EL ESPÍRITU DE NIMROD OPERANDO EN EL PRESENTE.
Obsesiva ambición por “las alturas, del poder”
La corta mención de Nimrod en la biblia, no indica de él, una corta vida. En génesis 10;8-12. se registra su ascendencia familiar y leemos que en “babel” inició su reinado, citándose 7 ciudades más, fundadas por el; otros escritos extrabiblico, ofrecen más información sobre ese legendario personaje. De hecho, cierta tradición en esa época, afirma, que los 11 primeros capítulos del génesis son míticos.
Génesis 11; 1-4, relata que los que se ubicaron en la tierra de Sinar, que tenían un solo idioma y eran “uno” en el propósito de gobernar toda la tierra, y no acatar el mandato de Dios a Noé que se esparcieran sobre la faz de la tierra; analizando las posibles razones de tan obcecada decisión, podemos arribar a ciertas conclusiones: no hay mención si él ordenó edificar la torre, pero es lógico pensar que si, porque él fundó babel. Descrito como el primer “poderoso” se revela que él inicio el primer imperio.
Su objetivo fue frustrado, al confundirlos Dios, haciendo que cada quien hable una lengua distinta. ¿A los cuantos años de estar levantando esa torre, Dios les frustró sus planes y cuán alta era ya la torre? Lo que no querían hacer, por fin tuvieron que hacerlo; dispersarse.
Podemos suponer las motivaciones de Nimrod. ¿Porque permitir que sus servidores de quienes había obtenido su grandeza, se marcharan e hicieran sus propias riquezas? No sabemos que estrategias usó y logró, que su pueblo aceptara permanecer bajo su dominio, y realizar trabajos forzados para edificar esa torre, aunque podemos suponer que los hizo esclavos, tal como el faraón Egipcio hizo con Israel. Hubo la teoría de que esa torre fue concebida y aceptada por temor de esa generación, otro posible diluvio
Consolidar su poderío y hegemonía sobre otros pueblos descendientes de sus “tíos” Jafet o Sem fue posiblemente otro objetivo. Aunque aún, había mucha tierra para poseer y trabajar, es conocida la desmedida ambición del hombre. Siempre los emperadores y reyes en la historia, se distinguían por construir, grandes imperios de poder.
Es conocido que ciertos imperios tienen en las torres, un símbolo de grandeza, poderío y exhibición de orgullo nacional y económico, como lo fueron las torres gemelas de N.Y. en Estados Unidos, derribadas el 11 de Sept. del 2001; y que decir de la torre “Eiffel” de Paris, que es atracción mundial, y símbolo de la “gloria Francesa” Algunas suntuosas mansiones como el palacio de Herodes, se ubicaron en estratégicas cumbres.
La vanidad, la comodidad y pretensión hegemónica de Nimrod, ha sido imitada por gobernantes de toda época, que tratan siempre, de perpetuar su “imagen” y lograr sus ambiciones.
Muchas instituciones eclesiásticas, fomentadas con el trabajo esforzado de algunos pioneros que lograron engrandecerlas, suelen caer en poder de dictadores, que así conquistan fáciles ganancias y se adjudican la gloria de esos logros.
Algunas Iglesias numéricamente grandes, tienen su raíz en él proselitismo de “colaboradores” traidores a otras.
Ciertos “líderes” religiosos aprovechan su posición, para “minar” y desacreditar el liderazgo de sus superiores. Nada mejor para ellos, que haber sido ubicados, en la altura estratégica de un cargo confiado. Son líderes tratando de “brillar” y aparentar mas competencia, en las funciones que otros tienen. Como Nimrod, quieren supervisar y dominar todo y a todos desde sus “alturas” y como la madrastra de la cenicienta, confinan en un encierro, a quien saben, es el legítimo dueño del zapato, que ellos a fuerza quieren que les venga. Entre ellos cual “padrinos” o la madrastra, se la pasan “floreándose” el uno al otro, en eventos y escenarios que ellos mismos arman.
Líderes hay en diversos rangos y niveles, que por conquistar la “cumbre” del poder, ante la cercanía de elecciones, realizan esfuerzos proselitistas a cualquier costo y autodemeritan su pobre “dignidad”.
Obcecado interés de obtener diversos privilegios, que se gozan en el poder, los induce a una “mísera” actividad proselitista, en la cual el “Nimrod moderno” pretende evitar que “Jafet o Sem” lleguen a la cima de esos cargos estratégicos y obtengan lo mismo que el ambiciona. Le teme a la pobreza, o al sótano del olvido, y a no recibir la “gloria” universal y glorificación de su “imagen” y ego, inflado y magnificado en las redes, por medio de fotos o escritos de cualquier acción, y compartiendo expresiones aduladoras en el face, al realizar un desayuno, o un simple “prepago” de un compromiso.
Algunos, casi desean oír el grito de “es voz de Dios y no de hombre” cuando hablan. Se adjudican títulos y oficios que no tienen. Y con urgencia buscan ubicarse en una “torre” que les facilite sobresalir o ser más visibles a distancia y definidos como los más “aptos” para ocupar el poder.
Pasando a una reflexión sobre la Iglesia actual, según mi escrito del día 1 de Sept, de este 2022, ante la serie de sucesos que se han dado entre nosotros, desde el año 2019 hasta ahora, sigo constatando, que en muchos prevalece la “confusión o el babelismo” razón por lo cual, algunos no han entendido ni asimilado correctamente hasta hoy, la decisión de El Concilio en León Guanajuato en el año pasado 2021.
¡Bienaventurados! los verdaderos siervos del Señor que saben esperar, el tiempo de Dios aceptando su voluntad y aceptan el más humilde lugar del servicio ministerial, sin buscar la gloria terrenal, y conformándose en el lugar donde Dios los coloque, así parezca el lugar más bajo.
La altura que debemos procurar, es la de una legítima comunión con Dios, y no la presuntuosa torre de veneración y admiración social, fomentada y “levantada” con la compra de voluntades y compromisos de y con amigos” que los “catapulten” hacia “arriba”.
La soberbia, ambición y rebeldía, se mezclan para arrebatar a cualquier costo, y subir o permanecer “arriba” en el poder.
Algo modificado, pero el espíritu de “Nimrod” sigue “operando”
BUSQUEMOS LAS COSAS DE ARRIBA, PERO DONDE ESTA CRISTO SENTADO A LA DIESTRA DE DIOS…Colosences, 3;1.
