Hablar de provisión para la visión es hablar del poder de los recursos para tener éxito en un proyecto.
Es tener la osadía y el valor de dar los primeros pasos para comenzar a concretar una visión que “comenzó con una simple imagen en la mente” (Aristóteles) pero que “se convertirá en un gran monte” (Daniel) Es una “semilla de mostaza que germina, brota, crece y se desarrolla en un gran árbol” (Lucas). Es hablar de trabajar con Dios en su visión: Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua Proverbios 16:1. Es hablar del arte de ver lo invisible y hacerlo visible con los recursos que da Dios. Analicemos las siguientes consideraciones:
ASEGURARSE DE ESTAR EN LA VISIÓN DE DIOS
Los taxis van de un lugar a otro; debemos ser como los autobuses que tienen una meta. Necesitamos una sola dirección a seguir en la vida, saber hacia dónde apunta el ministerio que desempeñamos. El solo hecho de tener una visión ya es vital, pero tener la visión de Dios para el ministerio es poder, inspiración y convicción que conduce a acciones decisivas. La visión, cuando viene de Dios, da vida; da espíritu al proyecto; da entusiasmo a los involucrados; da sensación de ser valioso; y da certeza de posibilidad.
La visión del Señor es un excelente recurso para combatir el temor y la resistencia a los desafíos de un proyecto en el equipo de trabajo; cuando se dan cuenta que están siguiendo a un líder visionario, y entienden que la visión viene de Dios, y la aceptan como tal, eso les anima a involucrarse. Y es que un visionario tiene la habilidad de ver oportunidades en medio de las circunstancias, ven una figura clara de lo que el futuro puede y debería ser, y eso es inspirador. Sin profecía (visión, revelación, otras versiones) el pueblo se desenfrena (Proverbios 29:18).
Todo lo que Dios propone, también lo provee para que se realice. Como bien lo dice Larry Crabb: “La visión que les comunicamos a otros sobre quienes y que pueden llegar a ser, tiene poder cuando es un eco de lo que el Espíritu ya les ha hablado en el alma”. George Barna propone cuatro pasos para adquirir la visión de Dios para el ministerio: “conocerse a sí mismo, conocer el medio donde desarrolla el ministerio, conocer a Dios íntimamente, y adquirir la sabiduría relacionada con su búsqueda”.
CERCIORARSE QUE LA VISIÓN ESTÁ EN EL CONTEXTO LOCAL
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Las visiones de éxito son apropiadas al contexto local, no se puede importar una visión creada en otro sitio. La visión de otro, Dios se la dio a él, es su visión, y en su contexto local. El Señor tiene una visión original para cada líder y para cada localidad, y la da en su contexto. Tener tu propia visión de Dios para tu ministerio te da poder, confianza, seguridad, te sientes aprovisionado para alcanzar la meta propuesta. También habla de haber estado a solas con el Altísimo para pedir que revele el propósito para tu vida. Y si Dios te dio la visión de tu ministerio, y para esa localidad donde trabajas, y aunque sea demasiado grande, y más allá de tus capacidades, no te preocupes, simplemente confía en Dios que él suplirá para cada paso que tengas que dar. Dios da la visión y la provisión para cada lugar.
DAR EL TODO POR EL TODO POR LA VISIÓN
El Dr. Myles Munroe dice: “Tu provisión normalmente se encuentra escondida hasta que tú comienzas a actuar en tu visión”. La visión demanda echar mano de todo los recursos disponibles humanos, materiales y espirituales. Una vez asegurada la visión de Dios en tu vida es necesario dar el todo por el todo. Darse sin reservas, gastar y gastarse uno mismo. El líder que no esté dispuesto a invertir dando todo de sí, no ha entendido la visión de Dios. Dar el todo por el todo significa sacar el máximo beneficio a favor del proyecto de la convicción de la visión misma, del poder de la oración, del poder del sacrificio, del poder del amor, y del poder del Espíritu Santo con los dones en acción.
En el momento que comiences a poner por obra tu visión, a dar los primeros pasos, los milagros de provisión comenzarán a suceder, Dios abre puertas donde nadie puede abrir, él pone en el corazón de la gente el deseo de participar en el proyecto. Lo primero que se debe hacer es echar mano de lo que se tiene, usar los recursos disponibles según van ocurriendo. Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad (Filipenses 2:13).
Dios ya ha dado recursos iniciales, y añadirá según los pasos se van dando. En la obra del Señor los recursos casi siempre son inferiores al tamaño de los proyectos, es como si Dios se asegurara de que no hagas su obra sin su ayuda. Pero los recursos van junto con la visión en el plan divino. Debemos usar el trabajo, la creatividad para hacer dinero, la habilidad para administrar recursos, y el Señor irá manifestando su provisión y supliendo.
USAR CON HABILIDAD LOS RECURSOS
<-1927" title="Juan JPG Vol2 2038512627723759413 N" src="https://asambleasmex.com///wp-content/grand-media/image/Juan_JPG_Vol2_2038512627723759413_n.jpg" alt="Juan JPG Vol2 2038512627723759413 N" width="960" height="720" />Las visiones de éxito son flexibles en su ejecución, permiten diferentes formas creativas. Podemos usar todos los medios posibles para que los inconversos se interesen en el Evangelio. Invierta tiempo suficiente, dinero, talento, esfuerzo, etc. Pida consejo. Compare con otros trabajos similares, el éxito no depende de saberlo todo, sino de ser amigo de los que saben.
Se debe mantener vivo el sueño, la capacidad y talento para realizarlo. Tenga un presupuesto o costo definido, se lo pueden pedir para ayudarle. Saque el máximo provecho de las capacidades de las personas altamente productivas, y siga estirándolas hacia el máximo de sus potenciales.
Combata el cansancio por medio de la renovación y la innovación, se puede lograr por medio de nuevos desafíos, mejorar la excelencia en el servicio o trabajo que hace. Dele importancia a la visión ante aquellos que invita a participar; prepárelos para que le dé relevancia a la visión a ojos de los que participan, que vean el valor que tiene y lo mucho que significa lo que van a hacer.
Nunca deje la idea de que es fácil porque mata el esfuerzo y la dedicación. Corra riesgos y esté dispuesto a pagar los costos. Acomode los tiempos necesarios y acepte que los errores son parte del desarrollo de la visión.
Establezca parámetros para medir los avances. Tome a todos en serio y dele un valor importante a cada persona integrada, Reconozca el sacrificio que hace cada persona y celebre sus logros. Se requiere hacer actividades formales e informales para celebrar los alcances. Manos a la obra. “Si tu visión es para un año, siembra trigo. Si tu visión es para diez años, siembra árboles. Si tu visión es para toda la vida siembra gente (Proverbio chino)