ONICOFAGIA, es el mal hábito de comerse las uñas, este mal afecta a todo tipo de personas, Las personas nerviosas están más predispuestas
Los hábitos de morderse las uñas más agresivos pueden provocar hemorragias subungueales y pérdida de tiras ungueales, que pueden dejar espolones ungueales residuales o conllevar la pérdida de toda la uña.
Las uñas son herramientas que se nos han brindado para facilitarnos la tarea de coger cosas, abrir objetos así como proteger de agresiones externas el extremo de los dedos. Un dedo sin uñas es un dedo amputado que no puede desempeñar todas sus funciones como es debido. Igualmente morderse las uñas desde temprana edad puede provocar cuando esta es intensa y se prolonga en el tiempo hipertrofia de los tejidos adyacentes, contribuir a alterar la proporción entre anchura y longitud de la uña, retroceder la raíz ungueal del borde libre y llevar a graves alteraciones en la estética dental y bucal.
En la iglesia podemos notar a jovenes, niños, incluso hermanos que padecen este mal o tienen este mal hábito.
Problemas en el hogar, ansiedad, pleitos familiares, violencia familiar son algunas razones que motivan a la onicofagia.
Si tu o alguien de tu familia la padece, Cristo es la solución, oraciones pidiendo a Dios paz, tranquilidad y un poco de dominio propio te pueden librar de este mal hábito.
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