pero también su celo por Dios y por su obra, Fue grande entre los grandes; pero humilde como pocos, Dios le dio un corazón gigante para amar con pasión abrumadora la mayor de las empresas, la iglesia de Jesucristo.
Vamos a conocer a un hombre ordinario y normal: mexicano de nacionalidad, pero universal en su historia.
Un hombre que ocupa un lugar en la historia y en la vida de muchas personas que aún lo recuerdan con cariño y que ha impactado a generaciones que no lo conocieron, pero que les dejó un ejemplo de cómo servir al Señor hasta lo ultimo.
Juan Consejo Orozco Castillo nació en La Estanzuela, una comunidad cercana a la ciudad de Monterrey, el dia 26 de abril de 1912. Sus padres fueron Concepcion Castillo y Rodolfo Orozco. Ellos se entregaron al Señor en 1915, en la ciudad de Houston, Texas, donde radicaban, y empezaron a servir a Dios con celo.
Sin embargo, en 1922 la hermana Concepción murió, siendo Juan todavía muy pequeño. Al mismo tiempo una enfermedad mortal parecía destinar al hermano Rodolfo a la muerte y a Juan a la orfandad.
I . SU CONVERSION
En esas circunstancias el hermano Rodolfo regresó con su muchacho de 10 años a Monterrey, N. L., para, como él mismo testificaría años después, morir en su tierra.
Pero Dios tenia otros planes para él y para Juan, quien ya empezaba a mostrar una espiritualidad genuina combinada con un deseo ferviente por servir al Señor. Cuatro años después, su padre experimento una sanidad milagrosa; luego fundó una iglesia en Monterrey.
Con el tiempo llego a ser pionero de la iglesia de las Asambleas de Dios en Mexico, y uno de sus lideres mas queridos. Juan había aceptado al Señor a los 11 años, en abril de 1923, y se bautizó en abril de 1924, Con tan solo 14 años decidió servir a Dios y se fue a estudiar el lnstituto Biblico en San Antonio, Texas, bajo la dirección de Henry C. Ball, en 1926.
Dos años después; es decir a los 16 años de edad, Juan ya era un ministro que empezaba a ser reconocido por sus inspirados mensajes. Al graduar del Instituto en 1928, Juan tenia mucho campo por delante para trabajar, asi que pasó los primeros años de su ministerio como auxiliar de pastor, y predicador evangelista, viajando por buena parte de las ciudades de la franja fronteriza entre Estados Unidos y Mexico.
II- SUMINISTERIO PASTORAL
Juan fue pastor auxiliar de David G. Ruesga, en Mexico, D. F., de Joaquin Velazquez, en Veracruz, Ver, y de su padre en la iglesia El Salvador, en Monterrey, pues entrada la década de los años treinta, el Pbro. Rodolfo Orozco fue nombrado Superintendente General de las Asambleas de Dios, por lo que por un tiempo Juan lo apoyó como su pastor asociado. Ademas, durante cinco años fue también el pastor oficial de dicha congregación.
Sin embargo, esa no fue su única experiencia pastoral. Ademas de Monterrey, pastoreó iglesias en México D. F., Matamoros, Tamaulipas, Nueva Rosita, Coahuila, y en Ciudad Juarez, Chihuahua. Inclusive ocupo un pastorado en la iglesia La Sinagoga en Nueva York, Estados Unidos, donde por cierto recibió el sobrenombre de príncipe de los predicadores, titulo que originalmente había recibido el inglés Carlos H. Spurgeon.
III . SU LIDERAZGO
A pesar de todos los éxitos alcanzados en tan corto tiempo, algunos de sus principales dotes estaban aun por hacerse notar. Juan poseía un carisma natural, Era de esos hombres que caía bien a todos y que se hacia querer con suma facilidad. Rápido de mente, Facil de palabra y elocuente como era, no le costó trabajo adaptarse a las lides del trabajo organizacional que se desarrollaban en su derredor. Habia sido formado por hombres con mucha experiencia y en su vida de predicador y pastor recorrió buena parte del pais conociendo las necesidades de la iglesia.
Además, veía constantemente las condiciones de trabajo en el liderazgo, pues su padre era todavia el Superintendente General de las Asambleas Dios, por lo que empezó a desarrollar el talento de la organización. Ocupo algunos puestos de responsabilidad al interior de la denominación, y llegó hasta la superintendencia general en el año de 1944.
Entonces tenia apenas 32 años, siendo así, la persona mas joven que ha ocupado ese puesto dentro de las Asambleas de Dios en Mexico.
IV – SU ENTREGA
Habían pasado 16 años de ministerio y tomaba ahora la responsabilidad de guiar la obra de las Asambleas de Dios de Mexico. Quedaba en sus manos el peso de marcar el rumbo donde debia dirigirse la obra nacional y mostrar cómo se alcanzarían esos objetivos.
Juan siempre vio esta situación como una oportunidad para servir y así lo demostró.
Ahora mas que nunca viajó por todo el pais, conociendo cada iglesia que ya existia y estando presente en las iglesias nacientes, pero sobre todo, organizando el ministerio que servia en esas iglesias. Se dio cuenta de la importancia de seguir preparando mas pastores y de darles toda la atención que necesitaran para cumplir con su llamado, y a eso se dedico.
Eliseo (quien murió a los 13 años), Eloisa, Juan, y Josafat, compartio esta vida de servicio. Nunca le importo cómo tenía que viajar o como tenía que vivir con tal de hacer la obra a que había sido llamado. lncluso, vivió literalmente cinco años viajando en un auto Ford T, junto con su familia.
Cuando radico en la ciudad de México, pasaba mas tiempo en el viejo carro en que viajaba que en la casa que Dios le concedió.
Donde quiera que llegaba era tratado con gran respeto, porque él se hacia pronto del cariño de la gente y se mostraba como lo que realmente quería ser, un siervo de iglesia.
En mas de una ocasión demostró esa sencillez. En sus viajes siempre se lavaba la ropa él mismo, por mas que le insistieran donde lo hospedaban para lavérsela. Aunque usaba un lenguaje muy amplio y elocuente, no por eso dejaba de ser sencillo y comunicarse con claridad en todos los círculos donde se movia, por lo que su objetivo de llegar a todo el ministerio lo alcanzó a tal grado, que aun ahora quienes lo conocieron hablan de él como un lider muy estimado.
Uno de sus lemas en aquel tiempo fue: Sirve a Dios quien sirve a los demás. Realmente trataba de vivir bajo ese lema. Sin embargo, en 1950 llegaría la prueba maxima de su liderazgo. El sistema hasta entonces establecido le empezaba a quedar pequeño a la organizacion y era necesario dar un gran paso para actualizarlo. Juan Orozco no dudó y se lanzo en la empresa de redisenar el sistema de las Asambleas de Dios. Mucho de lo establecido en aquella historica reunion de 1951, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, aun esta funcionando como muestra de su gran vision.
V- SUS LIMITACIONES
Por 16 años sirvió incansablemente en el puesto de Superintendente General de las Asambleas de Dios de México, pero la salud fisica no le perdono tanta entrega incondicional. El había vivido con una secuela de polio que en mas de una ocasion puso en peligro su vida. Sufría también de un asma perniciosa que en su pastorado en Nueva Rosita, Coahuila, por poco le cuesta la vida. Después, y durante uno de sus viajes, su vista sevio afectada a cause de una insolación que sufrió.
En uno de sus viajes sufrió en medio de una nevada Ia congelación de uno de sus dedos del pie, lo que a la postre, y por falta de atención debida, provocó que se le amputara la pierna izquierda. A pesar de eso nunca dejó de ser un hombre de carisma y mucho menos deseo dejar de servir a Dios.
En 1960 entrego el puesto de Superintendente y empezo a servir en otra posicion.
En cierta ocasion tuvo que hacer un viaje en automovil con el hermano Guillermo Fuentes, quien era entonces el Superintendente General. Debido a su condicion, pues para entonces ya le habian amputado su otra pierna, Juan ya no podía manejar, por lo que el hermano Fuentes tuvo que manejar todo el viaje hasta Centroamérica. Desde la Ciudad de México hasta Chiapas, el hermano Juan no dejó ni un instante de hablar y su plática era tan amena que no se sintio el tiempo Juan no habia perdido su carisma y su alegría de corazon.
VI – DE PIE HASTA EL FIN
…que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos (2 Corintios 4:8-9).
Este texto era de mucha inspiracion para Juan. Hasta en su precaria situacion seguia predicando con mayor fervor. De hecho uno de sus lemas desde la pérdida de su pierna fue: Aplastado, pero no vencido; mutilado, pero siempre de pie. En Clara referencia a su situacion y a este pasaje.
Además, en sus tarjetas de predicación había comenzado a insertar la frase: Señor, que no me empeñe tanto en ser comprendido como en comprender. Ese era Juan C. Orozco. Un hombre que lo dió todo por amor de su Señor y de la obra, que jamás se quejó, que nunca se lamentó de su vida y que siempre tuvo la disposición para seguir hablando al mundo del amor de su Salvador. Viajo mucho todavía, cuando su salud se lo permitía, y siguió siendo el príncipe de los predicadores hispanos del siglo XX, hasta que al Señor le plació llevarlo a descansar a las mansiones celestes el 15 de octubre de 1966. Tenía apenas 54 años.
Juan se casó el 24 de febrero de 1934 con la señorita Eloisa Armenta. Con ella y sus hijos Evangelina,