FIDELIDAD FINANCIERA EN EL MINISTERIO — Pbro. Julio César Andrade Sánchez

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L a fidelidad financiera implica el portafolio de activos en el Reino de Dios y en nuestra denominación. Son el recurso tangible para el desarrollo productivo en operaciones diarias y definidas, de avance y vanguardia en la visión de las Asambleas de Dios en toda nuestra nación, y es un glorioso privilegio ser parte de los abarcantes y objetivos proyectos para extender su reino.

Cuando no somos responsables en nuestra fidelidad financiera como ministros, nuestros activos se convierten en pasivos y pierden totalmente el endoso divino, porque el Señor multiplica y proyecta “lo que se da” no “lo que se guarda”. Los pasivos (lo que se guarda) provocan una “descapitalización” porque se esconde bajo la tierra (Mateo 25:25) y queda sin ningún rendimiento y en la completa probabilidad de pérdida, convirtiéndolo en números rojos. Es cuando se dan los elefantes blancos que no producen ganancias, sino por el contrario hacen perder la utilidad; no reportan, pero sí consumen. En algunos casos, estos animales llegan a comer hasta 136 kilos diarios de alimento y pueden llegar a vivir ¡hasta setenta años! ¿Alguien quiere hacerse cargo de ellos?

El que tenga oídos para oír… y después se escuchan comentarios: ¿Por qué no me apoyan para construir mi templo? ¿Por qué mis directivos siempre descansan en hoteles de 5 estrellas, mientras yo pido alojamiento a la comisión de hospedaje y me mandan al otro lado de la ciudad? ¿Por qué yo como en el mercado y ellos en restaurantes?

Por otro lado, hay quienes entienden mal la Biblia. Su interpretación está distorsionando la gracia, están fabricando a un dios que debe atender sus ideas consumistas. Han hecho un molde en serie y lo están ofertando en los púlpitos. Solamente hay que decir: lo declaro, lo recibo. La fe la abaratamos cuando la volvemos producto de consumo para satisfacer las necesidades de creyentes sin compromiso que buscan un mensaje acomodado a sus deseos personales y hay quienes hacen uso de ella mediante esa “revelación fresca” dando la dirección de conveniencia y manipulación, esto es una “exégesis instantánea” que huele a húmedo y agrieta nuestras paredes doctrinales.

La matemática de Dios

Los principios de Pitágoras en la relación numérica de pesos y medidas quedan completamente desplazados por Dios en el viñedo del que habla el profeta Isaías: Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas. Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa (Isaías 5:9, 10) porque se anula todo procedimiento natural, sumatorio y racional. Lo explico:

1. La inversión era grande: 10 yugadas.
2. El elemento de cosecha: el vino.
3. El campo de trabajo: la tierra fértil, noblemente tratada.

No se necesitaba un consultor financiero de mercado para poder decir que la cosecha tendría un éxito total, además los agricultores tenían una capacidad probada, su experiencia y habilidad decían que la cosecha sería una garantía. Pero no resultó así. Hagamos una óptica general.

Medidas de capacidad
Bato = 37 litros
Efa = 37 litros
Homer = 10 efas, que es igual a 370 litros Medidas de superficie
Yugada = Acre y medio
Acre = 40 áreas
Área = 100 m2

Operación: se multiplican los 100 m2 por 40 áreas que da un resultado de: 4 000 m2 lo cual es la medida de un acre. Pero como una yugada es un acre y medio se le añadirían 2,000 m2 , y entonces la equivalencia de una yugada sería de 6,000 m2 . Mas como son 10 yugadas, en total son 60,000 m2 . Entonces Dios hace una increíble resta: de 60,000 m2 se cosecharán solo 37 litros del jugo de la vid, o sea un bato. Así actuó el Señor ante un pueblo infiel. Dios nos pide que seamos fieles mayordomos de los recursos que él nos da, así lo creía el rey David cuando decía: Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos (1 Crónicas 29:14). Sin embargo, así como Dios resta en la infidelidad, también multiplica sobrenaturalmente nuestra fidelidad financiera.

Conclusión

El criterio y los principios de Dios en sus lineamientos de relación y acción de responsabilidad aplicada a sus ministros son dentro de un mandato, no en acuerdos de democracia. El Señor no pregunta nuestros puntos de vista en cuanto a la fidelidad financiera, no hay caminos de opción ni existen concesiones. Él establece porque él es Dios.

fuente: aviva 2015 edición 16

 

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