Génesis 37:5, 9 y 41:40.
En cierta ocasión nos saludamos con un pastor en mi oficina y al momento de darle un abrazo comenzó a llorar, le pregunté —¿qué le sucedía? Y me contestó, —tengo tres proyectos y no quiero perderlos, pero no aguanto la presión de algunos problemas y a ciertas personas, yo me sonreí y con sorpresa el me preguntó, —¿por qué se ríe? Le dije que a mí me había pasado una decena de veces lo mismo en mis proyecto, y me preguntó, —¿qué ha hecho para no perderlos? Le respondí que Dios me mostró en libro de Gé- nesis sobre la vida de José una serie de verdades, esto llamó su atención y me dijo —bueno, explíqueme. Y comencé a decirle las verdades que me ayudaron a mantener mi visión y ministerio con la mejor realización de cada proyecto.
Al leer la vida de José en Génesis, encontré la importancia de creerle a Dios cuando nos da algún proyecto o programa que será de bendición para su Reino, la revelación de su voluntad, los cambios radicales en nuestra vida son resultado de las presiones o problemas que enfrentamos cuando tenemos una visión.
José estaba una noche en su casa y por la mañana era un esclavo y después ya estaba en otra ciudad. Luego es mayordomo, pasan unos años y está preso en la cárcel, y años después, ya es gobernador. La pregunta interesante para este joven soñador, mayordomo, presidiario y gran gobernante, ¿Tenía esa visión de su vida? Creo que la respuesta es sí. Nadie que carece de visión puede vivir las épocas de su vida y circunstancias sin tener un sentido propio de lo que será su presente y futuro.
La visión es algo tan personal, que está llena de sentimientos, emociones, coraje, es tan viva que nos hace llorar, reír, sufrir, ponernos celosos, inseguros, o apasionados al grado de la envidia o la misma felicidad.
Visión es ver el futuro, viviendo un presente donde soñamos y pensamos, poniendo las cosas en su lugar para que no se muevan ni se alteren y dando como resultando la realidad que queremos. Entendemos que la visión es el control perfecto del presente y futuro, donde Dios manifiesta su voluntad para nuestras vidas.
Las presiones en nuestra visión, serán predecibles y otras impredecibles porque no vivimos solos. En el diario vivir existen personas y circunstancia que nos favorecen, claro Dios es el primero, y en muchas ocasiones notaremos que un 80% están en contra. Esto nos desgasta. En el camino hemos encontrado muchas personas heridas, tristes, amargadas y otras se suicidaron, a las demás las mataron porque no soportaron las presiones, las críticas, la falta de apoyo y la indiferencia. Por eso siempre es bueno una descripción de cómo enfrentar las presiones o problemas, así como de los recursos y personas que son obstáculos y nunca ayudan en la visión.
1. buscar La dirección de Dios
Orar siempre para tener la dirección de Dios, que en algunas ocasiones no entendemos, nos convierte en personas y líderes que no perderán el propósito y fin de la visión. Gran parte de los líderes de la Biblia incluyendo al Señor Jesús pidieron la dirección y ayuda de Dios para cumplir con la visión, recordemos siempre que como líderes y siervos del Señor, para nosotros toda visión tiene su parte natural y su parte espiritual. Por este principio espiritual y natural de la visión, entendemos que Dios como la parte espiritual deposita en el hombre natural su propósito del presente y futuro de su voluntad. Por tanto la visión o trabajo de nuestro ministerio, no sólo descansará en lograr cosas físicas, sino cumplir su voluntad.
2. Identificar personas y problemas
En todo momento nos damos cuenta con cierta anticipación de las personas que nos rodean o son parte del grupo con quien trabajamos y aplicamos nuestro ministerio, de igual manera desarrollamos una percepción de los problemas antes y después de que se involucraran en la visión, nos vendría bien desarrollar la habilidad para resolver los problemas en el menor tiempo posible, y conocer a las personas antes de involucrarlos es también de sabios.
3. No perder de vista la visión
Nunca perdamos de vista lo que queremos, mucha gente no entenderá nuestra visión, para algunos es ridícula, para otros es locura y para aquellos es envidia, sólo Dios y las personas que tienen buenas intenciones obtienen los beneficios para el Reino de Dios.
4. No conformarse
La conformidad es parienta de la pereza, cuando pensamos y queremos poner en acción lo que soñamos, siempre hay un espíritu que quiere limitarnos, algún enemigo oculto y uno que otro cazador de visión, vivamos logrando la visión con la que hemos soñado y visto en nuestro futuro.
5. No acobardarse
La cobardía es un sentimiento que mata y frustra la visión, soportar las presiones, problemas y aún las desgracias, es de valientes. Un líder o ministro tiene la consigna de soportar todo problema y cambio para los que tal vez no estamos preparados.
6. No aceptar el desánimo
Mientras la cobardía nos hace huir, el desánimo nos quita el 70% de nuestra fuerza, bloquea nuestra claridad e pensamiento objetivo y entorpece nuestra capacidad de decisión, a ésto le podemos sumar una depresión silenciosa que con seguridad nos hará renunciar a la visión, nunca te desalientes oigo al Señor decir.
7. Trabajar en equipo
En la Biblia algunos necesitaron un ejército, un profeta, un mayordomo, un Josué y también a doce discípulos. La garantía de tener un equipo es que toda visión requiere de más manos, opiniones, creatividad, fuerza, caracteres y dinero. No lo tenemos todo, pero es necesario desarrollar la capacidad de trabajar con los que sólo opinan, con los que trabajan horas extras, con los de medio tiempo y con los que estorban, pues son parte de un todo, así lo muestra la diversidad y complejidad del equipo del Señor Jesús. Siempre se verá mal que trabajemos solos pues corremos el riesgo inminente de ser abandonados.
8. Disfrutar los logros
Todo visionario tiene derecho de paternidad, por tanto debe celebrar y disfrutar los logros y término de la visión, esto mantendrá sano el corazón del visionario. Las personas se imposibilitan en repetidas ocasiones para reconocer lo que otros hacen, por supuesto que contados son los que reconocerán los logros del proyecto, adquisición y establecimiento del Reino de Dios.
9. Dar siempre la gloria a Dios
Todo visionario debe de tener una corona vista por todos, que como inscripción dice A Dios sea dada toda gloria y honra, si es verdad que Dios no comparte su gloria con nadie, entonces el que visiona siempre se da cuenta que él está en medio de la visión, porque en el Señor somos co-visionarios y lo que alcanzamos es lo que Él nos ha confiado porque conoce nuestro corazón, nunca él confiará una visión que no podamos realizar.
Nos toca reconocer que todo le pertenece, sea nuestro ministerio, Iglesia, el Reino, Distrito, el Concilio, la familia, el dinero, los bienes materiales, nuestro presente y futuro.
Conclusión ¿Cuál es tu visión? Con tu familia, Iglesia, ministerio, Distrito, Concilio, sociedad y el mundo.