Entender que Dios existe …
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe (Hebreos 11:6 RVA). No hay acto más sublime que acercarnos ante el trono de la gracia de nuestro Padre.
Debemos hacerlo con fe, creyendo que en nuestra cita con el Eterno, él está presente.
En la palabra de Dios encontramos un sinnúmero de promesas que no dan lugar a que existan “creyentes ateos”. Requisito fundamental en la vida de todo cristiano es la fe y la confianza en Dios.
En la Biblia podemos encontrar muchos ejemplos de hombres y mujeres que no perdieron su confianza en el Todopoderoso y creyeron con todo certeza que cuando oraban su presencia era más que evidente.
Qué bendición y qué gran privilegio es poder hablar con el Creador del universo; pero más sorprendente aún es el hecho de que él nos oye y actúa a nuestro favor.
Lo primero que tenemos que conocer acerca de la oración con entendimiento es que nuestro Señor y Salvador Jesucristo tuvo que sufrir y morir en la cruz para hacer posible nuestro acercamiento al trono de la gracia para orar y adorar (Hebreos 10:19-25).
La Escritura nos promete que Dios siempre tiene un oído para escuchar el clamor de su pueblo. Nosotros nunca debemos dudar que el Señor nos oye en los momentos difíciles: En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos (Salmos 18:6).
Entender que Dios es omnisciente …
porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad (Mateo 6:8).
A diferencia de los dioses paganos que no saben nada, nuestro Dios conoce nuestras necesidades y está dispuesto a ayudarnos.
El propósito de orar no es para informar a Dios de nuestras necesidades, sino para estrechar nuestra comunión con él. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes que las personas se hacen sobre la oración es ¿por qué orar si Dios ya sabe todo? Para Dios sería muy sencillo darnos lo que necesitamos, pues él es dueño de todo cuanto existe.
Nuestro Padre pudiera brindarnos todo lo que nos hace falta sin tener que esperar a que nosotros lo solicitemos. Pero recordemos que su mayor anhelo es estrechar su comunión con nosotros, lo cual jamás sucedería si tan solo se enfocara en suplir nuestras necesidades.
Pero al alimentar nuestra comunión con él llegamos a entender y a reconocer que Dios es nuestro Padre y que conoce nuestras necesidades, y no sólo eso, sino que además se constituye en nuestra única fuente que proveerá todo lo que nos haga falta.
Entender que Dios es soberano
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra (Mateo 6:10). Existe un atributo que Dios no comparte con ningún ser creado, su soberanía. Ésta se refiera a su gobierno absoluto sobre su creación.
Someternos a la soberanía divina es el acto visible de todo creyente en el que manifiesta su aceptación y reconocimiento de que el Eterno es su Señor. Cuando oramos debemos ser conscientes de que Dios ejercerá su voluntad sobre nuestras vidas independientemente de que nos guste o no.
El ejemplo más claro de sometimiento a la soberanía de Dios es el de nuestro Señor Jesucristo en el huerto de Getsemaní …se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú (Mateo 26:39).
En ocasiones resulta difícil para nosotros aceptar la voluntad de Dios, e incluso llegamos a enojarnos con él. Sin embargo, lo que el Señor decida sobre nuestras vidas es lo mejor. Acudir a la oración con una actitud sumisa al Señor cuando se trata de una petición personal, muestra nuestra madurez como hijos de Dios, pero también es prueba del desarrollo de nuestro carácter como cristianos.